Por: LUIS ALFONSO PÉREZ PUERTA

La gente que sabe relacionarse, se me acerca y desde su visión limitada me lanza diversas preguntas. ¿Por quién voy a votar? ¿Qué opina de esta situación? ¿Qué libro me recomienda? ¿Te interesa este tema? ¿De cuál equipo eres hincha? Siempre con su manera muy particular, interrogamos al otro, nos vanagloriamos opinando de lo santo y lo maldito, y nos atrevemos a criticar todo lo que percibimos con nuestros sentidos, tan limitados como nosotros mismos, y nos creemos hasta jueces, jurando que no criticamos, que solo es nuestra visión muy humilde, aunque esté equivocada, y afortunadamente al final reconocemos el error, aunque sea después de recibir la daga en el pecho. Y para cerrar con broche de oro, es decir, dar el toque veraz, citamos ideas como: “es mejor expresar lo que sientes”, “además no es positivo quedarse callado”, “es perjudicial para la salud y es mejor morir diciendo la verdad, bla bla bla”, y al final, ni mentira ni certeza, pero tan cierto como esta página que se destruirá en uno por tres, antes de finalizar su lectura. 

Todos se irritan, incluyendo a las inminencias, o sea, los intelectualoides con su diploma a flor de piel, que se jactan de ser los mejores, es decir, todos, hasta yo, nos “hierve la sangre” cuando no nos responden, ni virtual ni cara a cara, o cuando nos dicen: “sin comentarios”, o sea, que se niegan a decir la supuesta verdad, que nadie sabe dónde estará escondida. Nos inquieta y nos irrita el silencio del prójimo, porque preferimos mil barbaridades ruidosas antes que ver al individuo en ejercicio de su “derecho a permanecer callado, porque cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra”, además por experiencias revividas bien amargas. 

Se confunde al tibio con el neutral. Cualquier personaje, ni caliente ni frío, es muy querido por sus semejantes, y nos desagrada al líder seguro de sí mismo que no necesita tanto discurso para llevar a cabo un proyecto, y no derrochar la energía por el alcantarillado.

La neutralidad no debe confundirse con ser tibio. El silencio no es un acto de cobardía.  La Neutralidad… es un tema que aún no es posible abordar, no está muy estructurado en mi disco duro, ni en ningún ser humano; aún no, desafortunadamente. Solo por hoy es una utopía sublime. Dimensión desconocida, por allá… en una galaxia muy lejana.