Por: Balmore González Mira

Con los diferentes datos que han circulado en estos días con motivo de la minga indígena, hay uno que llama poderosamente la atención y es el porcentaje de tierras que tiene las comunidades indígenas en Colombia y los llamados resguardos, el cual asciende al 25.3 del total nacional y que suman 28.9 millones de hectáreas de las cuales su inmensa mayoría son las más productivas y fértiles del país. Con escasos dos millones de población indígena a cada uno le corresponderían 15 hectáreas de tierra, con lo cual cualquier colombiano cultivador con un buen proyecto productivo puede vivir en buenas condiciones. Al resto de los colombianos, es decir a los otros 48 millones nos correspondería a lo sumo entre 1.8 y 2 hectáreas por persona, lo que evidencia claramente una distribución inequitativa y consolida a los indígenas como los primeros y mayores terratenientes de este país.

Hagamos otras consideraciones; las cifras oficiales de los recursos entregados a esta población deja también la tranquilidad de que han sido atendidos por el estado y que las exigencias y compromisos de los anteriores acuerdos también los ha venido cumpliendo el gobierno nacional. También deja la sensación que a algunos líderes indígenas los utilizan algunos politiqueros de turno para sacar provecho y lo que es peor, algunos líderes indígenas se aprovechan de sus comunidades para sacar provecho a título personal y no por las causas colectivas.

También creemos que la protesta debe existir, es una condición propia del ser humano, pero no creemos que sea el momento ni la forma de hacerlo. Por ejemplo,  se oponen a la apertura de la economía pero salen miles a las calles a marchar sin medidas de protección y muchos de ellos ni siquiera saben porque están protestando; fecode se niega a llevar 30 estudiantes a las aulas de clase en procesos de alternancia, pero convoca a miles de docentes y simpatizantes a las calles a marchar sin medidas de bioseguridad.

Finalmente, si la protesta es por los homicidios de líderes y educadores,  no debe ser contra el gobierno, tiene que ser contra los delincuentes y grupos que asesinan todos los días también a muchos colombianos y esa protesta es diaria y permanentemente de todos los buenos, contra esas minorías que nos acorralan con sus crímenes producto, en su inmensa mayoría, por la cadena siniestra de las drogas, en la cual está la coca como primer renglón. Coca que es sembrada en muchos territorios con la complacencia de las mismas comunidades.

Queda claro entonces que lo que menos necesita Colombia hoy son unas marchas con aglomeraciones y sin cuidados, Colombia necesita que se apliquen las leyes existentes y que en el caso de los indígenas los dejen trabajar tranquilamente sus tierras.  

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1 Comentario

  1. Que artículo tan patético!!!! Debería leer los archivos del Centro de Memoria paz y reconciliación y documentarse un poco, siendo en ESTADO, los paramilitares, las FARC y otros grupos armados los responsables de las masacres e inequidades del conflicto armado, porque cree injustificado exigir el cumplimiento de los acuerdos de paz y la protección de los líderes sociales? Porqué mete a los maestros en la colada, si las movilizaciones convocadas son para los maestros sin antecedentes en salud que en un ESPACIO ABIEEEERTOOOO voluntariamente quieren levantar su voz ante unos protocolos patéticos que se crean para el retorno a clases desde el escritorio y que exigen una responsabilidad extrema por parte del docente al recibir una población que se encuentra en formación y que pueden acatar o NO las medidas de bioseguridad? Además cuantos colegios cuentan con todo lo requerido? (personal y infraestructura), seguro serán solo uno que otro colegio….

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