Por: Balmore González Mira

Hace 131 años nació la Policía Nacional de Colombia, y desde ese mismo año, en 1891 ha jugado un papel determinante en el mantenimiento del orden, la libertad y la democracia del país.  Veo más con tristeza que con rabia como hay unos señores que dicen llamarse pensadores que han venido desprestigiando a este cuerpo  uniformado por los errores de algunos de sus miembros;  debemos recordar que la policía es una gran institución donde llegan unos pocos a delinquir y a incumplir los códigos de su existencia y su filosofía de ser. Y ha habido también un buen número de “sabios pensantes” que han propuesto acabarla por los errores de unos pocos miembros de la institución policial.

Los maestros, educadores, docentes o profesores son una institución absolutamente respetable en la sociedad, sin ellos jamás seríamos lo que somos y jamás hubieras construido una sociedad, sin ellos no habría cultura y organización;  unos pocos de ellos son violadores, maltratadores y hasta homicidas, si los “sabios pensantes” propusieran, y sobre todo, si les hiciéramos caso, y acabáramos con la academia toda, ¿Que sería de nosotros, que sería de la sociedad?

La iglesia es una institución venerable, histórica y con unos logros en la fe y en la unidad cristiana inigualables, algunos de sus miembros son violadores, maltratadores y delincuentes, si le hiciéramos caso a los “sabios pensantes” y la acabáramos ¿Qué sería de la sociedad sin alguien quien nos congregue en la fe y en el camino de Dios?

La justicia es tal vez una de las instituciones más necesaria, útil, solemne, magistral y respetable de las  sociedades civilizadas, sin el establecimiento judicial y sin el orden que imponen seríamos unas bestias y no una sociedad con derechos y deberes. Si los “sabios pensantes” propusieran acabar la justicia porque unos pocos jueces y magistrados venden sus fallos, son socios de narcotraficantes, liberan a los delincuentes por dinero, violan niños y niñas.  ¿Qué haríamos con una sociedad sin rumbo y sin el faro de la justicia y en la anarquía?

El Congreso de la República es la representación del pueblo, el recinto sagrado dónde se hacen las leyes, la esencia suprema de la democracia. Si los “sabios pensantes” propusieran acabarlo porque a su interior hay unos investigados por corrupción, otros borrachines y drogadictos sin control, otros más maltratadores de mujeres, unos allá que violaron menores de edad, las hicieron abortar y las asesinaron a sangre fría, secuestraron y acabaron a miles de familias y fueron terroristas comprobados. ¿Quién haría las leyes y el control político?

Las Presidencias de las Repúblicas democráticas son la institución más representativa del poder ejecutivo en el mundo, su elección transparente, en franca lid y por decisión de los pueblos soberanos hacen de ella la esencia misma de la democracia. Como hay unos pocos Presidentes violadores, secuestradores, narcotraficantes, dictadores, terroristas; y si los “sabios pensantes” nos proponen que hay que acabar con todos los presidentes del mundo porque esta figura también está agotada, y por consiguiente se caería la de Gobernadores y Alcaldes,  ¿Qué sería de la democracia, qué de la elección popular, qué de la participación ciudadana?

Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, no habrá una solo institución en el mundo que se libre de que uno de sus miembros cometa actos indebidos e ilegales. Por ello no podemos arrasar o dejar arrasar con la institucionalidad, es obligación de los ciudadanos de bien rodear a nuestras instituciones legales,  democráticas y constitucionalmente constituidas. La Policía Nacional merece todo nuestro reconocimiento, así como todas las fuerzas armadas de nuestra nación a quienes les debemos todo en el cimiento de nuestra libertad. No podemos dejar que las sigan desintegrando y dividiendo, que las acaben de un plumazo o de un plomazo y que todos nos quedemos inermes viendo cómo las destruyen. Porque hoy parece que valiera más un delincuente que un gran policía. ¡HONORES A NUESTRA POLICÍA NACIONAL!

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