Por Iván de J. Guzmán López

En nuestro departamento se viene usando un slogan, o cortina de humo, o sofisma de distracción, o eufemismo, no sé cómo definirlo. Aquí, todo es POR LA VIDA; pero, contrariamente, lo que menos se protege es la vida. El slogan de moda, ahora que la pandemia encontró en Antioquia terreno abonado para avanzar sin misericordia, es: CUARENTENA POR LA VIDA.

Si el encierro es por la vida (y como respuesta a la pandemia), deberíamos estar atacando otras circunstancias que atentan directamente contra la vida y que (dese hace muchos años) no se combaten (y las estadísticas dicen que son factor de mortalidad creciente) como son los no pagos a la red hospitalaria de Antioquia por parte de las EPS. La tolerancia a este fenómeno viene desde hace mucho tiempo. Un editorial del desaparecido Periódico El Mundo, de Medellín, del 9 de noviembre de 2016, dice:

“Más de ocho millones de personas, el sistema de salud en Antioquia y las principales instituciones hospitalarias y de salud en Colombia sufren por el destino de las dos más grandes EPS: Cafesalud, que recibió 4,6 millones de huérfanos de SaludCoop quedando con 6,5 millones de asegurados, y Savia Salud, que atiende a 1,7 millones de antioqueños del régimen subsidiado. Las dos instituciones buscaron subsanar errores y garantizar que el aseguramiento, ya ofrecido en la afiliación, se viera reflejado en atención oportuna y eficaz. Aunque por su tamaño y dificultades estas EPS están en el centro del debate público, los expertos saben que las dificultades financieras y operacionales son comunes a todas las partes del sistema”.

La cadena de desafueros en el sector salud, continúa con la queja de las EPS, en el sentido de que el gobierno no les aporta. Es la historia de Savia Salud, que nació con Ictericia, letargo y adormecimiento;  dificultad respiratoria y  cardiopatía congénita. El mismo editorial, del mismo año y día, dice en otro párrafo: 

“La suerte de Savia Salud es también incierta. Creada en 2013 (¡hace 8 años y hoy está peor!) por la Alcaldía de Medellín, la Gobernación de Antioquia y Comfama, como solución que conjurara los retiros de las aseguradoras privadas, la empresa ha desarrollado iniciativas ejemplares en prevención, relaciones con proveedores y cuidado de los más pobres. Su esmero ha sido opacado por la crisis financiera producto de la deuda de la Gobernación de Antioquia, que desde 2015 no ha pagado más de $300.000 millones por atenciones del régimen No Pos que la normatividad descargó en los departamentos. Aunque ha pagado parte de esas prestaciones, quedándose sin capital de trabajo, Savia es desacreditada como deudora morosa del sistema hospitalario. Este problema envejece entre tensas negociaciones de los gobiernos de Antioquia, que aspira a que la Nación asuma cerca del 70% de la deuda, y Nacional, que ofrece bonos convertibles en acciones por $50.000 millones, así como créditos de largo plazo y tasas favorables”.

Y termina el editorialista citado, señalando que ha sido desde las esferas gubernamentales donde se sostiene un sistema de salud moribundo (por la corrupción, entre otros males, como lo hemos demostrado en otras columnas) y que en su calvario se lleva la vida de miles de colombianos: 

“La crisis de Cafesalud y Savia, representativa de la que padecen otras EPS, es el último eslabón de una cadena de precariedades, en los aportes y la destinación de recursos presupuestales, y exageraciones, en su mayoría con origen judicial, que ha debilitado al promisorio sistema de salud de Colombia. Su gravedad demuestra que las salidas no dependen de voluntades o temperamentos de líderes que parecen chocar en sus criterios sobre la resolución de tan grande problemática. En 2013, la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes le falló a Colombia al no dar trámite a la Reforma a la Salud. Pasada esa página, al Congreso y al Gobierno les ha llegado la hora de salvar la salud de los colombianos”.

El editorial (como los buenos clásicos de la literatura) parece escrito hoy, porque a 5 años de su publicación, el sector salud y la salud de los colombianos, sigue igual o peor (mejor decir que peor, si nos atenemos a las circunstancias del coronavirus), pero con otras realidades mucho màs vergonzosas y aquí viene la alusión al manoseado slogan POR LA VIDA:

Esta semana vimos (con ojos asombrados y oídos incrédulos), la denuncia del doctor Jorge Iván España G., acompañado de sus dos jóvenes compañeras médicas, revelando el no pago de salarios en el hospital de Hispania, por espacio de tres meses ya, en plena pandemia y con una comunidad inerme, en las manos de Dios, y de sus médicos trabajando sin insumos y sin salario. Como la señora alcaldesa Leidy Johana Cardona Rueda (cuyo slogan es  Hispania – Unidos por lo Social 2020 – 2023), no ponía el pecho, nuestro querido y muy profesional colega Juan Carlos Hurtado Ochoa (Premio Simón Bolívar y líder del espacio Gran Ciudad TV Digital, sin camiseta política) la buscó, la encontró y la interpeló sobre la denuncia del médico España. La respuesta fue “ni fu ni fa”, evadiendo responsabilidades y tirándole la pelota a las EPS, que no pagan. La pregunta es, ¿dónde está la gerencia del municipio?, ¿sí estamos UNIDOS POR LO SOCIAL? La declaración plausible de la alcaldesa fue el reconocer el valor civil y profesional de sus médicos y su cercanía, cariño y reconocimiento de la comunidad. Esperemos que ella se apersone de su comunidad, de su hospital y de sus médicos. Es una vergüenza que profesionales de la salud, deban hacer este tipo de denuncias.

Otra demanda igual, agregándole la falta de insumos y camas UCI, la hicieron horas màs tarde, los médicos y personal administrativo del Hospital Venancio Díaz Díaz, de Sabaneta, en crisis por deudas de las EPS. Vergüenza nacional, en plena pandemia, señor gobernador encargado.

Creo, querido colega Juan Carlos, que si seguimos levantando enjalmas en cada municipio de Antioquia, veremos llagas horrorosas. Pero hay que destaparlas, decía mi abuelo, porque “si no, no se curan”. Si no, la salud de los antioqueños se seguirá tapando con tierra.

Una invitación: ¿Qué tal, gobernador encargado Luis Fernando Suárez, si decretamos un PAGO DE SALARIO POR LA VIDA, a los médicos de Antioquia? 

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