POR: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

 Los educadores de Colombia no pueden estar condenados por la insensatez de la institución sindical que los agrupa y, cuyos propósitos están distanciados de las verdaderas necesidades personales y profesionales de sus asociados.

Motivado por la inspiración socrática y la problemática interna del país, me animo a explicitar algunos lineamientos, con el propósito de reorientar el papel de los educadores frente a la crisis que, hoy, los colombianos vivenciamos por causa de la pandemia Covid, el vandalismo, la criminalidad, la corrupción y el terrorismo:

  • Compromiso con la verdad. La verdad es siempre alumbradora y ha de guiar la praxis formativa, so pena de quedar a merced del engaño, la mentira, la arbitrariedad, el dogmatismo adoctrinamiento politiquero.
  • Impulso del bien moral y de la ética. Sin cimientos éticos y morales no hay genuina educación ni institucionalidad educativa seria y responsable que los agrupe.  Por lo mismo, todo educador debe respetar y defender la dignidad humana de los colombianos, para que no se produzcan atropellos de ningún tipo.
  • Cultivo de las relaciones respetuosas de la diferencia y empáticas. La relación magisterial ha de fundamentarse en el elemental principio de comprensión, respeto, confianza, credibilidad y solidaridad con las personas que favorezca la convivencia ciudadana en la comunidad educativa.
  • Confianza en la virtualidad formativa del diálogo proactivo, lo que se produce en el fomento de un auténtico intercambio conversacional con la sociedad, presidido por el respeto, la escucha y la empatía.
  • Apertura de la auto-formación. Ante la vertiginosa caducidad de muchas informaciones el educador ha de estar presto al aprendizaje permanente.  Sin actualización constante el maestro queda irremisiblemente obsoleto.
  • Disposición a investigar. El educador debe observar sistemáticamente la realidad del acto educativo que lo circunda con la intención de mejorarla.  Es una tarea que redunda positivamente en el que-hacer, al interior de las aulas escolares.  La llamada “Investigación-Acción” constituye un buen ejemplo de las opciones con que cuenta el docente para su acrecentamiento y el enriquecimiento de la vida escolar y académica en las instituciones educativas.
  • Respeto del secreto profesional. Los datos obtenidos en el curso de la actividad educativa han de tratarse, salvo justificadas excepciones, con suma reserva, de modo que no se quiebre la confidencialidad ni se vulnere la intimidad de las personas de la comunidad educativa.
  • Fomento de la cooperación y de la actuación colegiada, sin menoscabo de la independencia docente. La combinación de autonomía e implicación de un ambiente laboral de cordialidad y compromiso se presenta como la composición institucional más apropiada.
  • Estímulo de la vertiente social de la educación, de manera que se promueva una convivencia fundada en la paz, la libertad, la justicia, la transparencia, la verdad y la participación ética y responsable.
  • Aprecio y respeto de la cultura institucional en sus diversas manifestaciones, en cuanto vía de progreso y desarrollo personal y social. Sin amor a la Cultura Organizacional la formación disminuye hasta extinguirse.  Por eso, las raíces culturales han de encontrarse en todo linaje de una educación con calidad.
  • Recomendación pertinente: Ojalá estas presentes sugerencias animen a profundizar en las condiciones que posibilitan una praxis educativa con calidad en la escuela, colegio y universidad. Ante las variadas y complejas situaciones de conflicto que el ejercicio de la profesión plantea, hoy, en Colombia. 
  • La ambigüedad, laxitud y desconocimiento de muchas prescripciones deontológicas, algunas periclitadas, obligan a un serio y profundo replanteamiento y enseñanza de las mismas para que tengan significación en la educación actual y nos ayuden a superar la crisis social, política, de salubridad, económica y educativa que hemos venido padeciendo los colombianos. La ética socrática, centrada en las virtudes y valores, eminentemente práctica, susceptible de aprenderse y, brinda una base deontológica que ilumina el desarrollo de una idea pedagógica racional, cordial y dialogada para orientar la educación hacia un nuevo modelo educativo “¡Eso es todo!

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                          Medellín junio 12 de 2021