Por Iván de J. Guzmán López

El espectáculo que dio esta semana a Colombia el flamante senador y médico Roy Barreras, fue deplorable, vulgar, de cloaca, para no usar más adjetivos, cosa que me lo prohíbe la retórica. De ello nos enteramos el 9 de junio de 2022, mediante las  plataformas digitales de la revista Semana y luego difundido ampliamente a Colombia y al mundo por otros medios.

Dice Salud Hernández, en su columna de opinión, sobre uno de los episodios que se ven y escuchan de las malévolas grabaciones:

“En la reunión donde Roy lleva la voz cantante, no sé qué me impresionó más, si la trama perversa que planeaban o el tono serio y el semblante circunspecto de los conspiradores. Proyectaban la imagen de una cumbre de estadistas analizando un asunto de importancia nacional. Todos escuchaban al oráculo en silencio, nadie parecía inquietarse por sus propuestas nauseabundas ni expresaron reproche alguno. Gustavo Petro seguía con atención la prédica de su hombre de confianza, cargada de infectas bajezas, y fue evidente que lo probaba porque puso en práctica tanto sus enseñanzas como los consejos posteriores del joven Guanumen, el otro asesor de sus entrañas”.

“Tras de cotudos, abotonados”, como decía mi abuela Ana María, cuando un sinvergüenza pasaba sin rubor de acusado a acusador: poco después, el jefe de debate y vocero nacional de la campaña de Gustavo Petro, Alfonso Prada, interpuso una acción ante la Fiscalía por violación a la intimidad, reserva e interceptación de comunicaciones; igualmente, el senador Roy Barreras y otras figuras políticas como Gustavo Petro e Inti Asprilla han emitido acusaciones contra el medio (Semana) sin que se hayan aportado pruebas. Varios de estos mensajes buscan sembrar la duda sobre la legalidad de esa publicación y estigmatizan al medio cuestionando su decisión editorial de publicar el contenido.

A todo esto la Fundación para la Libertad de Prensa, Flip, aclaró:

“La publicación de las grabaciones es un ejercicio periodístico legítimo que no constituye un delito. Los medios no tienen fuentes de información prohibidas y sugerir la eliminación del material, como lo hizo Roy Barreras, constituye un acto de censura inadmisible en el ordenamiento colombiano”.

La revista Semana ha demostrado que, contrario a lo que dice Barreras, usando una sucia cortina de humo, no se trata de ninguna chuzada; se trata de la filtración de grabaciones que el mismo equipo político, con Petro a bordo, hacía de sus reuniones. Es claro que “un judas” de entre ese sanedrín, filtró las grabaciones.

Por su parte, Federico Gutiérrez, que no es ningún “tibio”, fue más allá e instauró una denuncia ante la Corte Suprema de Justicia para que investigue a los senadores Gustavo Petro y Roy Barreras por lo que él considera fueron conductas ilícitas, tales como concierto para delinquir, hostigamiento, constreñimiento electoral y amenazas a servidor público.

Triste que a 55 millones de colombianos se le entregue este espectáculo tan grotesco, donde la suciedad es tanta que asquea. Después pedimos candorosamente a los jóvenes que participen en la vida política colombiana, cuando este tipo de encuentros políticos es para que las personas con pudor y algo de ética salgamos corriendo.

Algunos, por no decir muchos políticos corruptos, tratan al pueblo colombiano como si fuéramos un rebaño de giles. Se supone que las campañas y los gobiernos se construyen desde las ideas, las propuestas, la argumentación y la confrontación con los opuestos, no desde la eliminación a través de calumnias, de su pasado, sus errores, vicios o pecados.

Roy Barreras: Médico, Sociólogo, senador, Presidente del Congreso de Colombia 2012, Co-Presidente de la Comisión de Paz; Liberal Social Demócrata en el “Pacto histórico. Pacto por Colombia”, es el protagonista estrella de otro episodio para la historia, que demuestra el adagio popular que leí hace muchos años en uno de los deliciosos libros de Álvaro Salom Becerra, que asegura que “el pueblo es superior a sus dirigentes”.

¡Muy superior!, diría yo: preguntaré a mis doctos compañeros de la Academia Antioqueña de Historia, ¿qué ha hecho el pueblo colombiano, para merecer a tantos “dirigentes” de la ínfima, pobre, mínima, liliputiense estatura de Roy Barreras?, y, para mayor desgracia, ¡pregoneros de ser la esperanza y el futuro de Colombia!