Por: Luis Fernando Pérez Rojas

 La universidad merece toda la confianza de la sociedad antioqueña, para aspirar al logro de su acreditación de la calidad institucional al servicio de la educación.

Quiero pedir a la sociedad antioqueña que tenga confianza en la I.E.S. Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid en los desvelados esfuerzos que viene realizando la comunidad educativa universitaria por la Acreditación de la Calidad Institucional.  A lo largo de los años desde su creación, ha habido en la vida de la universidad momentos de alza y otros de declive; pero ante cualquier situación de crisis, han sabido siempre reaccionar, justo a tiempo.  En tales ocasiones las quejas de la sociedad han podido servir sin duda como eficaz estímulo, pero también la desconfianza y el descrédito han agravado situaciones, han provocado el desánimo.  A veces la comunidad educativa universitaria se impacienta y se empeña en forzar cambios bruscos, casi siempre más perturbadores que eficaces.  Los cambios en la institución universitaria Poli deben ser siempre serenos, ponderados, medidos.  Y la universidad es la primera y más interesada en conseguirlos, en acoplar su estructura y su funcionalidad al ritmo en que la sociedad evoluciona; pero es consciente también de las desgraciadas consecuencias de la precipitación.

El cuerpo directivo y docente y cuantos están en posiciones de responsabilidad en el Poli poseen en general auténtica vocación universitaria, tienen una gran voluntad de hacer de la universidad lo mejor posible.  Es bueno que la sociedad confié en los universitarios Poli, que les dé margen suficiente de tiempo y de medios para que la universidad evolucione por sí misma y preste en grado más acabado su auténtico servicio.  Hemos de contribuir entre todos a evitar que se irrumpa invasivamente en la universidad, que se le atropelle, se la zahiera, o se la instrumentalice; hemos de hacer posible entre todos su trabajo sereno.  Si a la actitud de confianza por parte de la sociedad, ésta añade un gesto de comprensión y afecto, descubrirá siempre en el universitario Poli miradas expresivas de profundo agradecimiento.

Mi experiencia personal en la universidad, cuando tuve la oportunidad de servirle, es la de que a pesar de muchas dificultades económicas, ha sido en gran parte posible realizar las funciones universitarias tal como aquí lo he expresado; con la participación leal de la gran mayoría en los objetivos esenciales y misionales de la universidad; con la existencia efectiva de una comunidad académica excelente que ha sabido compenetrarse a pesar de las naturales diferencias de opinión; con una convivencia grata, de trato amable, sincero, cordial; en un ambiente de trabajo y de serena alegría, sin faltar por su puesto las incomprensiones de algunos en minoría.

Estoy seguro de que cualquier universidad que tenga en su entorno una sociedad que confíe en ella y la respete, que le muestre su comprensión, su estímulo y su afecto, tendrá posibilidades de acción de tremenda eficacia, devolverá con creces cuanto reciba, prestando un servicio lleno de entusiasmo y espíritu de superación.

Siempre habrá, entre la universidad Poli y su entorno tensiones, problemas, exigencias mutuas, reclamación de mejora en los recíprocos servicios.  Pero si la tensión es templada, comprensiva y respetuosa, será garantía de eficacia y el futuro de la universidad frente a la Acreditación de la Calidad Institucional estará resuelto.  Y no debe olvidarse que la sociedad antioqueña será en buena parte lo que sean sus universidades, donde el Poli ha dejado un gran legado que me permite expresar en los siguientes valores corporativos: Excelencia, innovación, confianza, compromiso, lealtad, integridad, transparencia y disfrute.

LUIZ FERNANDO PÉREZ ROJAS                                                  Medellín, octubre 1 de 2021