Luis Pérez Gutiérrez

Si Colombia sigue con la misma economía, vamos a tener 100 años más de pobreza. Hay que crear más riqueza, es necesario atraer nuevas economías para que los colombianos vivan bien y tengan dinero en sus bolsillos. Los Influenciadores son portadores de una nueva economía para cambiar el país.

Los influenciadores aparecieron de la nada; ellos mismos se imaginaron. Su talento, su imaginación, su creatividad, su ingenio, su autenticidad, y su originalidad los convierten en los nuevos símbolos digitales de la vida real. Los influenciadores tienen también una bella cualidad, son inspiradores. Nadie los ayudó, nadie los imaginó. Y lo más grave, nadie los protege.

Poco a poco irrumpieron en la vida de los países, y cada vez son más importantes en la formación de opinión nacional e internacional. No es tarea fácil ser influenciador. Tienen una creatividad sobresaliente para enganchar seguidores y expresarse de una manera diferente para atraer, gustar y formar opinión.

Ser Influenciador se convirtió no solo en arte, cultura, creatividad, y tecnología, sino también en una gran opción laboral y en una nueva economía para Colombia y el mundo.

El Gobierno está en mora de crear una ley del Influenciador para apoyarlo, protegerlo, formalizarlo y convertirlo en una en una estrategia de desarrollo, de empleo, de creatividad y sobre todo, en una nueva economía que produce riqueza. Y para que nuestros influenciadores se conviertan en líderes que brillen nacional e internacional. Instagram, YouTube, Tik Tok, Facebook y otros son sus partidores para entrar al promisorio mundo de Influencer. Cada día los dineros de publicidad buscan más el talento de los influenciadores.

Las estadísticas informan que Brasil tiene 9.2 millones de influenciadores. Argentina tiene 1.1 millones. México 443.000. Y Colombia 407.000 influenciadores. Aquí incluyen macro y microinfluenciadoes. Varios Influenciadores colombianos han manifestado públicamente que tienen ingresos mensuales de más de un millón de dólares. Y miles de jóvenes, microinfluenciadores de menos de 50.000 seguidores, ya tienen esta profesión como un empleo que les permite vivir bien. Y para temas de marketing digital cada vez son muy apetecidos pues están más cercanos a sus seguidores que los macro influenciadores.

La estructura de los influenciadores se consolida cada día más. Ya se habla de varias categorías.  Los Nano-influenciadores entre 1 y 10 mil seguidores. Los Micro-influenciadores entre 10 mil y 50 mil seguidores. Los Influenciadores nivel medio entre 50 mil y 200 mil seguidores. Los Macro-influenciadores entre 200 mil y 1 millón de seguidores. Mega-influenciadores más de 1 millón de seguidores.

Con relación a la pregunta de cuánto gana un influencer al año en Instagram, atento al siguiente dato. Fox Business, encontró (2021) que, a nivel internacional, una persona con más de 1 millón de seguidores puede percibir entre 100 mil a 250 mil dólares anuales.

Lo que muestran estas cifras es que La Nueva Economía del Influenciador debe ser un programa de toda la importancia para el gobierno y de la academia. Si se estimulara y se apoyara con entusiasmo, Colombia podría crear más de un millón de empleos de buena calidad en menos de cuatro años.

Debe el Gobierno también liderar una Ley de estímulo y apoyo a los influenciadores. En esa ley se debe obligar a que se firmen pactos con los grandes de las telecomunicaciones para que se proteja racionalmente a los influenciadores colombianos y se cumplan deberes y derechos a la luz de nuestras normas legales. En ocasiones, Instagram o Facebook cancelan cuentas de influenciadores sin mediar un debido proceso.

El Gobierno Colombiano y el Congreso de la República están muy atrás de los avances del mundo digital. Si no tenemos dirigentes digitales, el país va a estar en la cola del mundo y no aprovechará Colombia las grandes ventajas sociales de las nuevas economías que el mundo ofrece una vez y nunca más. EPA Colombia, con razón, se lamenta que sus ingresos le impusieron IVA del 19%. De verdad, ahí, el IVA se debe bajar al 6% para estimular esa nueva economía de los influenciadores que nació sola, sin la ayuda del gobierno; que solo aparece para cobrar altos impuestos. La mano del gobierno debe aparecer primero para estimular y proteger estos novedosos símbolos de la vida digital, como son los influenciadores.

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