Por: Misael Cadavid MD

Actualmente la población mundial es de 7800 millones de personas y a hoy son 108 mil personas las infectadas con coronavirus es decir se ha afectado el 0.001% de la población mundial, a pesar de esta insignificante cifra las consecuencias económicas de esta enfermedad que sea dicho de paso tiene una mortalidad menos del 2% y en el 80% de los infectados pasa con síntomas leves q no amerita ninguna asistencia médica y q su comportamiento epidemiológico es semejante a otras enfermedades virales q atacan el sistema respiratorio pero q nunca se le había hecho el despliegue publicitario vista hasta ahora con este virus.

Realmente estamos en un sistema socioeconómico muy endeble.

El mundo globalizado y la elevada movilidad que tenemos hoy en día hacen que se hayan dado condiciones que han facilitado la propagación. Ello no es sino un reflejo de los efectos económicos que la pandemia va a tener sobre la economía mundial, que se deben, por un lado, al aumento de la incertidumbre sobre el alcance que vaya a tener la enfermedad y, por otro, no menos importante, a que la arquitectura del sistema económico en el que nos movemos se basa en una serie de interrelaciones que se quiebran cuando un país del tamaño y la importancia de China se para durante unas semanas.

Por lo que se refiere al aumento de la incertidumbre, el primer efecto que tuvo la epidemia, una vez salió de las fronteras de China y se extendió a los países avanzados, fue una caída generalizada de las bolsas. Esa primera respuesta es el efecto directo de ajustar las previsiones (de ventas, ganancias, exportaciones, producción, etc.) ante la nueva situación.

No obstante, algunos sectores, los relacionados con el transporte y el turismo, por ejemplo, desde hoteles a compañías aéreas, serán los que inicialmente se afectarán con fuerza y además que más tarden en recuperarse.

La OCDE acaba de publicar un informe en el que plantea dos posibles escenarios: en el primero, donde es posible contener la expansión del Covid 19 la caída del PIB mundial sería de un 0.5% en este año 2020; en el segundo, no sería posible contener la expansión del virus y el PIB mundial caería 1.5%. Ambos escenarios suponen una caída en la demanda en China del 4% el primer trimestre de este año y un 2% en el segundo. Sin embargo, en el escenario positivo, el precio de las materias primas y las bolsas caerían un 10%, mientras que, de extenderse en Asia y por el resto del hemisferio norte, esta caída sería del doble, con descensos en la demanda en todo el mundo. En ambos casos, los efectos quedarían absorbidos durante 2021.

Por tanto, estaríamos enfrentándonos a un fenómeno que, por su carácter imprevisible, supone un shock sobre la economía mundial. Son dos los canales a través de los cuales generaría menor crecimiento económico. Las medidas adoptadas en China (y que están también extendiendo otros países) han supuesto cuarentenas, restricciones al transporte y cierre de lugares públicos. Desde el punto de vista de la oferta, se ha producido el cierre temporal de empresas, cortes en la provisión de servicios e interrupciones en las cadenas globales de producción. Por lo que se refiere a la demanda, la pérdida de confianza de los consumidores ha llevado a gastar menos, suspender viajes de turismo y negocio, cierres de centros educativos y de entretenimiento.

Lo que explica las repercusiones del coronavirus sobre la economía mundial es el lugar prominente que China ocupa en las denominadas cadenas mundiales de valor. Hoy en día, muchos productos, sobre todo los más complejos, están formados por componentes cuya producción se distribuye entre varios países. Ejemplos paradigmáticos son los aviones Boeing o el iPad, cuyas piezas proceden (casi) de los cinco continentes. China está ahora plenamente integrada en la economía mundial: representa el 17% del PIB mundial (algo mayor que Estados Unidos o la UE), el 10% de la inversión extranjera o de los turistas. Sus importaciones de aluminio o de cobre superan el 50% del total mundial, siendo también uno de los mayores importadores de caucho o de petróleo.

Hay q recalcar la importancia de las interdependencias mundiales respecto a China en dos sectores: electrónica y computadores y equipamiento de transporte. China genera el 27% del valor mundial de este sector, seguida por Estados Unidos con un 20% y la UE con un 18%.  En Estados Unidos la dependencia con China es muy alta, sumando (entre exportaciones e importaciones) es casi de un 30%.

Algo semejante ocurre en el sector de los vehículos de transporte. Como ya estamos viendo estos días, la falta de piezas para la producción de algunos vehículos empieza a obligar a detenerse a algunas plantas de fabricación de automóviles en España, con la consiguiente pérdida de jornadas de trabajo y salarios.

Otro aspecto importante  a analizar es la caída del petróleo y la valorización del dólar lo que impajaritablemente repercutirá en la microeconomía de los países y en las dinámicas de oferta y demanda.

Estamos ante un corona-espectáculo psíquico con graves repercusiones socioeconómicas ?