Por: Balmore González Mira

Lo mínimo que puedo hacer como columnista asiduo de este medio de información, es dedicar este  escrito como un pequeño homenaje para celebrar las bodas de plata de la institución a la cual orgullosamente pertenezco.

La divina providencia y la inmensa bondad de mi pueblo, me dieron la oportunidad hace unos años, siendo Alcalde, de actuar como miembro del Consejo Directivo de Corpourabá, otra de las corporaciones ambientales del departamento de Antioquia. Desde allí me pude adentrar un poco más en las importantes tareas que cumplen estas instituciones en la protección, conservación y recuperación del medio ambiente, lo cual me ha servido para entender mucho más, ahora desde Corantioquia,  la necesidad de su existencia y la importancia de fortalecerlas, con músculo financiero y de competencias, para ayudar a recomponer el camino tan maltrecho y destruido por la mano devastadora del ser humano.

Su tarea no se circunscribe exclusivamente a otorgar o negar licencias ambientales o a hacer visitas de control y seguimiento. El interrelacionamiento que hoy tiene Corantioquia en los 80 municipios de su jurisdicción, perfectamente tiene una probada trazabilidad por todas y cada una de las instituciones que tienen asiento en su territorio, tanto privadas como públicas, desde las que le corresponde vigilar como aquellas que generan acciones en favor o en contra del ambiente con su diario accionar.

Estas efemérides no solo están enmarcadas dentro de la excepcional pandemia que estamos padeciendo, sino que tienen una connotación aún más importante en la corta existencia, pero nutrida vida de Corantioquia: por primera vez en sus cinco lustros de existencia está regentada por una extraordinaria mujer, amante como la más de la naturaleza, sensible en temas ambientales, sociales y humanos como ninguna. Una Ingeniera Ambiental que nació en las montañas antioqueñas y que se hizo a pulso, escalando con firmeza, con respeto y sin pisotear a nadie y que después de haber sido servidora en sus inicios profesionales de la Corporación, ahora con todos los méritos llega a dirigirla, pero no con una gerencia de la inercia, sino soñadora, dinámica,  ambiciosa en el buen sentido de la palabra y propositiva como ninguna otra. Ana Ligia Mora Martínez tiene claro el horizonte, sabe para dónde va y ha rubricado con su sello personal a la hoy orgullosa y cumpleañera institución. En su cargo anterior, Diputada del departamento, dejó huella por sus conocimientos, tratamientos y propuestas siempre con corte ambientalista. Una defensora convencida de las Juntas de Acción Comunal, ahora las viene empoderando en temas ambientales para que hagan labores en ese sentido. Las mismas que fortalece con la presencia de más  Guardabosques en los municipios. Podría uno extenderse en una cantidad de cualidades incontables que pasan por la aplicación real de un liderazgo con sabia escucha pero sin edulcorantes artificiales, con la naturalidad de lo pragmático para poner a rodar las buenas iniciativas, para mantener lo bueno, para mejorar lo susceptible de así hacerse y para construir tejido social con fundamento en la vida. 

Corantioquia dejará legados como Bio+, formalización minera, estrategias de protección de la fauna y flora,  de las  fuentes hídricas o como Piragua, entre muchas otras, permanecerán en el tiempo y harán parte del inventario histórico que se construye desde la entraña paisa. Para ello también es fundamental la implementación del Plan de Gestión Ambiental Regional – PGAR-, que proyecta y lee a la Corporación en los próximos 12 años y que instrumentalizado para su ejecución en un Plan Acción para el próximo cuatrienio, que por primera vez le da  enfoque étnico, como una realidad hacia la diversidad y la inclusión social, haciendo énfasis en la conservación de áreas protegidas, será sin duda la brújula que guiará sabiamente en los territorios;  propuestas como la necesidad de pensar en el Agua para la vida, planificando su uso y manejo, buscando siempre  su sostenibilidad como esencia de la conservación de los seres sintientes en las próximas centurias.

Finalmente, dejo dos orientaciones permanentes recibidas por la Dirección General como constancia del camino que se está andando en Corantioquia y lo que se está edificando para las próximas generaciones: la promoción y aplicación permanente de la legalidad, como un principio universal y fundamental de nuestra Constitución y la no menos importante de mantener una excelente, respetuosa, eficiente  y eficaz atención a la ciudadanía que permita su alta satisfacción en sus demandas y requerimientos.

¡Feliz cumpleaños Corantioquia!