Por Iván de J. Guzmán López 

Periodista-escritor – Ivanguzman790@gmail.com

El periódico DW Español, y en general, la gran mayoría de medios en el mundo, reseñaron con gran complacencia la gesta del italiano Giuseppe Paternó, un veterano de la Segunda Guerra Mundial, que a sus 96 años de edad acaba de recibir su diploma de Filosofía e Historia de la Universidad de Palermo. Y de ñapa, ¡en plena pandemia!

Según Noticiascaracol.com,  “Giuseppe Paternó se convirtió en un ejemplo de vida, de tesón y es la muestra de que nunca es tarde para alcanzar los sueños”. Las palabras explicativas del doctor Paternó, fueron: “Me dije: ‘Es ahora o nunca’ y, por lo tanto, en 2017 decidí inscribirme. Comprendí que era un poco tarde para obtener un título de tres años, pero me dije: ‘Veamos si puedo hacerlo’. No estaba seguro cuando tomé esta decisión porque no conocía el ambiente, no sabía cómo se comportarían los maestros frente a una persona tan vieja”. Así pues, el doctor Paternó, se convirtió en el alumno más sobresaliente de su clase, en medio de compañeros, algunos más de setenta años menores que él.

A la vieja usanza, Giuseppe hizo sus trabajos en la vieja máquina de escribir que su madre le regaló en 1984 y sus investigaciones las hacía en los libros. Sin embargo, llegó la pandemia y tuvo que adaptarse al uso de la computadora. Pero esto tampoco le quedó grande. Aunque siempre amó el conocimiento y los libros, la vida lo llevó por otro sendero y este proceso lo compara a su trabajo como marino, cuando sirvió en la Segunda Guerra Mundial. “La guerra nos fortaleció, a todos mis compañeros que aún están vivos, nos fortaleció contra este covid-19. Realmente no nos asustó tanto”, asegura Giuseppe.

Para Giuseppe, lo que quedan son sueños y planes: “Mi proyecto para el futuro es dedicarme a escribir; quiero leer todos los libros que no tuve la oportunidad de leer”.

A su vez, el  rector de la Universidad de Palermo, Fabricio Micari, expresó sus felicitaciones a este hombre que se convirtió en ejemplo de vida, tesón, y es la muestra de que nunca es tarde para alcanzar los sueños: “En nombre de toda nuestra comunidad académica, expreso mis sinceras y afectuosas felicitaciones por este importante logro. Seguimos desde el principio la brillante carrera universitaria del Dr. Paternó, que nos testifica cómo cada resultado se puede lograr con pasión y voluntad. Le agradezco el extraordinario ejemplo de vida, cultura y determinación que nos da a todos”.

Es significativa, aleccionadora y motivo de ejemplo para Colombia, la primicia que generó este hombre que se gastó la vida trabajando para sostener a su familia y que ahora aprovecha su retiro, para estudiar, leer y escribir, sueño que ahora se permite realizar.  Es significativa, aleccionadora y motivo de ejemplo para  Colombia, porque esta patria se ha convertido en el país que rechaza a sus adultos mayores, que los convierte en inútiles y hasta pretende encerrarlos, como si fueran delincuentes.

 En febrero de 2020, según el Dane, Colombia llegó a 50 millones de habitantes, de los cuales 6 millones y medio, corresponde a la clasificación de adultos mayores. Ser adulto mayor en Colombia, se ha convertido en toda una tragedia. Y lo más horroroso: el desprecio social y laboral se está permitiendo a edades muy tempranas, casi que desde los 40 ó 50 años, lo que es una tragedia personal, familiar y social.  Las estadísticas dicen que el 40 % de los adultos mayores tiene un perfil depresivo, pues muchos tienen que soportar también pobreza extrema, violencia, maltrato y abuso, sumado al poco o ningún acceso a la salud, doloroso esto último en extremo, porque son propensos a sufrir enfermedades que requieren una atención especializada: 72 % de esta población no puede acceder a un centro especializado en cuidados geriátricos ni a un cuidador. Según ha concluido un informe de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Sabana y la Asociación Colombiana de Gerontología y Geriatría, “para finales de este 2020 habrá dos adultos mayores por cada adolescente, pero sus condiciones de vida serán preocupantes”. Según el Diagnóstico de los adultos mayores en Colombia, entregado por la Fundación Saldarriaga Concha, “la Enfermedad Isquémica del Corazón es la que más sufre esta población en el país, pues la padecen el 20 % de los hombres y el 18,8 % de las mujeres mayores de 60 años”.

Pero, para contextualizar este escrito con el grado del doctor Giuseppe Paternó,  debo argumentar que tener 40, 50, 60 o más años, no es sinónimo de ser una persona vieja. La cultura, la economía, el neocapitalismo que sufrimos, predica y hace inútil la vida de millones de colombianos, sin que los legisladores o las empresas o la academia, digan o hagan mayor cosa, lanzando lo mejor de Colombia, representado en su experticia, amor por la tierra y necesidad de sentirse útil, a la depresión, la excluidos, las enfermedades y la tumba. Es por esto que el comportamiento de Giuseppe Paternó, ahora filósofo e historiador de la Universidad de Palermo, difiere con la actitud de muchos, arrinconados por la fuerza del desprecio, la ignorancia y el abandono de un capitalismo atrofiado e infame, que desecha a humanos como a banano de rechazo.

Hace poco, la pandemia, que ha hecho aflorar lo peor de la condición humana y el facilismo del ejecutivo con la escaza medida de encierro, pretendió enterrar en vida a los mayores de 70 años: “El grupo de ilustres septuagenarios que ha liderado el capítulo local de la “rebelión de las canas” en Colombia –tituló El País, de Cali- se ha apuntado este viernes una resonante victoria. Alegaban que las medidas de confinamiento decretadas por el Gobierno de Iván Duque para los adultos mayores hasta el mes de septiembre vulneraban sus derechos a la igualdad, la libertad de locomoción y el libre desarrollo de la personalidad. Una jueza de Bogotá les concedió la razón y decidió que algunas de esas restricciones deberán dejar de aplicarse hasta que la Corte Constitucional defina su legalidad”.

Colombia debería aprender que envejecer no es un problema ni una desgracia, como muchos lo plantean. El esquema laboral colombiano no es el ideal para un adulto mayor; los suele lanzar muy rápido a la obsolescencia y esto genera un impacto psicológico y social espantoso, y es así como numerosos adultos mayores (y no tan mayores) caen en la depresión y en actitudes agresivas, hasta antisociales, pues se sienten excluidos, inútiles, inservibles y como una carga para sus familias y para la sociedad en general.

Según el Estudio Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento (Sabe), antes del 2021, en el país habrá una persona mayor de 60 años por cada dos adolescentes, pero los legisladores no se dan por aludidos; se enfrascan en su aumento salarial y en cobrar gastos de representación, aunque la pandemia diga que estamos confinados.

1 Comentario

Comments are closed.