Por: Sergio Zuluaga Peña.*

A lo largo de la historia, las pandemias han devastado poblaciones y han cambiado la trayectoria de la humanidad. Los efectos globales de la actual pandemia de COVID-19 han afectado de manera desproporcionada a ciertas regiones y grupos de población tanto a nivel nacional regional y mundial.

El brote de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) es la emergencia de salud pública más importante del siglo XXI hasta el momento, a medida que se propaga la epidemia, la personas quieren comprender la ciencia detrás de las preguntas más urgentes: ¿cuántas personas se han infectado?, ¿Qué tan peligroso es el virus? ¿Qué tan efectivas serán vacunas?, ¿Cómo se puede contener la epidemia y mitigar los daños?, ¿Cuál es el impacto económico?

Una pregunta que debemos hacernos sin duda es: ¿Cuál es el papel de las redes sociales para responder a la epidemia? y sobretodo cómo hacer que la combinación noticias falsas, más redes sociales manejadas sin responsabilidad sigan generando más desinformación en el contexto de nuestra salud pública que nos contagie también de una INFODEMIA.

El impacto de la mala información, se conoce con el término infodemia, aunque no es una palabra nueva, ya que ha habido muchos precedentes de desinformación en el contexto de la salud pública.

Sabemos que para controlar el coronavirus, debemos hacer cambios  generalizados de algunos hábitos, cambios en la manera de relacionarnos, seguir los consejos del lavado de manos para disminuir la transmisión, aislamiento social si tenemos algún síntoma. Pero también sabemos que mucha gente no lo hace, para que la población pueda hacerlo necesitan confiar en el mensaje y en el mensajero, y así tienen la oportunidad y los recursos para cambiar, para construir esa confianza, debemos usar las comunidades existentes como redes para acceder a líderes comunitarios, y entre otros a los influencers en Internet para movilizar redes y llegar a la gente.

La OMS describe la infodemia como la abundancia de información, tanto la correcta como la falsa e incorrecta. Esta abundancia de información se la pone difícil a la población para encontrar fuentes de confianza y ayuda fidedigna cuando la necesitan.

Esta pandemia como ninguna trajo un ‘tsunami’ de información mezclado con desinformación, rumores, etc. y con las redes sociales este fenómeno se ha amplificado, va más rápido y llega a más gente, y hay mucha desinformación y rumores relacionados con la procedencia del virus, la negación de la gravedad y de la evolución de la pandemia. También hay propuestas de curas falsas.

Por ello es necesario dar la información correcta para que la gente haga lo correcto para controlar la enfermedad o para mitigar su impacto, por lo tanto, no es solo dar información para asegurarse de que las personas estén informadas; también es asegurar que las personas estén informadas para actuar de manera adecuada, el compromiso comunitario tiene su papel en contrarrestar los rumores haciendo ver que los líderes de salud pública escuchan a la población, no ignoran las preocupaciones, y están buscando la mejor manera de ser precisos con la información que dan. Las redes sociales pueden ayudar a que la población encuentre en quién confiar y de quién dejarse aconsejar y tratar de llegar a la población a través de esas personas o grupos, sin embargo, la mayoría de la información falsa se obtiene a través de las redes sociales. Esto indica que hay mucho trabajo por hacer, para tratar de modificar la relación hacía mensajes que vienen de las personas que no conocemos pero que ejercen influencia en las redes.

Entonces, ¿cómo podemos evitar que se extienda la desinformación? Una clave es que la gente entienda la ciencia que soporta la información, así la gente puede confiar en lo que se dice, esto se hace compartiendo investigaciones y la evidencia que hay de manera abierta, una de las buenas cosas que ha pasado durante este brote es que más que nunca muchos artículos académicos y reportes han sido publicados en tiempo real y también resúmenes en lenguaje cotidiano los hace más accesibles, desarrollar el aprendizaje a través de la red, para aumentar la alfabetización científica.

No es exagerado decir que pocos aspectos de la vida de las personas, si es que hay alguno, se han mantenido inalterados por esta epidemia y por ello la importancia de usar las redes con respeto y proveer una buena información y no seguir propagando el virus de la infodemia.

*𝙰𝚋𝚘𝚐𝚊𝚍𝚘, 𝙿𝚑𝙳 𝙳𝚎𝚛𝚎𝚌𝚑𝚘, 𝙼𝚊𝚐𝚒́𝚜𝚝𝚎𝚛, 𝙻𝚎𝚐𝚊𝚕𝚝𝚎𝚌𝚑, Mercadologó, 𝙰𝚎𝚛𝚘𝚗𝚊́𝚞𝚝a.