Por: Balmore González Mira

Si en algo ha contribuido el actual momento que vivimos los humanos, es hacernos iguales y lograr hacer bajar de las alturas  y poner los pies sobre la tierra a muchos que nunca imaginaron esta lección de sometimiento que nos dio  un microscópico virus.

No podemos alegrarnos por el mal ajeno, siempre nos dijeron los abuelos;  y ni más faltaba, que cualquier fracaso en esta o cualquier época de alguna persona o empresa nos pueda alegrar, pero lo que sí queda claro es que quienes vivían por las alturas deberán poner los pies sobre la tierra y reflexionar para reconstruir el camino largo y espinoso que nos espera.   Esto cabe preciso en varios ejemplos que podemos ilustrar literalmente,  vamos con uno: Las aerolíneas, de todo orden, con su poderío,  se han visto lamentablemente lastimadas por esta crisis, cuánta soberbia y cuántos malos momentos hicieron pasar a tantos usuarios, pasajeros tirados en los aeropuertos por su incumplimiento, sin explicación alguna y sin ninguna consideración; cobros abusivos de penalidades cuando eran los pasajeros quienes llegaban con unos minutos de retraso a sus vuelos; itinerarios incumplidos y vuelos aplazados y respuestas insatisfactorias permanentes, eran el pan de cada de día de quienes se creían los dueños del cielo y hasta del universo. Cuántas veces las mentiras del mal tiempo dejaron varados a miles de personas que tenían que llegar a múltiples compromisos sin que a las aerolíneas les importara; sobrevendían los vuelos para captar recursos sin importar a quienes o a cuantos perjudicaban. Conocimos casos de personas que conseguían plata prestada para cumplir a tiempo citas médicas con especialistas a las cuales no llegaban por culpa de estas irregularidades y abusos de los operadores del aire. Sin contar con los altos costos que muchas de estas empresas cobraban por un trayecto nacional o internacional.

Es hora de pensar en cómo van a retomar sus labores, contribuir a la recuperación de la economía y a la reconstrucción de la operación turística y al transporte de alimentos y medicamentos, entre muchas otras tareas indispensables que cumplen. La aviación y por ende las aerolíneas seguirán y serán de ahora en adelante, más fundamentales que nunca en la recuperación de una nueva forma de vida de la humanidad, con todos los protocolos que indican los expertos, con más consideración y humanidad hacia los usuarios y en eso les deseamos una pronta recuperación para bien de todos, pero también les pedimos  que  todo esto lo hagan con los pies sobre la tierra.