Félix Alfázar González Mira

Bueno pues colombianos; como diría García Márquez, no sabemos si la patria tiene otra oportunidad sobre la tierra ante esta angustiosa y angustiante situación política. Depende solamente de nosotros ello. Le preguntaba a mi hermana mayor que si en 60 años de vivir en Medellín le había tocado un invierno tan intenso y la respuesta fue que no y que igualmente no le había tocado un momento histórico -político, en siete décadas, tan complicado como el de ahora.

 Es claro, entonces, que la inmensa mayoría de los colombianos sabemos que nos jugamos el futuro de nuestra tierra y nuestras vidas el próximo domingo.

Tenemos frente al tarjetón, en la soledad responsable de cubículo, el destino futuro de la patria. Y en ese espacio podremos escoger entre tres opciones. El voto en blanco que por primera vez llama la atención inteligente de los votantes, porque  favorece ciertamente al candidato del “pacto antipatriótico” que ahora lo aúpa y estimula, sabiéndose que hace cuatro años lo criticaba y desestimulaba. El cambio en el doctor Petro es permanente. Antes no asistía a los debates porque se sentía ganador y ahora entutela para que le asistan al sentirse perdedor. ¡El cambio es su constante!

Decía el profesor de alta gerencia en la Universidad Pontificia Bolivariana que el perfil de la persona que más se acercaba a un buen gerente, era el del músico director de orquesta. Ahí tenemos en el tarjetón al mejor representante de ese perfil. Rodolfo Hernández ha cabalgado sobre el lomo de todas las diversas y distintas situaciones en su larga vida de empresario privado y en su corta, pero contundente, vida pública. Éxitos, llanuras, fracasos, selvas, quiebras, bosques,  bonanzas, cañadas y borrascas.

Por eso, como dice la reflexión de Carlos A Lucio,  Colombia silenciosa se lo ha inventado. Colombia se inventó una tercería para dejar atrás una gritería mamerta y una corrupción que nos tiene desquiciados.

Como el mejor director de orquesta, con su sencillo pragmatismo (el ministro de hacienda debe ser alguien que sepa que no se puede gastar más de lo que ingresa), con su temeridad santandereana y con todo el conocimiento experimental que dan los años de trabajo; le permitirán afinar, cuidadosamente, todos los instrumentos de la que está construida nuestra arquitectura institucional. Programas, proyectos y diferentes sectores que componen nuestra vida nacional, serán articulados juiciosamente en el ejercicio del gobierno.

Y siguiendo con la reflexión citada, “Aquí no fueron ni los partidos, ni los medios de comunicación, ni los gremios, ni las iglesias, ni las universidades, los que trajeron una solución. Aquí fue la gente la que se inventó su solución, su salida de la encrucijada.” Le permitirá llegar libre como el viento, sin ataduras, sin compromisos politiqueros que le posibilitará escoger sus colaboradores (músicos), de las diferentes profesiones, experiencias y distintas regiones para conformar la orquesta que tocará la mejor melodía para atacar la corrupción, el robo, el derroche y la ladronería a la que se ha comprometido