Por: Félix Alfázar González Mira

Leyendo hoy 5 de mayo la conmovedora crónica del expresidente Alvaro Uribe en El Colombiano sobre el asesinato hace 20 años de los doctores Guillermo Gaviria Correa (GGC), Gilberto Echeverri y ocho militares, me mueve a compartir algo que me da vueltas en la cabeza hace años al observar los acontecimientos del país con los sucesores de sus periodos presidenciales. Cómo estaría Colombia sin haber sido gobernada por Santos o Iván Duque y si por el presidente que no fue: Guillermo Gaviria Correa. Aquí va mi relato vivencial sobre el tema.

Observaba como el gobernador Uribe articulaba su gobierno, en materia vial, con el director nacional del Instituto de vías, GGC. La debilidad política del presidente Ernesto Samper por lo de financiación de su campaña, lo llevó a volcar su gobierno hacia la construcción y mejoramiento de la infraestructura vial. Circunstancia aprovechada por el gobernador de Antioquia a través de su visionario secretario de obras públicas, Andrés Uriel Gallego, y el gran ejecutor de obras de infraestructura Guillermo Gaviria Correa.

Paralelo a disminuir el estado burocrático encontrado, de 15 mil funcionarios lo entregó con 5 mil, desarrollaba una vigorosa política social y de infraestructura. Construcción, ampliación y pavimentación de vías nacionales y secundarias.

Ya Guillermo, alcaldía 92-94, me había ayudado a pavimentar los 12 kilómetros que separan a la cabecera municipal de Frontino de la vía al mar en un trabajo conjunto entre la nación (Invías), el departamento con el gobernador Juan Gómez y el municipio con derrame de valorización que respaldaba un crédito del Idea. Ahí el estado en sus tres niveles actuando y por iguales cuantías.

Primera experiencia de pavimentación de ramales de carreteras nacionales a cabeceras municipales que continuaron en la segunda elección de gobernadores en cabeza del doctor Uribe. Se iniciaron las ampliaciones y pavimentaciones de las carreteras del suroeste, occidente, Nordeste, oriente, norte y de todas las regiones de Antioquia y en simultánea las carreteras nacionales que pasan por el Departamento.

En todas las intervenciones públicas del gobernador con motivo de cualquier acto de estos asuntos, notaba el especial afecto que profesaba por GGC y su familia al referirse a él como reserva de la dirigencia paisa hacia destinos superiores.

Entra Guillermo en el año 2000 a competir por regir los destinos del departamento con el doctor Alvaro Villegas Moreno y es respaldado, mediante una carta pública, por el que sería el salvador de Colombia a partir de 2002, sabiendo del agradecimiento superior que tenía Uribe Vélez por su adversario en su corta pero vibrante carrera pública.

Empieza la campaña presidencial de la época y mis buenas relaciones con el doctor Guillermo Gaviria Echeverri me llevaba a frecuentarlo en las oficinas del periódico El Mundo en virtud, también, que escribía una columna de opinión quincenal que en los últimos tiempos se había vuelto monotemática hacia alentar la candidatura presidencial del joven dirigente antioqueño. Circunstancia que él aprovechó para decirme que sus paisanos le habíamos salido muy “uribistas”, al referirse conjuntamente a mi hermano que a la sazón, también gozaba de la generosidad del “viejo” al publicarle sus escritos.

El doctor Horacio Serpa punteaba en las encuestas y nuestro candidato apenas despuntaba en ellas pero con una carga emocional y programática arrolladora e interpretativa de todas las angustias nacionales que lo eligió presidente de la República. Me decía que al candidato del partido liberal había que apoyarlo porque en la fila seguía su hijo Guillermo para hacerlo presidente. Le contesté que no me sentía cómodo apoyando esa candidatura y que pensaba que Guillermo le iba mejor por el lado de Uribe Vélez. Seguidamente le apunté que la señora, que era la primera dama del departamento, bastante daño le estaba haciendo a la vida política de su hijo. Los que lo conocieron se pueden imaginar cómo fue su reacción. Se quedaron escritas y sin publicar varias columnas.

A Guillermo se lo llevaron en Abril y al doctor Uribe lo eligieron en mayo de 2002 y entendí la insinuación del presidente, en mi función como asesor presidencial, que debía visitar con frecuencia al entonces Director y dueño del periódico El Mundo. Sus editoriales en favor del gobierno y de las políticas sociales y de la seguridad democrática eran leídas, analizadas y atendidas por la cabeza del gobierno. Los mandatos del presidente Uribe gozaron de todo el apoyo del periódico y hasta en su intervención en la Catedral Basílica Metropolitana, ante el féretro de su hijo, respaldó el intento de rescate fallido y con contundencia la política, tan añorada hoy, de la seguridad democrática.

Estoy convencido que si la vida no se la hubieran truncado a GGC, hoy hace 20 años , de la mano del presidente más popular que ha tenido la historia de Colombia; que ha elegido tres presidentes, dos por el “Uribismo” nacional y el último por el “antiuribismo” nacional, nos habríamos librado de ser gobernados por la persona más despreciable que ha dado el mundo y también por el inane Iván Duque; al haber hecho elegir a Guillermo Gaviria Correa como presidente de todos los colombianos, porque continúa estimulando liderazgos jóvenes hacia destinos superiores. Y quién sabe si estuviéramos viviendo en la incertidumbre tempestuosa actual.

Si es permitido escribir sobre lo que pudo haber sido y no fue.

Enviado desde mi iPhone=