Por: LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS 

CARLOS ALBERTO ZULUAGA DÍAZ:

 CIUDADANO ÍNTEGRO Y CONSCIENCIA PULCRA EN LA POLÍTICA

 Realmente la verdad nos proporciona la libertad, para construir la Antioquia que soñamos.  Carlos Alberto Zuluaga Díaz excongresista de la República de Colombia y actual Concejal de Medellín es un ciudadano íntegro y político honesto que dice la verdad y actúa en consecuencia.

La verdad es el núcleo más profundo del auténtico liderazgo para ganarse la confianza y credibilidad del pueblo.  El ciudadano y político en mención en el trasegar de su vida pública se ha enfrentado a las Leyes injustas y Acuerdos Municipales que plantean la inequidad social.  Desde sus curules en el Congreso de la República de Colombia y el Concejo Municipal de Medellín, ha sostenido sus principios, ideas y convicciones éticas insistiendo en la verdad, cuyo objetivo ha sido el de convencer a sus opositores, cuando están equivocados, haciéndolo con paciencia, tolerancia y compasión, no mediante el insulto, la agresión, el epíteto y la violencia.

Sus principios se han difundido como referente significativo por las diferentes clases sociales del País, Antioquia y la ciudad de Medellín; gracias a él nos hemos unido miles de personas en su proyecto político contra los desequilibrios sociales que azotan al pueblo.  En su trayectoria política y ciudadana, hemos evidenciado su búsqueda incesante por la verdad y la determinación por alcanzarla.  Para Carlos Alberto Zuluaga Díaz, la verdad es una fuerza silenciosa y aparentemente lenta, pero sin pausa.  En realidad, no existe en su forma de pensar y de actuar otra forma más recta y veloz que la verdad, la ética y la moral.

Si este principio que nos ha dejado como legado se aplicara al liderazgo político, no estaríamos en la crisis de credibilidad y de confianza que tiene azotado al pueblo colombiano.  En estos tiempos de escándalos corporativos, decir la verdad es tan fundamental como la visión cuando se trata de liderazgo inspirador perdurable.  Así como los políticos sensatos necesitan sensibilidad para detectar oportunidades que no ven los demás, también requieren de habilidad política para comunicar su visión de manera que obtengan confianza en los miembros de las corporaciones públicas en donde actúan. 

De este epónimo ciudadano he aprendido, desde mucho tiempo atrás, que: “La integridad fortalece la confianza; la deshonestidad, aunque triunfe temporalmente, al final la debilita”.  Con su ejemplo de vida nos ha dejado grandes lecciones de que sólo cuando los miembros de una corporación pública o privada, tales como junta directiva, consejos directivos o superiores, empleados, diputados, concejales, congresistas, entre otros, deben estar seguros de que el líder político está llamado a ser honesto y expresar su punto de vista por completo y de modo convincente para que el pueblo los acepte.  Una vez que esto sucede, ellos se convierten en sus seguidores, cosa que prueba definitivamente su liderazgo dinamizador y transparente en su carrera pública.

A su manera y estilo este es un ciudadano ejemplarizante y político que dice la verdad y, ayuda a restablecer la credibilidad y la confianza en el pueblo.  Yo, particularmente, desde el alma y con el corazón en la mano, sin sectarismo politiquero, lo he llamado como la consciencia del político pulcro.  Es un servidor público que habla sin rodeos, por ello, esta ha sido la clave para su reconocimiento y alta valoración en la política de Colombia, Antioquia y Medellín.  Sabe debatir con respeto sin miedo ni favoritismo politiquero, siempre tiene una visión aguda y racional, un estilo incisivo y democrático para defender las comunidades más vulnerables, evitando llevar a cabo acciones injustas, populistas e incorrectas.

Carlos Alberto Zuluaga Díaz, ha hecho de la ética, la legalidad, la sinceridad y la lealtad la piedra angular de su filosofía como servidor público auténtico.  Alguna vez la pregunté lo que recomendaría a un gobernante joven y ambicioso para convertirse en un líder-inspirador exitoso, respondió sin titubeos: “Sé tú mismo, sigue tu propio estilo, sé lo que realmente eres y piensa en la razón por la que deseas ser un gobernante íntegro y extraordinario.  No trates solamente de conseguir un título, poder o, dinero porque al final eso no te satisface y te volverá cenizas tu dignidad reputacional ante la sociedad”.

Para Zuluaga Díaz, decir la verdad, como atributo para el ejercicio de la gobernabilidad y gobernanza perdurable debe emplearse en dos aspectos:

  1. El gobernante debe poseer la capacidad de percibir y expresar una aguda comprensión de la realidad que va de la mano con no tolerar las mentiras ni el fraude que ponga en peligro su patrimonio personal, profesional o político.
  2. Los gobernantes deben comunicar la verdad tal como la ven sin temer que pueda alejar a los miembros de su partido político o equipo de colaboradores. Es consciente que, hoy, hace falta valor para hablar con la verdad absoluta.

Con frecuencia, la tentación de ocultar o distorsionar los hechos se debe al miedo a las consecuencias de revelar la verdad.  Es enemigo acérrimo de la corrupción, del clientelismo, de los debates bizantinos, de alabar las ideas mal concebidas de sus gobernantes y compañeros de corporación pública.  Sabe con hondura que los que son despiadadamente francos y estrictos con la constitución y las leyes quizá no sean demasiado populares, pero que suelen ser respetados y convincentes en sus modos de actuar correctamente.

Finalmente, en este ilustre y pulquérrimo ciudadano encontramos motivos y convicciones indispensables para un liderazgo duradero en Antioquia y Medellín como lo demuestra su experticia profesional, política y ciudadana para aspirar, con el apoyo del pueblo, en la próxima contienda por la gobernación de Antioquia cuando así lo reclame el pueblo.

LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS       Medellín, marzo 27 de 2021

2 Comentarios

  1. Que triste es la política cuando los buenos son atacados por los corruptos. Hacer política en este país de manera honesta significa ser un blanco para Aquellos que con sus mañas y sus influencias buscan opacar y desacreditar a los que realmente hacen bien las cosas. Las ansias de poder los enceguece. Carlos Zuluaga no dejemos que los malos lleguen al poder hay que luchar hasta el fin

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