Por: Balmore González Mira

Soñar es uno de los mayores activos del hombre, de los sueños han salido las grandes transformaciones del mundo.

Cuando un ser humano deja de soñar ha muerto, ha muerto la esperanza, ha muerto el deseo, ha muerto la ilusión. Ha muerto la vida. El derecho a soñar es lo último que le pueden quitar a la humanidad, y en Colombia hemos estado a punto de perderlo.

Que no nos quiten el sueño de  caminar tranquilamente por dónde nos plazca, a recorrer tranquilamente nuestro territorio, a disfrutar de la naturaleza, a recibir los vientos  y el sol del trópico y la frescura de nuestras selvas y ríos. Que nos permitan soñar viendo y escuchando a nuestras aves cantar. Queremos soñar con conservar, proteger y recuperar el medio ambiente con sostenibilidad, para dejarlo bien a nuestras próximas generaciones que lo van a habitar.

Que no nos quiten el derecho a soñar con una  justicia verdadera, donde la equidad siga siendo su ideal; ese sueño nos lo arrebatan cuando condenan de forma  inclemente a un inocente o cuando dejan libre sin razón a un reconocido delincuente. O lo que es peor, cuando el delincuente es el juez que nos ha de juzgar.

Queremos soñar con un país en paz, con una verdadera paz, una paz con justicia social y no solo la paz disfrazada del papel que mejora la vida de unos pocos y hasta los llena de impunidad, pero que no es verdadera, no es cierta; es una  falsa paz.

Queremos soñar con un país educado libremente, no bajo los postulados mentirosos de un sector que engaña a nuestros jóvenes con doctrinas fracasadas; queremos soñar con una educación integral para nuestros hijos y nietos.

Queremos soñar con tener la mejor salud, donde haya una atención universal sin discriminación por el régimen legal al que se pertenezca, donde el derecho sea el mismo, donde el derecho sea igual.

En fin, queremos soñar con que haya libertad, donde no se asesine por un celular, donde las normas sean aplicables por igual para todos; donde no se pierda la vida por opinar. Queremos soñar con la permanencia y fortalecimiento de la democracia, donde se respete la ley y la autoridad. Queremos soñar con que podemos soñar, y queremos luchar para que no nos quiten el derecho a soñar.