Por Iván de J. Guzmán López

Muy honrado debe sentirse el señor ministro de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia, el monteriano Rodolfo Enrique Zea Navarro, porque la noticia -del fin de semana pasada-, fue que viajó a finales de marzo con la primera carga de aguacate Hass a Corea del Sur.

Es claro que la producción de nuestro agro se dinamiza a pasos agigantados con la acertada diplomacia fitosanitaria del gobierno Duque, bajo el liderazgo  del señor Ministro y el acompañamiento y gestión permanente en territorio del doctor Juan Camilo Restrepo Gómez, Viceministro del ramo. Agrada reportar que buena parte de nuestros campesinos y la agroindustria colombiana, con empresas como Minagro (una agroindustria vallecaucana), líder en la producción de frutas tropicales, se ha consolidado en la exportación de aguacate Hass, y ya cuenta con una red  de  cultivadores en 14 departamentos y cultivos propios en el norte del Valle del Cauca y en Antioquia, especialmente, donde, para fortuna del departamento y nuestros campesinos, concentra el 23% de sus zonas productoras.

Algunos incrédulos (de esos que siempre encuentran peros a las propuestas) cuestionaban el proyectado mercado de aguacate, desde la llegada misma del presidente de la República a la Casa de Nariño. Lo cierto es que hoy, Colombia ocupa el tercer lugar en producción de aguacate Hass, después de República Dominicana y México. En el año 2020, logró USD 144 millones en ventas al exterior, y a hoy, ha logrado reunir 26 mercados internacionales en su lista de destinos. Con la alianza comercial manejada cuidadosamente, Corea del Sur se convierte en el tercer país de Asia al que llega el aguacate Hass colombiano, después de Japón y China. De ñapa, el ministro Zea espera que después de su visita se concrete la exportación de productos como lima Tahití, carne de cerdo y otros productos nacionales.

Los que saben de mercados globales, derrumbe de barreras geográficas y oportunidades de negocios, entienden que la cuenca del pacífico es un mercado inmenso y potencial para Colombia, porque el mundo siempre nos ha mirado como un productor de calidad, amigable y respetuoso de los tratados comerciales. En buena hora el país ha entendido que buenos servidores públicos al frente de carteras como la de Agricultura y Desarrollo Rural, son absolutamente importantes para Colombia, si pensamos que el mundo –en esta era de globalización- es un gran mercado para los colombianos (y muy especialmente para el agro), y que ello se traduce en bienestar para la población y el posicionamiento de Colombia como país productor y exportador.

La hora del campo colombiano ha llegado; la hora del campesino ha llegado, la producción de sólo pan coger, que mantenía a nuestros campesinos en plan de supervivencia, en condiciones lamentables y tristes, debe acabar. A esto apunta programas especiales que hoy ofrece el Ministerio, como: El Programa de apoyo a pequeños productores para la compra de insumos agropecuarios, el Programa para la adquisición de maquinaria en beneficio de campesinos y pequeños productores, la Línea de Crédito LEC ‘El Campo Avanza’, que financia actividades como servicios de apoyo, siembra de cultivos de ciclo corto, sostenimiento de cultivos perennes, la producción pecuaria, comercialización y otros más; el apoyo directo a sectores productivos: Arroz, Maíz, Algodón, entre otros.

Con buenos dirigentes al frente de las carteras y los gremios, con crédito adecuado y acompañamiento financiero y técnico a nuestros campesinos, ¡Colombia puede convertirse fácilmente en la despensa del mundo!

¡Buena esa señor Ministro; adelante señor Viceministro! Querer, financiar y acompañar a nuestro campo colombiano, es una necesidad y una gran oportunidad para Colombia.