Por: Misael Cadavid MD

Indudablemente Da Vinci es uno de los mayores genios de todos los tiempos. Fue un polímata florentino del Renacimiento italiano. Fue a la vez pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, astrónomo, botánico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, urbanista poeta y loco.

Leonardo nació en un pueblito cerca de Florencia, Vinci, de ahí su nombre que, en un principio fue Davinci, luego se separó a Da Vinci, que en italiano indica su lugar de procedencia.

Aunque su lugar de nacimiento es objeto de disparidad ya que hay quienes opinan que Leonardo di ser Piero da Vinci, vino al mundo el 15 de abril de 1452, en Anchiano, a unos 3 km. de Vinci.

Hijo ilegítimo de familia rica, su padre fue Piero Fruosino di Antonio (notario, canciller y embajador de la República de Florencia). Su madre, una campesina local de quince años, Caterina di Meo Lippi.

El niño fue criado por el abuelo paterno, Antonio Davinci y nunca llegó a ser reconocido legalmente como hijo legítimo, aunque sí tuvo y mantuvo una buena relación con su familia paterna.

Leonardo, hacia el año 1466, con tan solo 14 años, entró como aprendiz en uno de los talleres de arte más prestigiosos de su época, el de Andrea del Verrocchio. Aquí recibirá una excelente formación multidisciplinaria. No se conoce la existencia de ninguna obra de Leonardo durante la época en que trabajó con Verrocchio, únicamente colaboró en una pintura llamada “Bautismo de Cristo” (1472-1475) en el ángel de la parte inferior izquierda y el paisaje rocoso del fondo.

A los 20 años y aún en el taller de Verrocchio, pinta su primera obra importante documentada, “La Anunciación” (1472-1475). Que se conserva en la Galería de los Uffizi de Florencia.

En 1476 su padre le ayuda a tener taller propio, aun así seguirá colaborando con su maestro.

En este período empieza a recibir encargos personales como “La Virgen del clavel” (1476) para el papa Clemente VII. En donde aparecen ya sus magníficos paisajes de montañas y cordilleras propios de Leonardo.

Desde muy pequeño, da Vinci sitió una gran atracción por la naturaleza, sobre todo le apasionaban las aves y su capacidad de volar. Pronto se destacó, también, como ingeniero y diseño objetos relacionados con la aviación aunque serían irrealizables en esa época, como por ejemplo el Ornitóptero (‘ornitóptero’ proviene de dos palabras griegas, pájaro y alas).

Se trataba de una máquina voladora que contaba con pedales y palancas manuales para hacer que el mecanismo pudiera despegar del suelo con un pequeño empuje y volar a partir del movimiento batiente de las alas, como se elevan las aves, otros inventos incluye paracaídas, vehículos blindados, máquinas de guerra, equipos de buceo incluyendo el submarino, la bicicleta, el reloj con dos mecanismos separados para los minutos y las horas, puentes giratorios etc.

Recordemos que además fue un gran anatomista, realizaba disecciones de cadáveres y dibujaba los órganos en sus cuadernillos famosos.

En 1481 Leonardo parte a Milán, a la corte del Duque Ludovico Sforza. Éste será su mecenas y además de pintar, su mayor ocupación va a ser en el ámbito de la ingeniería llegando a tener el título de “ingéniarius ducalis”.

Hacia 1483-1486 realizaría su primera gran obra en Milán, “La Virgen de las Rocas”, hoy en el Museo del Louvre. Es considerada la primera de dos que realizó el maestro. La segunda se pintó entre 1495 y 1508 y está en la National Gallery, Londres, Inglaterra.

Será en esta época milanesa cuando Leonardo crea “La última cena”. Pintura al fresco, realizada entre 1494-1498 para el convento dominico de Santa Maria delle Grazie. Aunque desde muy pronto la obra dio problemas técnicos, los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento a admirarla. Mide 460 cm de alto por 880 de ancho y está considerada por muchos expertos e historiadores del arte como una de las mejores obras pictóricas de todos los tiempos. El Rey de Francia, al entrar en Milán quiso llevarse el fresco de la pared a su país.

La vida de Leonardo será un continuo ir y venir entre Milán, Venecia, Roma y Florencia, y siempre solicitado por sus habilidades como ingeniero.

En 1490 y 1495 realiza: “La dama del armiño” (Museo Czartoryski, Cracovia, Polonia) y “La Belle Ferronière” (Museo del Louvre).

Y entre 1503 y 1519, pinta su obra más conocida: La Gioconda o Mona Lisa (proveniente de la contracción de “Madonna, señora y Lisa). Se considera que es el retrato de Lisa Gherardini, esposa del comerciante florentino Francesco di Bartolomeo del Giocondo. Es en este cuadro donde aparece una característica de da Vinci llamada el sfumato, es decir, el efecto vaporoso, difuso que hace que los contornos de la imagen queden difuminados. Se obtiene por la superposición de varias capas de pintura extremadamente delicadas.

Técnica también aplicada en el “San Juan Bautista” uno de los últimos cuadros del pintor datado hacia 1513-1516.

En 1513 Leonardo está en Roma, donde trabaja para el papa León X, de la poderosa familia de los Médici. En la ciudad se encuentran también trabajando en el Vaticano, Rafael y Miguel Ángel. Pero la figura de éxito era Sangallo y Leonardo no recibió más que encargos modestos. Decepcionado escribe: “Los Médici me han creado, los Médici me han destruido”, así decide abandonar la ciudad. Y en 1516 Leonardo parte a Francia. Su nuevo mecenas y protector, será el rey de Francia Francisco I, quien lo instala en el castillo de Clos-Lucé, cerca del de Amboise convirtiéndose en el primer pintor, primer ingeniero y primer arquitecto del rey, con una pensión de 10.000 escudos. Francisco I le dio tranquilidad en los últimos años de su vida. En la corte francesa se sintió valorado como pintor y filósofo, además de vivir 3 años felices.

En la casa de campo de Cloux, hoy Clos Lucé, falleció a los 67 años de edad tras una larga enfermedad. Ocurrió el 2 de Mayo de 1519. Su tumba está ubicada en la capilla de San Huberto, en el recinto del castillo de Amboise, en Francia por deseo del propio Leonardo.

A pesar de ser posiblemente el más grande pintor de todos los tiempos, sólo se conocen alrededor de 20 obras, entre ellas un controvertido cuadro atribuido a Leonardo, realizado hacia 1500 por el que en 2017 se pagaron 450 millones de dólares, el “Salvator Mundi” convirtiéndose en la mayor transacción en la historia del arte . La polémica que rodea a la pintura es muy propia de la obra de da Vinci y no parece que se llegue a un consenso, cuyo comprador era en realidad el príncipe heredero de Arabia Saudí Mohammed bin Salman, conocido como MBS, que lo habría regalado a su homólogo de los Emiratos Árabes, Mohamed bin Zayed (MBZ), para reforzar los lazos de amistad entre ambos países.

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