BALMORE GONZÁLEZ MIRA

La historia es la verdad y así debe ser narrada y  no como alguien decide acomodar los hechos porque falsea la verdadera historia, entonces la verdad se convierte en la negación y lo que impera es la falsedad.

En los temas históricos siempre se ha dicho que los hechos se narran dependiendo de quién los escriba, pero cuando la verdad es la que importa,  siempre saldrá finalmente a la luz pública lo que fue y es la realidad. Son muchos los escritos acomodados que históricamente se han logrado desvirtuar a través de investigaciones serias, y cifras y datos estadísticos reales que se alteran para provocar la sensación de que los hechos ocurrieron de otra manera.

La historia narrada desde el lado de los genocidas ha logrado mostrarlos, temporalmente,  como unos héroes, cuando realmente no lo son. Ha habido incluso quienes han llegado a pedirle milagros a verdaderos criminales como si fueran unos Santos, sólo porque la historia contada desde ese ángulo así quiere hacerlos ver. Es más, hay momentos en que estos victimarios sanguinarios, pasan a ocupar el lugar de víctimas, de una manera tan descarada y absurda, que logran que los ignorantes se crean el cuento de esa falsedad. Recuerdo lo más reciente de la historia nuestra, con personajes como Pablo Escobar a quienes muchos veían como un Robin Hood y hasta llegaron a creer que los malos eran los de la fuerza pública y el estado colombiano por perseguirlo. Hasta bendiciones de un sacerdote recibió para hacerlo ver cómo el patrón del bien, siendo realmente el patrón del mal. Hoy la historia nos ha contado la verdad verdadera y ya nos avergonzamos de este bárbaro y sabemos a ciencia cierta que no hay nada de que sentirnos orgullosos de los actos criminales de este bandido. Esperamos que esta historia jamás en Colombia se repita.

Los medios de información, los verdaderos historiadores y las víctimas de los holocaustos tienen una responsabilidad mayúscula cuando de contar y narrar los hechos se trata, la verdad no puede quedarse en la narración de los victimarios, de sus colaboradores y hasta de sus cómplices judiciales y estatales, porque siempre estará sesgada y a medio contar, convirtiendo el escenario histórico en medias verdades y medias mentiras, que inexorablemente se convierten finalmente en grandes falsedades.

Recuerdo que en las facultades de derecho nos enseñaron que una cosa era la verdad verdadera otra la verdad histórica y otra la verdad procesal,  que bueno pensar en eso Y en todo lo que nos está sucediendo frente a quién narra los hechos,  quién los escribe,  quién los acomoda y lo más importante, quién los vive. A esta verdad le falta una pata o le salieron más.

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