Por Iván de J. Guzmán López – 

Periodista – Escritor – Ivanguzman790@gmail.com

Hace 26 años, el 12 de julio de 1994, diez compatriotas de alto nivel social y profesional, encabezados por Gabriel García Márquez, entregó al presidente de la época, César Gaviria, el Informe Conjunto de la entonces denominada Misión de Sabios, consistente en una propuesta integral para la educación, con el fin de sacar a Colombia de la pobreza educativa que ostentaba a nivel mundial, y que buscaba poner a la Patria en la urgente línea del desarrollo.

Lo más lamentable es que en el año 2014, 20 años después de que Gabo, Marco Palacio, Luis Fernando Chaparro, Carlos Vasco, Rodolfo Llinás, Manuel Elkin Patarroyo, Ángela Restrepo, Eduardo Aldana, Rodrigo Gutiérrez y Eduardo Posada, presentaran su informe, el ex rector de la Universidad Nacional de Colombia, Marco Palacio, afirmaba que “si tuviéramos que volver  reunirnos, presentaríamos el mismo informe”, prueba inequívoca de que (20 años después, reitero) ¡no se avanzó nada!

El 19 de julio de 2018, Andreas Schleicher, director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ¡organización a la cual pertenecemos!, afirmó que el Sistema educativo en Colombia, “está muy atomizado  y muy localizado para tener la calidad suficiente”.

“Todo empieza –continuaba argumentando el director– con la financiación y el modelo del Sistema General de Participaciones (SGP), que al momento tiene la intención de apoyar a las comunidades rurales pero no lo está haciendo en realidad. De hecho, las inversiones son demasiado pequeñas para cerrar la brecha entre regiones. Esta es en realidad la parte más fácil. La parte más difícil es saber cómo atraer a los mejore profesores a las escuelas que más lo necesitan. Creo que es una meta a largo plazo muy importante para el país. En el momento el sistema educativo está muy fragmentado, muy atomizado y  muy localizado para tener la calidad suficiente.

Cuando veo los resultados de PISA, una de las razones por las que Colombia y sus estudiantes están teniendo dificultades es porque el sistema educativo ha privilegiado una educación de “reproducción de contenido”. Los estudiantes no son muy buenos cuando tienen que crear conocimiento, extrapolar desde lo que saben o usar su conocimiento creativamente. Y esto tiene que ver con el corazón de lo que el sistema está enseñando. Es más importante que te enseñen a pensar como un matemático a que te enseñen las ecuaciones de memoria”.

Es más importante que te enseñen a pensar… nos lo repitió en la cara el doctor Andreas Schleicher, pero parece ser que a la dirigencia de Colombia lo que menos le interesa es que nuestros estudiantes aprendan a pensar. Las autoridades regionales, ostentando las secretarías de educación como simples canonjías, no tienen ni idea, ni tiempo, para promover eso de: “crear conocimiento, extrapolar desde lo que saben o usar su conocimiento creativamente”.

Hoy, 12 de agosto de 2020, la realidad dice que el informe, definitivamente, se quedó en el papel; que no contó con voluntad política, y menos aún se convirtió en política  pública de Estado. Hoy, 26 años después, la postración del país en materia educativa no puede ser peor: Colombia quedó en el puesto 62, entre 65 países, en pruebas de Lenguaje y Matemáticas; clasificó de último, entre 14 países en pruebas de solución creativa de problemas. Y para qué recordar la vergüenza mundial  en las Pruebas Pisa, para lo cual la ministra de turno y las secretarías de educación departamentales entregan explicaciones que pasan de banales a tontas.

En el aspecto educativo -como en cualquier asunto importante de la vida nacional-, lo primero que necesitamos es voluntad política: Singapur necesitó 15 años para pasar de una educación “Aceptable” a “Excelente” y lleva 20 años conservando ese logro. Corea precisó de 12 años para migrar de “Bueno” a “Excelente”; Canadá consiguió esta misma categoría, en 3 años; Eslovenia pasó de “Aceptable” a “Bueno”, en 8 años, y Polonia necesitó únicamente de 3 años para hacer el mismo tránsito. ¡Para qué referenciar a Japón y a otras potencias, si no es más que hurgar en nuestra propia llaga!

Hoy, encubiertos en el manto macabro y mal manejado del coronavirus, Colombia, y en especial Antioquia, se hunden en un averno de mediocridad donde se simula la educación mediante la herramienta digital –despreciada históricamente por el propio ministerio–, y con ello engaña a los estudiantes, a los padres de familia, a la sociedad y a Colombia entera.   

Esperemos que la decisión que tomó Singapur, Corea, Canadá, Eslovenia y Polonia, por recordar únicamente a los ya citados, más temprano que tarde, también la tome Colombia con recursos adecuados, docente bien remunerados y preparados, autoridades educativas verdaderamente sabedoras del tema (no producto de pago obligado de votos a caciques), usando la herramienta digital de forma técnica, adecuada, con recurso humano calificado para ello, con dotación necesaria y suficiente, adecuada conectividad y cultura informática hasta en la más lejana vereda de nuestra querida geografía nacional.