Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

 La universidad no se da para luego recibir; sino que se da, para servir, porque quiere hacer un bien.  Cuando pide ayuda y cooperación lo hace porque las necesita para seguir sirviendo; pero al propio tiempo, estimula la responsabilidad social y la generosidad de miras, abre un cause que ennoblece a quien se anima a seguirlo con recta conciencia ciudadana. Todas las universidades del departamento de Antioquia, no obstante, cumplen siempre un conjunto de funciones inherentes a la institución universitaria, que son en sí servicio a la sociedad:

Todas las universidades del departamento de Antioquia, no obstante, cumplen siempre un conjunto de funciones inherentes a la institución universitaria, que son en sí servicio a la sociedad:

  1. La investigación, básica o aplicada, que supone la creación científica, desarrollo del saber humano, contribución al progreso científico y tecnológico, a la vez que forma a nuevos investigadores. En la universidad, la investigación ha de ser en gran parte libre, es decir no estar sometida a planificación con objetivos a corto plazo, sino a mediano y largo plazo; se ha de permitir que el pensamiento creador de los docentes discurra sin ataduras ni compromisos perentorios, condición que ha hecho posibles los grandes avances de la Ciencia, que han dado lugar más tarde a los más relevantes desarrollos tecnológicos.
  1. El cultivo de los saberes, con la integración sistemática de los nuevos conocimientos adquiridos como fruto de la investigación científica realizada en todo el mundo, supone una labor de síntesis que permite ofrecer la imagen viva y actual de cada rama de la Ciencia.
  1. La actividad propiamente docente, de enseñanza, que es quizá la que aparece para muchos en primer plano al pensar en la Acreditación Institucional de la Universidad. Es una transmisión dinámica del saber.  Requiere saber estimular el deseo de aprender de los alumnos, sin lo cual todo lo demás resulta inútil; encauzar, orientar la capacidad de aprendizaje personal de modo que avance con interés e ilusión en sus conocimientos.  El alumno debe adquirir en sus años universitarios, junto a un amplio bagaje de conocimientos básicos, los conocimientos específicos más interesantes del campo restringido que corresponde a su especialidad en su formación profesional; y, además, muy principalmente, hábitos de trabajo y de estudio, capacidad de acceso a las fuentes de información, metodología adecuada, rigor científico y buen sentido crítico para poder seguir y laborar luego por sí mismo los avances de la Ciencia.  Dada la rápida evolución del saber científico, importa adquirir en la universidad una Ciencia actualizada, pero aun es más importante conseguir los hábitos que permitan mantenerse al día de por vida.  El título profesional que se recibe a la salida de la universidad no es una patente de competencia profesional para toda la vida, sino que simplemente acredita la posesión de suficiente base de conocimientos y capacidad de aprendizaje para realizar un trabajo eficiente y eficaz bajo la condición de que se mantenga viva, en ejercicio; en otro caso, resultará inservible a corto plazo.
  1. Hay por último otra función de la universidad que es la propiamente educativa, de formación, de desarrollo de la personalidad. Aquella que contribuye a dar sentido a la vida, a adoptar ante los valores y sucesos diarios la actitud justa, la propia de un hombre cultivado, culto.  No me refiero al logro de una cultura de tipo enciclopédico; ni siquiera a poseer ese nivel mínimo de conocimientos en campos del saber distintos del que uno mismo cultiva, que evita aparecer en sociedad como supino ignorante en tantas cuestiones aun siendo un prestigioso especialista, magister o doctor.  Es evidente que un universitario debe interesarse por muy diversas áreas culturales; más, sobre todo, debe cultivar su espíritu, debe ser capaz de conseguir la serena contemplación y valoración de las realidades con que se encuentra, desplegar su vida intelectual en forma ética, consciente y reflexiva.  Ha de saber superar el utilitarismo, interesarse profundamente por los más altos valores humanos, poseer el señorío necesario para no dejarse esclavizar por la naturaleza sino, por el contrario, poner ésta al servicio de la sociedad, o más concretamente, de la humanidad.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                                                    Medellín, abril 24 de 2021