Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS   

Debemos persistir en el principio de que todo gobierno nacional, departamental y municipal vele por su propia administración y se discipline con rigor, intensificar la dirección unificada de la gobernabilidad y gobernanza en el fomento del estilo de gerenciar la moralidad administrativa y la lucha contra la corrupción, potenciar la innovación de regímenes y la garantía institucional de la lucha contra las malas prácticas, reforzar la educación ideológica y política, hacer más estricta la disciplina del servidor público, combatir sin tregua el arribismo, el burocratismo, el hedonismo y la extravagancia, ser implacables en el castigo a la corrupción y esforzarse por conseguir avances y éxitos que serían de agrado de las comunidades gobernadas.

Oponernos resueltamente a la corrupción y prevenir la degeneración durante la prolongada gobernabilidad del Mandato en cuestión, es una importante tarea política que deben cumplir los gobernantes.  Tienen que mantener continuamente una postura muy severa en la lucha contra la corrupción, y perseverar en las cero tolerancias para castigar los servidores públicos corruptos.  A todos los corruptos, una vez que sean descubiertos los órganos de control debe sancionarlos sin piedad.  Lo importante es tomar medidas para prevenir y combatir la corrupción en su etapa más temprana de desarrollo, abordar los problemas correspondientes tan rápido como los logren detectar, de la misma forma en que se trata una enfermedad con prontitud cuando se diagnostica.

Cualquier retraso en el tratamiento de la corrupción puede llevar a problemas más graves y no podemos permitirlo.  Cada cuadro directivo de la administración pública debe tener en cuenta lo siguiente: “no tratar de apropiarse de los fondos públicos porque al ladrón siempre lo atrapan” y “cuando vea el bien, persígalo como si no pudiera alcanzarlo; al ver el mal, aléjese de él como si metiera la mano en agua hirviendo”.

Los cuadros directivos deben sentir miedo desde la ley estatal y la disciplina del gobierno, en lugar de confiar en la suerte con la esperanza de escapar a las sanciones contra la corrupción.

Es imperativo intensificar los sistemas de control, hacer grandes esfuerzos para mejorar la supervisión del ejercicio del poder por parte de los cuadros directivos, en especial de los jefes máximos y reforzar la supervisión interna de los grupos dirigentes.  Se debe potenciar la información pública de los asuntos gubernamentales, publicar según la ley los procesos del ejercicio del poder, permitir supervisar y controlar a los cuadros directivos y las comunidades populares para garantizar el correcto ejercicio del poder.  Deben poner en práctica la responsabilidad de sujeto de los comités internos de control y la responsabilidad de supervisión de las comisiones de control disciplinario, intensificar la búsqueda de responsabilidades, y no permitir que nuestros sistemas gubernamentales sean “tigres de papel” ni espantapájaros.

Observar la disciplina de nuestros gobernantes y demás servidores públicos es incondicional.  Deben convertir sus palabras en acciones y asegurar que la disciplina del control interno se aplique plenamente y se investigue cualquier violación.  No se debe tomar la disciplina del control interno como un condicionamiento blando ni permitir que se convierta en un documento de trabajo que descanse en los estantes superiores o archivos de la organización.  Las organizaciones públicas y privadas en todas las instancias deben intensificar la educación de los servidores públicos y cuadros directivos, en la observancia de la disciplina política y de la cultura de la legalidad.  Los órganos de control disciplinario del gobierno de todos los niveles deben priorizar la defensa de esta disciplina para garantizar que todo el servicio público se identifique en su misión institucional en términos de filosofía institucional, legalidad y política administrativa como de acción en la gestión al interior de las organizaciones.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                –                   Medellín, octubre 10 de 2020