Sé lo que eres y no lo que los otros quieren que seas. Si eres, tienes. Si tienes, puedes. Si puedes, haces. Si haces, transformas”. Porque la vida quiere que tú vivas tu historia personal

Por: Jaime Humberto Ramírez Cadavid*

EDUCAR Y COMPROMISO son dos conceptos que van de la mano cuando de lo que se trata es de ayudar a forjar el carácter final de las personas (EL SER), tarea nada fácil, para cual no pocos educadores y padres han ido dimitiendo debido a los costos que ellos generan (Familia – Escuela – Estado).

EDUCAR es sinónimo de acompañar en la labor de alumbrar capacidades aún insospechadas de cada persona; COMPROMISO expresa la íntima vinculación de la persona con la realidad que vive, que le apela y que le interroga. Educación y compromiso deben estar ligadas con la pretensión de ayudar a exteriorizar capacidades de humanización en el seno de una realidad personal, muchas veces despistada y en el ámbito de una realidad social que “sabe” a sufrimiento injusto.

El tratamiento de la educación en el COMPROMISO presenta la reflexión sobre la importancia de los valores para vivir en sociedad, (autoestima- solidaridad- justicia- tolerancia) como ejes axiológicos centrales de un correcto tratamiento educativo de la cuestión, especialmente en el mundo de los adolescentes y jóvenes. (Familia- Escuela- Sociedad).

¿Son tiempos éstos para educar en el COMPROMISO?

Tiempos donde se clama por el compromiso social como resolución inevitable para sentirnos a gusto en este civitas incivilizado, pasamos al gusto por espacios privados, pasando por todo el variado paisaje del dolor y del sufrimiento que comporta eso que denominamos exclusión social. COMPROMISO tiene que ver más con la forja de la persona toda en vistas a la instalación crítica en la sociedad en la que vive, con una serie de actividades más o menos punteras y altruistas. (Somos los otros).

El COMPROMISO no sólo tiene que ver con la esfera de los asuntos públicos, sino también informa la particular construcción de cada realidad personal. El compromiso se vierte en la dirección en que cada cual proyecta su propia existencia.

Citando a Graham Greene, que “ser humano es también un deber“. Es decir, “nacemos humanos, pero eso no basta. Además, tenemos que llegar a serlo“; y la posibilidad de ser  y hacernos humanos efectivamente sólo se puede realizar por medio de los demás, de los semejantes, es decir, “de aquellos a los que el niño hará todo lo posible por parecerse”. Por lo tanto, la cultura, la educación es lo que el hombre añade al otro hombre, reiteradamente se plantea que  la educación es el acuñamiento de lo humano, donde sólo existe como única posibilidad. 

En conclusión, es el reconocimiento del otro bajo el lema “SOMOS LOS OTROS”, que pretende la armonía del buen vivir y los valores para vivir en sociedad, conjugados de la siguiente manera:

Yo soy tú, Tú eres él. Él nosotros, Nosotros somos ustedes.  “Un niño, un maestro, un bolígrafo o un libro, pueden cambiar el mundo”.

Malala Yousafzai

 Cada niño es el reflejo de su hogar, dale confianza y será confiable, respétalo y será respetuoso. ¡Ámalo y será un gran ser humano! ¿Podemos aprender a amar? ¿Dónde y cuándo se enseña a querer y a comprender? A lo largo de nuestra vida, pasamos por toda clase de aprendizajes con el objetivo de llegar a ser mujeres y hombres que puedan avanzar en el camino de la vida, centrándonos de manera especial en el desarrollo de capacidades que nos permitan trabajar y vivir una vida digna y, en definitiva, llena y próspera.

Es con el Compromiso de todos, que logramos una mejor educación desde la niñez, hasta la adultez, desde el hogar comunitario, hasta la universidad, desde la casa, hasta la sociedad y por ende una mejor sociedad

‪“No hay que desposeer a los humanistas de su función de educadores…, no se les puede arrebatar, pues son los únicos depositarios de una tradición: la de la dignidad y belleza humana”.

Paulo Freire, “Cartas a quien pretende enseñar”

“El maestro es, necesariamente, militante político. Su tarea no se agota en la enseñanza de las matemáticas o la geografía. Su tarea exige un compromiso y una actitud en contra de las injusticias sociales. Luchar contra el mundo que los más capaces organizan a su conveniencia y donde los menos capaces apenas sobreviven. Donde las injustas estructuras de una sociedad perversa empujan a los ‘expulsados de la vida’. El maestro debe caminar con una legítima rabia, con una justa ira, con una indignación necesaria, buscando transformaciones sociales.”

Jaime Humberto Ramírez Cadavid

Especialista en Ciencias Políticas

Asesor en Calidad educativa