Por: CR (RA) HORACIO LEMA GALIANO – JDN ACORE

No llores por mí Argentina es el título de una hermosa canción, cuya letra fue compuesta por Tim Rice inspirada en los emotivos discursos de María Eva Duarte de Perón y popularizada en la obra de Andrew Webber.

Para nuestro caso, con lo que ha sucedido en nuestra capital Bogotá en materia de destrucción, podríamos aplicar en contexto actual la frase “No llores por mí Claudia mi alma no está contigo”. Es decir, el alma de la gran mayoría de los que vivimos en esta ciudad no está contigo. Su discurso traumático para las personas de bien, apoyado en la protección de “mis muchachos” como lo manifiesta, en contra de los supuestos ricos, que son esos valientes y comprometidos empresarios, industriales y comerciantes, motor de la economía de la ciudad que madrugan todos los días a enfrentar la corrupción, los embates de la DIAN y demás Entes de Control del estado.

Con los impuestos que pagan los que hacen parte del motor productivo de la ciudad a la alcaldía, solo le queda la opción de invertir en lo que “sus muchachos” han destruido. Al inicio de su mandato se mostró como la guía de la moral y de las buenas prácticas políticas, lo cual fue engañoso, y no puede actuar como decía mi abuelo: con oscuridad interna y claridad para la calle.

Cuando Claudia recibió la alcaldía, Bogotá le aportaba al PIB el 25,5 % de la economía del país, es decir 260.775 en miles de millones de pesos al total del PIB de la nación que es de 1.002.922 en miles de millones de pesos, y hoy estamos en quiebra. En materia de inseguridad tenemos en el 2021: homicidios 656, hurto a comercio 4.809, hurto a residencias 4.247, hurto a personas 55.796, hurto de celulares 30.839 y hurto de bicicletas 5.731, ¡sencillamente impactante!

Desafortunadamente inició con su lenguaje incoherente la campaña contra nuestra policía Nacional a la cual mancilló, humilló y deshonró, consintiendo los ataques contra la institución, y hoy con el agua al cuello en materia de seguridad ciudadana pide el apoyo de 10.000 policías para la ciudad, pero no pide la asistencia de jueces justos que no violen la jurisprudencia que nos rige. Lo que más preocupa es que afirme “hay una conducta recurrente de violencia y abuso policial”. Pero no se refiere a la destrucción del Transmilenio, el comercio, los monumentos y quema y asesinato de policías por parte de sus muchachos.

Sin embargo, pide al consejo autorizar billones de pesos con los impuestos que pagamos QUIENES TRABAJAMOS, para reparar tamaña destrucción. Por lo menos Claudia es más consecuente que la Colombia humana y ha identificado la necesidad de recuperar y fortalecer la economía de la ciudad, para dar lo que prometió a sus ingenuos votantes, reconociendo que el populismo destructivo solo deja desesperanza y desconcierto.

Lo que no perdonamos a Claudia es la situación de inseguridad que ha facilitado a la delincuencia a través del apoyo a la llamada primera línea (llámese narcoterrorismo urbano) sumada a la delincuencia colombo venezolana que hizo metástasis en la ciudad, lo cual ha traído a la sociedad inerme: sufrimiento psicológico, estrés agravado, episodios de pánico, miedo extremo, degradación, envilecimiento y degeneración social. Por ello la mayoría de los que hoy vivimos en Bogotá pareciera que hacemos parte de los 450 millones de seres en el mundo que, según la OMS sufren trastornos mentales con una prevalencia similar entre hombres y mujeres.

Por último, señora alcaldesa “será difícil de comprender que a pesar de estar ahora aquí, soy del pueblo y jamás podré olvidar su ineptitud como administradora.”

¿Será que se están dando las señales del fin como dice la palabra, ante semejante descomposición?

CR (RA) HORACIO LEMA GALIANO

JDN ACORE