CARTA ABIERTA

PRESIDENTE DE COLOMBIA: GUSTAVO PETRO URREGO

GOBERNADOR DE ANTIOQUIA: ANIBAL GAVIRIA CORREA

ALCALDE DE MEDELLÍN: DANIEL QUINTERO CALLE

 

Desarrollar el espíritu de “clavar el clavo” y llevar hasta el final un plan de desarrollo nacional, departamental y municipal es el gran reto que difiere de la idea de “sacarse el clavo”.

Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

Frente a las arduas tareas de las reformas, el desarrollo y la estabilidad nacional, departamental y municipal, los gobernantes y cuadros dirigentes a los diversos niveles deben tener bien presente, de acuerdo con las exigencias de la gerencia estratégica, la máxima de que “hablar en vano perjudica al país, al departamento o a la ciudad, mientras que trabajar seria, responsable y honestamente los revitaliza”, y avanzar con ánimo emprendedor, alcanzando logros reales capaces de superar las pruebas de la práctica gubernativa, el pueblo y la historia.  En las circunstancias de la reforma y apertura de la gobernabilidad y gobernanza y la modernización de la democracia, todos los gobernantes quieren encargarse de algo, tienen el entusiasmo por el trabajo desean llevar a cabo un mandato con éxito, en un esfuerzo por no defraudar la confianza que el pueblo ha depositado en cada uno de ustedes.

Sin embargo, durante este proceso deben tener bien presente un principio: “la política se valora por la constancia y trasparencia en su aplicación”.  Al ejercerse un cargo gobernante en cualquier lugar y durante un determinado tiempo, naturalmente se debe realizar el trabajo con audacia y avanzar con espíritu emprendedor, al tiempo que se preserva la estabilidad de la situación general y la continuidad de la labor en cada uno de los ámbitos donde ejercen su labor.  Los Congresos Nacionales, Departamentales y Municipales han definido las metas de la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada y de la profundización en todos los aspectos de las reformas y apertura propuestas, han ordenado las disposiciones generales referentes al impulso de la causa democrática con peculiaridades colombiana, antioqueña y medellinense, en las nuevas condiciones de la época y ha formulado la exigencia sobre cómo elevar integralmente el nivel científico, cultural, económico, financiero, político, cultural, social y educativo, entre otros, de la construcción de un nuevo proyecto de nación.

Todos los partidos comprometidos e involucrados en un nuevo proyecto de nación y el país en general deben, mediante esfuerzos sólidos, poner en práctica, de manera perseverante e incesante, el espíritu de estos congresos para repensar el nuevo rumbo de la patria.  Así han de aplicar constantemente la línea estratégica, los principios y las políticas elaboradas desde los planes de desarrollo nacional, departamental y municipal, el relevante pensamiento de la triple representatividad, la concepción científica del desarrollo y todas las importantes disposiciones estratégicas hechas por la direccionalidad central de sus mandatos que conservan su vigencia.

En cuanto a las labores de los gobiernos nacional, departamental y municipal, hay que lograr realmente que un plan bien hecho se ejecute hasta el final y conseguir efectivamente resultados de transformación en el trabajo.  Deben tener el espíritu propio de quien clava un clavo, cosa que no suele hacerse bien de un solo martillazo, sino que requiere que sigamos dando martillazos hasta que esté bien clavado y seguro, momento en el que podremos empezar a clavar otro. 

Si continúan de esta forma, no cabe duda de que obtendrán un gran resultado en su gestión, en beneficio del pueblo.  Si cada uno va dando martillazos por aquí y por allá, muy probablemente no lograrán clavar ni un solo clavo recto y firme para reorientar el rumbo de sus gobernados.  Deben tener este espíritu: “el éxito de una causa no debe necesariamente lograrse en mi mandato”.  Si un buen plan es científico, económico, social, cultural, educativo, político, entre otros, se basa en los hechos y responde a los anhelos del pueblo y deben seguir trabajando en ello, una administración tras otra, y el resultado de sus trabajos será real, efectivo, apreciado y recordado por la amplia comprensión de las comunidades y cuadros de directivos y líderes sociales.

Por su puesto, como la práctica de la gobernabilidad y gobernanza evoluciona continuamente, sus conocimientos y trabajo deben desarrollarse avanzando con los tiempos, y aquello en lo que se tenga seguridad se tiene que ajustar y perfeccionar sin tardanza, pero sin trastocar lo hecho por el antecesor tras cada renovación de gobierno ni mucho menos montar aparte algo propio por ostentar eso que llaman méritos administrativos y permitir que vuelen por doquier nuevas consignas huecas y vacías.  En muchas ocasiones, el que haya o no una nueva fisonomía y atmosfera no está en elaborar programas y formular consignas sino en convertir las metas científicas y políticas establecidas y los planes bien hechos en realidad, teniendo en cuenta las nuevas situaciones, recurriendo a nuevos lineamientos y medidas y trabajando con la verdad y con los pies puestos en la tierra.

Ustedes tienen que adquirir un concepto correcto de los méritos administrativos y gubernamentales, y dedicar mayores esfuerzos al fortalecimiento de la base comunitaria y de las obras que reportan beneficios a largo plazo.  No deben entregarse a emulaciones ciegas, apartadas de la realidad y sembradas en la mentira.  No han de emprender “obras de imagen” y “proyectos para ostentar méritos administrativos y políticos”, que malgastan recursos humanos y materiales.  Han de actuar con actitud realista en busca de la verdad, la justicia y la libertad, teniendo que trabajar con empeño y seriamente y, deben atreverse a asumir responsabilidades, a fin de cumplir su deber como gobernante ante la historia y el pueblo.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS                        Medellín, septiembre 17 de 2022