Roosevelt Castro Bohórquez y su Tarjeta verde

Por Iván de J. Guzmán López 

Periodista – Escritor – Ivanguzman790@gmail.com

Roosevelt Castro Bohórquez, es un periodista que hace honor a nuestro amado oficio. Es comunicador social de la Universidad de Antioquia, en la que también estudió  Historia, y tiene la costumbre de ser buen ser humano, buen ciudadano y buen periodista, las 24 horas del día.

Nació en Villarrica, Tolima, el 16 de abril de 1959 y es el cuarto hijo de Roosevelt Castro, un jubilado de la Federación de Cafeteros de Colombia, organización ésta que por la época del precio justo y una dirigencia con estatura moral y gremial, hizo grande a Colombia en el concierto mundial; Cecilia Bohórquez, su madre, se dedica a uno de los oficios más bellos del universo: ser ama de casa con amorosa y con exclusiva dedicación.

Desde su llegada a Medellín, con apenas 15 años, en 1974, vive en las cercanías del Estadio Atanasio Girardot. Tal vez por esta circunstancia, su vida entera está atravesada por el periodismo y el fútbol.  Aparte de periodista e historiador, es técnico de fútbol, en un convenio entre Indeportes Antioquia y la Liga Antioqueña de Fútbol;  es cocreador del Torneo Babyfútbol y árbitro de fútbol por más de 20 años.  Ha sido Director técnico de   varios equipos de fútbol y fundador del periódico estudiantil El Ideal Juvenil (1975). Como productor de radio y televisión, ha creado espacios a lo largo del dial, como: Tribuna Roja, 1978, El Despelote Deportivo, 2000 (humor y deporte), El Preliminar por humor al deporte, 2003 (Triada de humor-deporte-valores), La Pelotera Deportiva, 2003 (humor- deporte en TV), Historias a la Redonda, 2004 (Crónicas, reportajes y perfiles  del fútbol con mirada humana en tv),  Sólo…Fútbol Aficionado, y Goles y Comentarios, 1981 y 986, respectivamente (Revistas deportiva especializadas en balompié aficionado) y  coautor de los libros Jugando en casa  y Liga de Natación de Antioquia 50 años. Este largo y delicioso camino, lo llevó a ser un exitoso analista arbitral, comentarista deportivo, escritor y docente.

Pero como ya se dijo, aparte de buen periodista, en Roosevelt destaca el ser buen ser humano y buen ciudadano: desde hace 34 años se ideó y emplea la Tarjeta verde: “La Tarjeta verde nació en 1986, de la fusión de un arbitraje didáctico con uno de fortalecimiento en valores. Desde entonces la uso en el departamento de Antioquia. Mediante ella, a los niños se les enseña las normas del fútbol y de la vida”.

La Tarjeta verde es una tercera cartulina en el fútbol, que no castiga, sino que premia, exalta y reconoce todo comportamiento respetuoso y de juego  limpio que demuestren los jugadores y el cuerpo técnico, antes, durante y después de cada partido.  Recordemos que las tarjetas en el fútbol son una analogía del semáforo: El inglés Ken Astón, se inventó la  roja y la amarilla hace 50 años,  para detener la violencia que afloraba en el fútbol y ante la “Torre de Babel” que empezaba  a asomarse en el horizonte de este deporte, que se hacía más difícil de controlar cada día, por la barrera idiomática. El árbitro británico se dijo: “rojo, detengo la violencia; amarillo,  estás en alerta”. ¿Cuál faltaba?  El verde, que nació de la inventiva de este tolimense, nacionalizado antioqueño, para bien de nuestro periodismo, nuestros valores, nuestro futbol, nuestros niños y nuestra sociedad.

La Tarjeta verde, no castiga; premia el juego limpio. Esta estrategia de fair play  o juego limpio, ha servido para educar en valores, respeto, tolerancia, solidaridad,  trabajo en equipo, generosidad,  honestidad, y muchos más, a cientos de niños en Antioquia. Adicional, salvaguarda la integridad física del deportista; sirve de armisticio anticipado, antes de que aflore la violencia (tan arraigada en el futbol), y está diseñada en consonancia con la Ley 115 de 1994 (Ley General de la Educación) que, en su artículo 14, habla de los proyectos transversales de formación ciudadana y en valores para los ciclos primaria y secundaria del país. De hecho,  en Japón escribieron una cartilla que la llamaron El Libro de la Moral,  de carácter obligatorio para las escuelas públicas y privadas de los ciclos antes mencionados. En esta cartilla hay un capítulo que titula: “la Otra Tarjeta” ¡y es la verde!, la que creó este colombiano, llamado Roosevelt Castro Bohórquez.  

Lo simbólico y virtuoso de la Tarjeta verde ya está logrando “cuajar” en nuestro país.  Se sabe que la tarjeta roja significa castigo de una conducta anómala; por su parte, la verde, ya se está tomando y resignificando como un verdadero ejemplo de cultura ciudadana, y ahora representa exaltación o premio al buen comportamiento de los ciudadanos.  Un ejemplo palmario: ya ha sido tomada como modelo cívico en el Plan “Medellín me Cuida” y su estrategia “Yo cuido a Medellín”,  con la que se busca exaltar el buen uso del tapaboca, ante la crisis sanitaria producida por el Covid – 19.

Pero el impacto no ha sido sólo en colegios y canchas de Antioquia y Colombia; ya está entregando virtudes en países como  España, Italia, Brasil, Argentina, Chile, México e Irlanda,  siempre con la esencia y filosofía del juego limpio, con la cual nació en el corazón de Roosevelt.

Pero como no se es profeta en su tierra, según reza el adagio, dice la crónica que cuando apareció la tarjeta verde en la Segunda División de Italia, para la temporada 2015 – 2016,  un efecto boomerang ocurrió en Medellín, Colombia. Ese golpe de opinión vino a reivindicar al periodista deportivo y árbitro de fútbol Roosevelt Castro Bohórquez, para reconocerle que, verdaderamente, el esfuerzo de más de 30 años hecho en canchas polvorientas de Medellín, por el “árbitro de la paz”, como ahora se le denomina a Roosevelt, era de talla mundial, y se le llama “Juego limpio”.

En medio de esta pandemia, cuando para asombro de muchos aflora lo peor del ser humano, ¡cómo complace escribir esta cosas!, nacidas de la esencia de una buena persona, de un buen ciudadano, y de un gran periodista, como lo es el colega Roosevelt Castro Bohórquez.