El compromiso, las virtudes humanas, el profesionalismo, la responsabilidad y el deseo de superación constante han hecho de esta institución de educación superior uno de los legados más trascendentales de la educación para el departamento de Antioquia y el país.

Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

El compromiso apasionado y profesionalismo inigualable de esta universidad, han hecho de ella un legado que debemos defender con seriedad y responsabilidad, para que no llegue a  un estado lamentable de entropía.  La actitud de los miembros de la comunidad educativa debe ser transparente e imparcial, en el cumplimiento de su objetivo misional al servicio de la educación.

Al desarrollar el Proyecto Educativo Institucional no deben mezclarse intereses y fuerzas mezquinas, exógenas y politiqueras que de manera irracional persiguen considerar que lo que hacen unos es lo correcto y lo que hacen los demás es equivocado.  En este caso, no surgen en la mente de su comunidad las preferencias y las aversiones respecto a lo diferente y a lo igual.  Tampoco tiene forma de entrar el aliento de la autocomplacencia estúpida y el prejuicio ilegítimo de algunos mal llamados líderes inspiradores, pero intoxicados, que causan mucho mal al espíritu científico, educativo y humano en que se levanta su faro institucional.

Las directivas, educadores, estudiantes, sindicatos, el Estado, y la sociedad, entre otros, deben avanzar en la concertación y el diálogo sincero, ético y transparente que les permita concienciarse de las virtudes y responsabilidades que los asiste, para salir a flote en la construcción de ciudadanos y profesionales que dignifiquen su legado.  El Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid tiene que sacudirse de manera pedagógica, política y social contra la violencia, la calumnia, la difamación, la mentira, la mediocridad, la permisividad, la politiquería, la doble moral y la anarquía que lo pueden llevar a un estado de entropía lamentable.

Hoy, el reto exige avanzar desde la diferencia respetuosa con altura, pasión y compromiso, para tomar consciencia plena en reorientar el rumbo y continuar, sin escatimar esfuerzo alguno, en abandonar las malas prácticas que se han sembrado y que tanto daño han causado en la construcción de la convivencia ciudadana y armonía institucional.  Es imperativo ser cuidadosos en el cumplimiento de la misión y el logro de la visión de su Proyecto Educativo Institucional, sin perder el camino recto para que puedan ser llamados, como siempre lo han sido, sabios, académicos, científicos y maestros de la docencia y la decencia, la educación con calidad y respetuosos, a toda prueba de la dignidad humana.

Pregunto: ¿Será que vale la pena hablar de la resurrección del verdadero sentido educativo, científico, académico, humanista e investigativo del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, para construir una nueva sociedad y un nuevo proyecto de nación?  Si la respuesta es positiva: ¿Qué hay entonces que temer?  Urge, en el momento actual, crear consciencia que la academia y la universidad es incompatible en sus intereses y necesidades con los partidos políticos, que de una o de otra manera vienen golpeando el gran propósito de educar con seriedad y responsabilidad a la nueva generación que se levanta sin extraviar el rumbo.

En una tradición profética para hacer justicia social, los derechos sociales y educativos en el Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid son enumerados de la siguiente manera, y que deben ser cumplidos sin obtener la disculpa por no hacerlo y, ellos son: perdonar sus errores, ser compasivo y amable con el otro cuando está en una actitud extraña.  Guardar éticamente sus principios y valores fundantes; darle la mano al otro y a los otros cuando están por caer en desgracia; aceptar la defensa que se hace de la institución y rechazar las calumnias o chismes que son susceptibles de atropellar la dignidad institucional en su contra, persistir en darle buena imagen reputacional al Poli; cultivar la amistad con franqueza y sinceridad; satisfacer la confianza en cada uno de sus miembros, partiendo de sí mismo. Además, establecer el respeto por la diferencia y luchar hasta el final por enaltecer la dignidad humana; aceptar enérgicos debates con mesura y moderación; devolver los favores de la misma manera como se los brinda la institución y, agradecerle a ella por permitirle su presencia desde el cargo que ocupa.  Ser agradecidos por la ayuda que les brinda; proteger su honor y su patrimonio cultural; ayudar a la universidad a satisfacer sus necesidades; hacer un esfuerzo para resolver sus problemas; no mal- interpretar las políticas y filosofía institucional; dar veracidad de sus juramentos y compromisos, no ser antipático y hostil; ayudar a la institución, si están siendo injustos con ella o la han hecho víctima de una injusticia generalizada y finalmente, reprimir el sentirse enemigo o hastiado de ella; no desampararla en medio de sus problemas y querer para el Poli lo que se quiere para sí, y disgustar, reconociendo, que a esta institución no le toque padecer lo que a uno le disgusta.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                         Medellín, noviembre 4 de 2022