Por Iván de J. Guzmán López

La bella imagen de una mujer afro sonriendo plena, consiguiente al link y al numeral que más abajo nos invita a conectarnos a la transmisión del mando del nuevo gobierno, #ComienzaTuGobierno, dice: “Comienza el gobierno de la gente, con oportunidades para construir una nación más democrática, productiva y con equidad”.  

Sin duda, como buenos demócratas, nos sentimos esperanzados de empezar un nuevo gobierno sobre la base de la idea de perfeccionar la democracia (construir una nación más democrática), y de hacerla  más productiva y con equidad. Siempre se ha dicho que la virtud y el valor de la democracia, estriba en la posibilidad real que tiene la gente de participar y de elegir; y esa elección, en el marco de la democracia, debe fundamentar su trabajo en el fortalecimiento de la institucionalidad, como premisa impajaritable para seguir construyendo (sobre lo construido) “una nación más democrática, productiva y equitativa”, que la que se recibió de la administración precedente. De otra forma, el papel de la democracia, de las elecciones, como mecanismo de cambio u opción de cambio, carecería de valor.

Democracia, debe garantizar participación, libertades, propiedad y equidad en el esfuerzo personal y social. Democracia debe significar  cientos de posibilidades para crecer material y espiritualmente (espiritualmente, en el sentido de engrandecer y prevalecer los valores que nos distingan y orgullezcan  como sociedad y como nación); productividad, significa mejores ingresos, mejor calidad de vida, más cohesión social; equidad, es justicia; es oportunidad, es retribuirle a cada cual lo que su esfuerzo y participación merece.

Gobernar no es fácil, dicen los expertos, a la par que los grandes estadistas. Nos anima, para empezar este gobierno, consignas tan justas y necesarias como el llamado a “construir una nación más democrática, productiva y con equidad”. Y para construir esa nación, es necesario trabajar con honestidad o criticar para construir  dentro de la institucionalidad.

Párrafo aparte merece decir que para estos propósitos, es necesario trabajar sin pausa por el logro de condiciones de paz. La paz es un imperativo para crecer como nación y como pueblo; un pueblo en situación de conflictos armados de manera permanente, es una Patria Boba sin salida, con graves deficiencias democráticas, sin mayor productividad, índices lamentables de inequidad y cooptación permanente de su institucionalidad por parte de delincuentes, enchufados y personajes corruptos, que usan precisamente esa institucionalidad secuestrada, para esconderse, vivir y reproducirse a sus anchas.

La patria es de todos. La democracia se construye día a día, y está es otra oportunidad: ¡no la desperdiciemos!