Por: Misael Cadavid MD

Existe otro tipo de mujeres que no leen poesía, las que no compran libros, las que toman café de olla en lugar de capuchinos en Starbucks, las que no saben quién es Bukowsky ni tampoco Mónica Gaee o Sabines, pero saben el camino a las escuelas, porque ahí llevan a sus hijos.

Son ese tipo de mujeres que trabajan fuera y dentro de casa 18 horas y aún les sobra tiempo para soñar.

Otras más trabajan en bares, oficinas, fábricas o talleres, hospitales, almacenes, lavando, limpiando, y no usan bolsos Michael Kors o Louis Vuitton, usan bolsas de plástico morrales o mochilas.

Son aquellas que no usan Internet sino 5 mil pesos de recarga para estar pendientes de sus familias, de sus hijos.

Las de mala ortografía, de grandes sueños y muchas decepciones.

Las de fiestas familiares en lugar de centros comerciales o cenas de gala.

Existen mujeres “sin doctorados” pero más sabias e inteligentes; con sentido común, nobles, ecuánimes, mujeres de buen corazón.

Existen las que no son abogadas arquitectas o médicas …

Verdaderas damas con vestidos humildes pero limpios.

Las que no se maquillan ni necesitan prendas o tacones costosos para sentirse mujer.

Las menos agraciadas por los estereotipos de moda y belleza racial, pero inmensamente hermosas para construir utopías.

Mujeres valientes, mujeres de una sola pieza, que no se rompen, que no se agrietan, que no se quiebran. Mujeres fuertes.

Son aquellas que se ven vendiendo frutas en mercados o debajo de los puentes, en parques, quioscos y avenidas. Las que no saben aún de tecnología ni hablan inglés.

Pero saben dar los buenos días, buenas tardes, dicen con permiso, gracias y por favor, siempre con una sonrisa.

Son felices ayudando al prójimo, mujeres con las que se habla 10 minutos y cambian la percepción de la vida.

Mujeres, como la Madre Tierra, Fértiles, Calladas, Sabias, Protectoras Fuertes.

Las que se enferman y no se quejan, ni mucho menos lo publican en redes sociales. Mujeres de buena madera.

En cada mujer de estas habita el amor, la comprensión, la sabiduría, la fortaleza y el respeto de un linaje que se niega a morir. Mujeres de Hierro…. No de cristal.

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