Por: Balmore González Mira
En tres décadas de servicio público que recién completé he recorrido el camino de la administración pública desde varias e interesantes posiciones y en todas ellas ha sido fundamental la labor secretarial. Me referiré al día de las secretarias a riesgo de ser fusilado por no ser incluyente con los secretarios, de los cuales solo tuve uno solo en este tiempo de servicio; pues solo hablo de esta función y no de las secretarías de despacho que son otro cuento aparte.
Abril 26 es el día clásico de las Secretarias en Colombia y me referiré a ellas solo desde la óptica laboral y exclusivamente desde mi convicción personal. He tenido buenas secretarias  y otras excelentes, son fundamentales en el rol de funciones entregadas en el manual de la organización y hasta en la misma unidad y solidaridad que mantienen en la estructura de las entidades. De las secretarias depende el funcionamiento completo de las empresas, sea cual fuere su razón de ser; son indispensables y útiles en todo momento, saben dónde está tal o cuál documento y que pasó con tal proceso; dominan los procedimientos y tienen lista la respuesta para cualquier situación de funcionamiento; tienen una excelente memoria y en su mayoría para lograr armonía, cohesión y hasta eficiencia, las debe acompañar el buen genio y la disposición  a hacer de manera permanente. Tienen que ser proactivas.  Los manuales de funciones no pueden ser las limitantes para que solo se haga en el servicio lo que allí exclusivamente está descrito. Si bien es cierto que hay roles en la organización, la secretaria es la que sabe de todo un poco. Es la mano derecha y hasta la izquierda de todos en el equipo, el apoyo esencial y la especie de rotonda dónde todos llegan y salen con una respuesta para cumplir con sus quehaceres.
En las entidades todos tienen funciones diferentes y de conformidad con la profesión y el cargo, cada uno se dedica a sus roles, las secretarias terminan sabiendo lo de todas las profesiones y lo de todos los cargos. En conclusión, una empresa funciona bien o mal en parte por la acción u omisión de las secretarias.  Por ello hay que valorarlas, tratarlas bien, no ser displicentes con ellas, facilitarles los medios para que cumplan bien con sus labores, cumplirles con sus salarios y cumplirles los compromisos pactados a su ingreso. Por ello celebremos el día de las secretarias para exaltar la bondad de tenerlas y para valorar su esencial función y servicio.

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