POR: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS​​​​​     

Atrévete a pensar, sin escatimar esfuerzo alguno, para reorientar la cultura de la civilización en la política y encontrar el camino que Colombia reclama, a partir de la escucha solidaria la integridad, a cambio del insulto, la difamación, el rencor y la calumnia.

La prosperidad y la fortaleza; la democracia, la civilización, la armonía, la libertad, la equidad, la justicia, la legalidad, el amor a la patria, la dedicación profesional, la honestidad, la credibilidad y la amistad exigen establecer un diálogo transparente, respetuoso, sincero y ético, fundamentado en profundas convicciones y principios para lograr un propósito común, en defensa de la democracia colombiana.  Sólo la solidaridad real puede superar lo más duro y lo más dificultoso, y solo el trabajo arduo sin mezquindades egoístas pueden hacer realidad los sueños de gobernar con sentido de integridad y democrático al pueblo de Colombia.  

Los partidos y las coaliciones no pueden dar el primer paso revestidos de intereses personales y partidistas, alejados de los intereses del pueblo que sufre grandes expectativas ante la avalancha de la extrema izquierda, para pulverizar la democracia al estilo de Colombia.  Político verdadero y puro de nuestro país tiene ante sí perspectivas de desarrollo muy brillantes, pero no es posible que nuestro camino por la democracia sea del todo llano y expedito, ni que sus planes de desarrollo institucional se cumplan de un solo golpe, ni que el sueño de tener las mayorías en el Congreso de la República y ganar la Presidencia de Colombia,para el período 2022-2026, se concrete de la noche a la mañana y, menos aún enmarcados en el egoísmo, la trampa, las triquiñuelas, la desconfianza y las deslealtades, al interior de las coaliciones y partidos que el pueblo reclama y aclama con insistencia.

Todas las cosas del escenario político-democrático emergen de las vicisitudes, por lo que cuanto más hermoso sea el futuro que deseamos los colombianos, tanto más arduos habrán de ser losesfuerzos que dediquemos a escucharnos y a abrazarnos en una misma causa para la cual vale la pena luchar con principios, valores y convicciones, antes que movernos en los epítetos, difamaciones, rencores, odios y violencia.  Por consiguiente, para las próximas elecciones, tenemos que fomentar enérgicamente, en todos los campos, pueblos y ciudades, los buenos hábitos de dedicación real y trabajo arduo, entrega total y concentrados en el objetivo misional de salvar a Colombia de los malos hijos de la patria, quienes se han convertido en la peor amenaza para triturarla y volverla trizas.

Los cuadros dirigentes de los partidos y de las coaliciones deben encabezar el espíritu del trabajador de la política honesto; elaborar políticas orientadas a la verdad, la coherencia, la libertad, la paz, la realidad y la equidad; demostrar la dedicación real y sincera al pueblo, emprender acciones concretas por la calidad de la educación, la salud, el empleo, la economía, la cultura, los deportes, la ciencia y la tecnología, entre otras; abstenerse de buscar fama banal y resultados ficticios; y oponerse resueltamente a los siete pecados capitales causales de las formas de decadencia que suscitan fuertes quejas entre los cuadros políticos y los electores: El formalismo, el burocratismo, el hedonismo, la extravagancia, la corrupción, el narcotráfico y la violencia.

Urge un direccionamiento a las comunidades con el ejemplo pulcro en las conductas de los políticos, en el cumplimiento del deber como servidores públicos.  Estoy profundamente convencido que, con la firme asesoría, y liderazgo inspirador y acompañamiento de los grandes patriotas de la patria, cuyo referente más significativo es Álvaro Uribe Vélez, y con la marcha intrépida unida de la clase obrera, trabajadora, empresarial, emprendedora de nuestro país; con la lucha mancomunada del pueblo de las diversas etnias de todo Colombia, sin duda alguna, podremos crear un mañana más hermoso y el sueño colombiano de la gran revitalización de la nación democrática se hará realidad, sin lugar a dudas.  ¡Así de sencillo! ¡Despierta Colombia, porque siempre entre nosotros hay una esperanza!

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS​​​​​       Medellín, enero 22 de 2022

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS​​​​​       Medellín, enero 22 de 2022