Por: IVÁN ECHEVERRI VALENCIA

Parece que el Presidente Iván Duque, no ha contado con la suficiente suerte para  escoger entre sus amigos de  su grupo de rock, de la universidad, compañeros de trabajo en el BID, del Congreso de la República o del mismo grupo político, a sus más inmediatos asesores y ministros. Los que han sido rajados en sus calificaciones y en su imagen por los diferentes medios de comunicación, por las encuestadoras y los gremios de la productividad.

Capítulo aparte, merecen los sindicatos de empleados y trabajadores, docentes, estudiantes y organizaciones sociales, que mencionarles al Presidente o sus ministros es como hablarles del diablo, a los cuales le han perdido toda la confianza y credibilidad.

Entre los Ministros inicialmente nombrados por el Presidente Duque, ya no ocupan el cargo Gloria María Borrero, en el ministerio de Justicia, su paso fue efímero, sin dejar ninguna huella positiva a favor de la maltrecha justicia. Juan Pablo Uribe, ministro de Salud, nada hizo para mejorar los servicios de salud de todos los colombianos, que tristemente siguen clamando en las puertas y pasillos de las EPS y hospitales de una atención oportuna y adecuada para poder salvar sus vidas.

Guillermo Botero Nieto, ministro de Defensa, nombrado por el Presidente para recuperar la seguridad, el tristemente célebre ministro llevó la peor parte porque la inseguridad empeoró, regresaron los atentados a estaciones de policía, al oleoducto, a la Escuela General Santander, reaparecieron los secuestros, se aumentaron las extorsiones, los homicidios y los hurtos callejeros. Debió salir por la puerta de atrás ante la fuerte presión ejercida por la clase política y la ciudadanía que condenaban un operativo militar donde murieron varios menores de edad. Y siguiendo con esta misma cartera debió el primer mandatario aceptar la renuncia del General Nicacio Martínez Espinel, quien tuvo que sortear desde un comienzo y durante de su gestión, varios cuestionamientos que hacían tortuoso el mantenerse el cargo.        

El ministerio de Relaciones Exteriores estuvo a cargo de Carlos Holmes Trujillo, quien no se escapó de las críticas por el manejo errático de nuestra diplomacia y en especial con el de la hermana república de Venezuela. Fue tan infortunada su gestión que un funcionario suyo, el embajador de Colombia en Estados Unidos, manifestó que “Carlos Holmes  no hizo nada”. Pero este corrió con mejor suerte, en vez de salir renunciado a recorrer la avenida séptima como cualquier cristiano, fue trasladado para la difícil cartera de la Defensa, hasta ahora no se conoce ninguna realización extraordinaria o significativa. ¿Pasará lo mismo que en la cancillería, nada de nada?

Nancy Patricia Gutiérrez, ministra del Interior, la foguearon con innumerables paros, los cuales sorteo de manera parcial porque incumplió varios pactos; las declaraciones destempladas acerca de la paz y de la muerte de líderes sociales e indígenas, le granjeo muchas dificultades, es decir, tenía muy comprometida su gobernabilidad política y social. Se comenta que saldrá del ministerio para convertirse en nueva asesora DDHH, le fue muy bien, por qué el desgaste que le ocasionó al gobierno de Duque, era para cantarle la famosa estrofa: hasta aquí nos trajo el río…, podemos decir que la sacó bien barata.

La ministra de Trabajo Alicia Arango, agradable cuando se le escucha, como buena costeña es dicharachera, su gestión pobre, solo la recordaremos porque el desempleo subió a dos dígitos (10%), y ahora pasará con su cuento vallenato al ministerio del Interior.

El ministro Carrasquilla, el más controvertido por su política neoliberal, odiado por muchos y apreciado por unos pocos, antipático por naturaleza, lo consideran el poder detrás del trono, el que verdaderamente manda y con sus decisiones postra a la clase media y popular. Seguirá cumpliendo el mandado y dando mazo por un buen rato. Dicen que está esperando como premio  otro cargo de mayor jerarquía.  

Hay otros ministros que se limitan a cumplir, calificados por debajo de la media, como el de Medio Ambiente, Vivienda, Agricultura, Educación, Justicia, Industria y Turismo y Planeación.

Se les tiene en buen concepto a las ministras de Minas y de Transporte, las únicas que parece ser que salvan el paquete.

Me atrevo a colegir que si continúan con los nombramientos y decisiones fallidas e impopulares, el que va resultar siendo verdaderamente fallido es el gobierno del Presidente Duque. ¡Pilas pues!.