Por: Balmore González Mira

El 2020 no ha sido nada fácil para los municipios, los ciudadanos, las empresas,  los comerciantes, el turismo, los dueños de discotecas, bares, restaurantes,  hoteles; para  los transportadores, para los informales,  para la humanidad en general.

Colombia no es la excepción,  a esta problemática económica y social que se está viviendo en todo el mundo y en la que en el departamento de Antioquia se han logrado  entrelazar a través de sus obras de infraestructura y esos grandes proyectos para mantener un poco la economía sostenida en esta región;  y resulta por lo menos paradójico que sea el sector minero en su amplio nivel de producción,  explotación y comercialización el que ha mantenido el mayor peso del sostenimiento de las necesidades básicas de la regiones dónde literalmente la economía se paralizó; y sólo por mencionar las minas pequeñas que hay en los municipios, las explotaciones de canteras y obviamente el gran grueso que han soportado las grandes como empresas mineras que han mantenido activos a sus cientos de empleados;  en el Occidente y unido al Urabá las dos obras de los túneles, más las de mar 1  y mar  2, han sido un soporte para las familias en esta época de dura contingencia y de pandemia, por poner solo un ejemplo. El mismo ejercicio podría hacerse por toda la geografía nacional con idéntico resultado en su análisis final.

El año no ha sido fácil y ahora el turismo se presenta como la gran alternativa de salvación económica para miles de familias y millones de personas, por ello es acertado promoverlo con toda decisión para apoyar a estos empresarios  que ven en la época vacacional la única y última posibilidad de salvar sus inversiones y generar empleo, activando restaurantes y transportadores y activando realmente la economía;  hagámoslo con toda responsabilidad y con todos los elementos de bioseguridad obviamente para garantizar la salud y la vida de los seres humanos, que ahora más que nunca ha adquirido toda la atención; sin embargo hay quienes irresponsablemente la juegan con su proceder, arriesgando no sólo la propia, si no la de quienes están a su alrededor. Hagamos ahora, más que nunca, un turismo responsable, como debe ser.