Por: IVÁN  ECHEVERRI  VALENCIA

En nuestro país, todo es posible de darse, como: hacer que un simple hecho se transforme en uno más complejo; un acontecimiento real  en uno inverosímil; permitir que la verdad se convierta en mentira y esta a su vez en verdad indiscutible; la injuria más escabrosa en una adulación fastidiosa.

Nada aquí es raro, ni inconcebible, como el permitir que sindicados por delitos atroces o actos de corrupción, puedan huir antes que se les investigue; a internos en las cárceles o en lugares especiales se les permita toda clase de comodidades y de lujos. La institucionalidad de la Fuerza Pública, es permeada por intereses oscuros, el honor es menoscabado, consentir que la traición a la patria sea un hecho aislado, lanchas patrulleras naveguen a la deriva con destino a un país que nos hostiga. Infortunadamente este es un país donde se chuza a personas decentes y no a los bandidos; se nombra a funcionarios en cargos para los cuales no son idóneos moralmente.

En fin, nos quedamos cortos en la lista de hechos reales pero que a su vez asombran, causando unas veces risas y  otras desconsuelo e indignación.

Por esto, nuestros escritores, encabezados por el máximo exponente de la literatura universal, el nobel Gabriel García Márquez, encontró en su tierra el campo más abonado para su realismo mágico, la cual condensó en sus  columnas, en crónicas, ensayos y novelas que cautivaron a millones de lectores alrededor del mundo.

De Colombia, nunca se podrá decir, que es un país lento, silencioso, parsimonioso, aburrido, sino todo lo contrario, un país tropical, jacarandoso, bullicioso, recio, atrevido, imprevisible y noticioso; que siempre da que hablar en toda clase de mentideros nacionales, internacionales, políticos, culturales, deportivos y judiciales.

Vivimos inmensamente orgullosos de nuestros artistas que llevan el sentimiento, la cara amable y el talento de nuestro país por fuera de nuestras fronteras. Los deportistas que con su sacrificio, entrega y sudor hacen enarbolar constantemente en lo más altos pedestales del mundo, nuestra bandera tricolor.

Lamentablemente no podemos decir lo mismo de nuestra clase dirigente y política, que viven en un entramado de demandas y contrademandas penales, haciendo uso de la estrategia “que la mejor defensa es buen ataque”, atiborrando de papeles el sistema judicial. Los foros se han convertido en un tinglado, en  los que se hacen sentir los más vociferantes y soba-sacos de nuestro medio;  todo parece asemejarse a un espectáculo circense al mejor estilo del “Mago chichipato” que todo lo hace desaparecer, hasta personajes  incursos en actividades delictivas.   

Nuestra sociedad está enferma no por el virus que nos regalaron los chinos, ni por el cáncer, sino por la falta de valores y de principios éticos y morales. Somos tristemente célebres en hacernos millonarios con el más mínimo esfuerzo y a cualquier precio; de pisotear y desaparecer al más desvalido y a nuestros líderes sociales; de apoderarse de lo que no es suyo, de malgastar los recursos públicos y de chuzar la intimidad de sus adversarios.

Esta pandemia ha dejado al descubierto la fragilidad humana, la de nuestras instituciones y del sector productivo y económico del país, pero fundamentalmente la crisis del sistema de salud colombiano.

En Colombia, no se ha contado con la suficiente voluntad para superar la enfermedad de la corrupción, la mediocridad y el cinismo. Estamos frente a una crisis humanitaria y sanitaria de proporciones inimaginables y nos estamos quedando cortos, porque el hambre nos ataca, el desempleo se dispara, las ayudas no llegan a los que verdaderamente la necesitan, dejando un feo tufillo de iniquidad y favoritismo.

El mejor remedio para superar la enfermedad, es contar con verdaderos líderes desprovistos de compromisos con sus mentores y patrocinadores. Necesitamos unos gobernantes y una institucionalidad lo suficientemente fuertes que se dediquen administrar con carácter y autonomía; a jalonar el desarrollo,  derribando los muros de la ignorancia, de la corrupción, de la miseria, de la desigualdad, de la injusticia, del desempleo y de la guerra.    

Si no somos capaces de derribar esos muros, continuaremos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) con el agravante de que no contamos con los suficientes ventiladores que oxigenen los pulmones de un país,  gravemente enfermo casi desahuciado.

3 Comentarios

  1. El CORONA VIRUS,no nos va a hacer tanto daño como el que nos va a hacer el el VIRUS CON CORONA de la izquierda comunista, que aprovechando esta coyuntura ya está lista y preparada para dar el zarpazo y fácilmente convencer a más de un inconforme desesperado de que el culpable de todo este desastre es el gobierno democrático que tenemos, eso sí infiltrado de izquierda hasta los tuetanos, son como pirañas impidiendo cualquier movimiento favorable para terminar de convencer a más de un mamerto de que la democracia no funciona, que el camino es el comunismo que nos llevará al paraíso que es hoy Venezuela.

  2. Excelente columna .digamos que saldran nuevos lideres personas que quieren cambiar el.sentimiento de un pais una ciudad un pueblo un corregimiento …perp si nos esta pasando esto es por culpa de la cultura que nos a dado los noticeros los periodistas los radios los mismos profesores y las mismas con los mismo esto quiere decir ..que se acosntunbraron . A el politico de turno haga con los impuestos lo que les da la gana ….en estos tiempos deberiamos decir basta ya np este año no queremos mas proyectos de carreteras …de colegios … de hacer lo que no se hace en si eso es para que se roben la plata que supuestamente ya se destino perp terminan robandola acaso no ven como esta la gente el pais los.pueblos que van a inventar que hacer que ya todo esta hecho..colegios hospitales.. si es cierto qie en todo el pais faltan .. en poblaciones olvidadas pero por que el gobierno quiere seguir en su rutina destinar plata a mas politicos coruptos….que se dicte un decreto que todos los impuestos dineros sean destinados para la.poblacion para el.pueblo para el.pais. nada de proyectos de robo nada concepciones… es mas eso nunca se va a publicar por algun periodista por que ellos tambien comen de hay no se todos perp una parte un decir el 80% creeria que se beneficia y el.otro por.miedo a perder su trabajo o a ser amenazado no lo.dira nunca

  3. La mejor radiografía de muestro país. Sin embargo no vemos una luz en el túnel, planteamientos muchos pero no soluciones, estamos condenados a vivir en esta innominia?

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