Por: Luis Fernando Pérez Rojas

Los principios y la verdad son los fundamentales que la nueva Junta Directiva de EPM, en busca de la excelencia, ha de cimentar para lograr la confianza y la credibilidad que el pueblo reclama, pues, cada vez son más exigentes, y a fe que se puede abrigar esa esperanza desde el gobierno corporativo y los respetables miembros Directivos que, hoy, se esfuerzan con compromiso, idoneidad, pulcritud y ética en lograrlo.                                      

En ellos se consolida una sabiduría profunda desde sus saberes específicos y su moralidad a toda prueba.           Es el momento para dar a conocer que en la Joya de la Corona de Medellín ha empezado a cambiar el propio cambio. Se comienza a acelerar una Cultura Organizacional que pocos se hubiera podido imaginar desde el respeto, el amor, el aprecio, la valoración, la empatía  y el entusiasmo que deben  inspirar los fundamentos misionales, visionarios, axiológicos y teleológicos que marcan la ruta de EPM.                                  

Somos conscientes que cada hora estalla una nueva revolución tecnológica y en la cual no ha sido inferior esta Gran  Empresa. Tampoco, somos ajenos a comprender que vivimos en la incertidumbre económica, política, social, cultural y financiera y aun así, se evidencia en la Organización crecimiento y supervivencia institucional. Las relaciones de poder en el mundo empresarial cambian drásticamente, y a veces de la noche a la mañana, no obstante en EPM se proyecta desde la nueva Junta Directiva la construcción cultural del Trabajo en equipo, cuyos intereses están orientados al bienestar del pueblo y no en dirección trastrocada a otros intereses en particular.  Por todo lo anterior, no podemos ser presa de la incertidumbre, la politiquería, la desesperanza y desorientación que, de mala fe, se le quiere sembrar para generar el caos.  Nuestra vida personal y profesional también ha cambiado de forma radical, los paradigmas gerenciales en las empresas no son la excepción y, los tenemos que afrontar con firmeza, carácter, pulcritud, personalidad, veracidad, transparencia, grandeza ética y moral.                         

El ritmo de vida del país para la satisfacción de las necesidades básicas de las comunidades ha alcanzado la velocidad de la luz. Por ello, permanecemos conectados a EPM las veinticuatro horas al día los siete días de la semana. Antes, intentábamos hacer más con menos; ahora, muchos intentamos hacerlo todo a la vez y, EPM es nuestra fortaleza y oportunidad para hacerlo.  Sin embargo, hay algo que *no puede cambiar y que no cambiará jamás en la institucionalidad de EPM, * pues, es en lo único que podemos confiar para vencer toda maledicencia e ilegalidad que se pueda presentar: hay principios universales y atemporales en la filosofía de Organización Empresarial. Son inmutables. Se aplican en todo momento y en cualquier empresa de Clase Mundial. Principios como la defensa de la verdad, la justicia, la honestidad, el respeto, la misión , la visión, la responsabilidad y la iniciativa rigen nuestras vidas del mismo modo que las leyes naturales, como la de la gravedad, dictan las consecuencias de caer de un  edificio inteligente como el de EPM. Si vamos más allá del borde, caemos. Es un principio natural que la Junta Directiva de EPM debe sopesar.                                           

A diferencia de una roca que cae si la arrojamos desde una alta montaña, podemos elegir si queremos saltar o no. No somos seres inconscientes, empujados por fuerzas manipuladoras y vengativas impersonales. En tanto que como seres humanos, contamos con los dones de la conciencia, de la imaginación, del conocimiento y del libre albedrío. Son dones extraordinarios que los animales no poseen. Podemos diferenciar entre el bien y el mal para sacar adelante a EPM. La Junta Directiva debe dar un paso siempre adelante y no hacia atrás; evaluar la realidad y la verdad actual de la empresa y evaluar sus propias conductas, sin ser contestatarios ante quienes buscan desestabilizar la armonía institucional que allí debe reinar.                                    

EPM puede y debe vivir en la imaginación del pueblo que es su dueño y crear el futuro que soñamos y deseamos con ella, en lugar de ser rehenes del recuerdo amargo de nuestro pasado. Y cuánto más ejercitemos estos dones, más crece nuestra libertad de elección para llevar a la Alta Dirección los mejores hombres y mujeres que sean las básicas columnas de la institucionalidad. Podemos elegir que los principios vayan en nuestro favor o en nuestra contra. Celebro de esa capacidad de elección de la nueva Junta Directiva de EPM.          

 Para vivir con el cambio que demandan las Organizaciones Oficiales y Privadas, necesitamos principios inmutables. Sin embargo, hay un problema. Demasiada gente intenta tomar atajos y sortear los principios que rigen la vida de las instituciones. Queremos sentido de pertenencia, pero sin comprometernos. Queremos tener éxito, pero sin pagar el precio del honor y el trabajo honrado. Queremos estar en paz y hacemos la guerra. En otras palabras, rechazar algo que no podremos tener jamás: *Comprar la conciencia ciudadana, entregar las recompensas del buen carácter sin el buen carácter. Y, sobre todo deseamos amar a EPM y no podemos negamos a apoyar los Cuadros Directivos que la desarrollan con devoción, pulcritud y honestidad.              

 ¡Es imperativo creer en la nueva Junta y trabajar solidariamente por la defensa verdad, que la sostiene frente a cualquier mezquindad de aquellos que buscan  herirla o lastimarla!  Cordialmente,  Luis Fernando Pérez Rojas

Cordialmente,

Luis Fernando Pérez Rojas