Por: Emperatriz Echeverry Arenas

Estoy enojada, indignada y dolida, por la irresponsabilidad, la falta de consciencia, la ineptitud del Ministerio del Medio Ambiente, quien no actúa y voltea la cara, ante la forma despiadada, codiciosa y perversa, como saquean nuestros recursos naturales.

Existe un ente gubernamental encargado de velar, cuidar, proteger y sancionar a los depredadores humanos, a los que destruyan la madre naturaleza, los que negocian con la fauna, los que contaminan nuestros ríos, los que saquean los mares, los que queman nuestros bosques, pero acá no pasa nada, todo es normal,  sabemos que alguien está delinquiendo y nos hacemos los locos, y si casualmente se abre una investigación, termina llena de polvo encima de un anaquel, los poderosos no se tocan, se protegen ellos mismos, la justicia es para “los de ruana”, al menos eso nos ha dado a entender la Honorable Corte, que impasible, no muestra ningún interés en aplicar la ley, con igualdad, severidad, equidad y justicia, y lo que es peor, perdió la vergüenza.

Los noticieros, no opinan, no denuncian, estos hechos contra el medio ambiente, ellos no aportan nada constructivo, no hay un espacio para formar, para instruir, para educar, son programas con formatos sin importancia,  telenovelas cursis, que solo sirven para dar una mala imagen de los colombianos, de que somos narcotraficantes,  sicarios, prostitutas, delincuentes, eso es lo que venden y por eso tenemos mala fama, no graban programas que valgan la pena, no hay campañas educativas, enseñando a ser cívico, motivando el respeto, por los animales y la naturaleza,

Cada canal muestra lo que le favorece, se empeñan en dar a conocer peleas burdas,  comentarios amarillistas y desobligantes, que en vez de unir, dividen, no prudentes, no tienen tino, parecen ave de rapiña, buscando comerse la porción más grande, con los realitis.

Colombia, esta huérfana, que crea  Ministerios por burocracia, para mantener ineptos y zánganos en altos cargos, devengando sueldos altísimos, que solo sirven para desangran el país,  funcionarios corruptos, que manipulan, y aprovechan el cuarto de hora, para firmar acuerdos, donde solo ellos se benefician con  mafias, organizaciones al margen de la ley, multinacionales, que vienen a exprimen la tierra, la dejan sin entrañas, reseca y sangrando, dejando los campos desolados, las aves, sin sus nidos, los animales sin habita, la flora sin vida;  pero eso no nos importa, no alzamos la voz, no protestamos, y no exigimos, respeto por la madre naturaleza que todo no lo da, y que gracias a ella estamos vivos.

La indolencia, la prepotencia, la irracionalidad, la falta de amor, y de respeto, por nuestra tierra, no tiene calificativo, que tristeza, no valoramos, no cuidamos, no amamos, este país de tanta diversidad y de extraordinaria belleza.

Se nos olvida que somos sus hijos, que el viento es nuestro alimento, el fuego nuestro espíritu, la tierra nuestro cuerpo, el agua nuestra sangre. ¿Cuándo vamos a tomar Consciencia de nuestros actos? ¿Cuándo vamos a entender que sin ella no somos nada?

Nuestro pensamiento, se vuelve palabra, nuestra palabra, se vuelve acción,  olvidamos el poder del amor, del perdón, del respeto, si viviéramos estos preceptos, habría equilibrio en la tierra.

Los gobiernos deben empezar a planificar, a educar las comunidades, para que sean guardianes de los bosques, debe regular, e imponer normas sancionables para aquellos que se dedican a delinquir, a la minería ilegal, a la tala de árboles, y  todo lo que destruya nuestro ecosistema.

La madre naturaleza es nuestra casa, es nuestro refugio, es el hogar de todos, es tiempo de cambiar, de empezar a protegerla, es tiempo de agradecerle, el alimento, su oxígeno, si la cuidamos ella, nos compensará con exquisitos frutos, no habrá calentamientos, todo será armonioso, como debería ser, ella está enferma y no lo hace saber con las fuentes de agua, ríos, cascadas, que se están secando, vivimos encima de ella, procreamos sobre ella, y ella nos está emitiendo mensajes que no hemos querido reconocer, como los maremotos, temblores de tierra, desbordamientos, ya es hora que hagamos un alto en el camino, nos toquemos el corazón y que cada uno, actuemos con responsabilidad y le devolvamos todo lo que nos ha regalado, es una forma de retribuir y agradecerle, empecemos a sembrar árboles, a no ensuciar los ríos, a no botar residuos en los mares, a no comprar animales exóticos, a no malgastar el agua, a no maltratar los animales, a no matar los abejorros y abejitas, que son los encargados de polinizar las plantas, para que produzcan frutos y semillas, ellos se nos están muriendo, es nuestra obligación preservar lo que nuestro Padre nos ha dado.

La armonía y la paz, se encontrará cuando todos unidos, empecemos a respetarnos, a valorar lo nuestro, a cuidar las  criaturas menores,  nuestro planeta, que perdió su equilibrio por la insensatez e ignorancia de nuestros actos;  nuestro pensamiento se está volviendo inerte, perdimos la capacidad de reaccionar, de ver más allá y tenemos que volver a conectarnos con nuestro interior y con lo espiritual, no busquemos a Dios, en las alturas él está en nuestro corazón dentro de nosotros, es nuestra forma de ser, es nuestro pensamiento, es nuestro plano espiritual, si vamos a exigir cambios, empecemos por nosotros mismos, por dar lo mejor, por no estar juzgando, porque el ser humano sin el plano espiritual está perdido, la religión es otra forma de poder, de gobernar, religión es la vida misma, la muerte es otro camino para volver a nacer.

Dejemos de buscar culpables, quizás lo que no me gusta de los demás, es el reflejo de lo que soy, asumamos con seriedad  y responsabilidad nuestros actos, demos más amor, la vida es una oportunidad, hay que vivirla con intensidad, dependiendo como vivamos, así será nuestra muerte, no culpemos a los demás de nuestras malas acciones,  no nos engañemos, nuestros malos o buenos actos tienen repercusión. Un abrazo. Emperatriz Echeverry Arenas.

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