Arturo Tabares Mora
Bajo las condiciones económicas y sociales, en que se encuentra el mundo hoy, de incertidumbre e inestabilidad, es importante explorar otras alternativas y sistemas económicos, que corrijan las deficiencia de los modelos actuales para resolver la problemática de la economía mundial; Sistemas o modelos como: El de economía social o economía social de mercado, economía del bien común, empresarismo social etc, que le den otro sentido y finalidad a la actividad económica tradicional ya revaluada; con ingenio e innovación social, a través de una nueva forma de ver la economía y la sociedad.
La construcción de un modelo de economía social, puede ser la respuesta a los problemas, que el sistema capitalista neoliberal, de economía financiera y de mercado, no ha podido resolver, bajo su lógica económica capitalista de generación de ganancia y acumulación de capital.
Hoy en día, se está explorando a nivel mundial, propuestas más sociales; como la responsabilidad social corporativa, la creación de valor social, corporaciones éticas, propuestas económicas del bien común, de manejo empresarial responsable y social, solo de esta forma con esta nueva visión de la sociedad y del mercado, podemos dar solución a las crisis capitalistas, al déficit fiscal, a la disminución de la demanda, la caída de las bolsas, el desempleo, la producción innecesaria, problemas que cada vez, no encuentran respuesta, en el arsenal de políticas macroeconómicas monetaristas y keynesianas de los gobiernos, sobre todo de algunos países Europeos, donde los modelos democráticos capitalistas, intervencionistas, proteccionistas del bienestar social, vienen acabando con su estructura económica, optando desesperada y tardíamente por medidas de austeridad social y recortes presupuestales, después que recalentaron el sistema, al abusar de la tributación, la deuda pública y la emisión, que puso en riesgo, el cumplimiento de los programas sociales, conduciendo a la población al inconformismo, la anarquía y la perdida de cohesión social; poniendo en entredicho, la estabilidad macroeconómica y la estabilidad social, por los riesgos de las naciones a través de sus altas deudas soberanas, que lo que logran es generar desconfianza en los estados y en los mercados, alejando la inversión y agravando más la situación y el debilitamiento de la economía en los estados nacionales.
No obstante que los gobiernos hacen ingentes esfuerzos para que no se desatiendan estos sectores sociales y se incremente la desigualdad social, es imposible, y al final todos terminaran empobrecidos por un sistema asistencialista derrochón y la forma como se financia; la tributación.
Tenemos que pensar en consecuencia, en un modelo económico, que anteponga lo social sobre el mercado, dirigido a la satisfacción de las necesidades y protección a la naturaleza, por encima de la generación de ganancias a como dé lugar y por encima de lo que sea; un modelo que privilegie la distribución equitativa y social de la renta conforme a la participación que se tenga en la generación de valor y creación de riqueza, de riqueza social, un modelo donde la base de la pirámide obtenga los mayores beneficios y el vértice los beneficios de la administración del capital y del estado, solo así de esa manera con un criterio más social de la economía, tendremos más recursos en las personas para atender sus necesidades y menos recursos en el estado para que los dilapide morbosamente. Es preferible que cada quien resuelva sus problemas, que conseguir un agente externo para que los resuelva y mal administre, los recursos de todos.
Como lo pensó en su momento A. Smith, cuando hablo de la “mano invisible”, de dejar obrar libremente la economía, las empresas con menos tributos, producirían más, atenderían necesidades de bienestar y salud, estarían en condiciones de pagar mejores salarios, mejorar los precios de los productos y de esta manera más dinero en circulación, más consumo más demanda y más dinámica económica; lo que nos está matando es la imposibilidad de sostener la macrocefalia del estado, cada vez mayor y más maliciosamente administrado, así no hay recursos que alcancen. La consigna es, empresas produciendo más y a menor precio y el estado para lo que fue creado y menos hace, la seguridad del territorio y administración de justicia.
Todo esto mejora los niveles de producción, el ingreso, el empleo y la distribución de la renta, restableciéndose las condiciones para tributar, así como vamos estrangularemos la economía y la sociedad, porque al final todos los impuestos son regresivos por mucho que los queramos disfrazar.
Los modelos empresariales alternativos de que hablamos, buscan restablecer esa dinámica económica y la cohesión social, disminuyendo la rigidez de la intermediación económica y los mecanismo del mercado capitalista, dando paso a la participación, la cooperación económica y la socialización de los beneficios; recuperándose así, la dinámica y la senda del crecimiento económico; agotada en un modelo económico, empresarial e industrial que desecha todo, hasta la mano de obra, unas veces supuestamente por vieja y otras veces por joven e inexperta, igual la producción ya sea industrial o agrícola, por cuestiones de calidad o capricho económico. 
Son muchos los ejercicios que se viene dando, en el mundo, de modelos alternativos, eco economías o economías sostenibles, empresarismo social o de economía del bien común, o Economía Social de Mercado, que respetan la iniciativa privada y la libertad de empresa, y entienden la organización del mercado, como el mejor sistema de asignación de recursos, buscando corregir y proveer las condiciones institucionales, éticas y sociales para su operación eficiente y equitativa, en la búsqueda de la satisfacción de las necesidades y el bienestar de la sociedad y en casos específicos, compensando o corrigiendo posibles excesos o desbalances que puede presentar el sistema económico moderno basado en la libertad de los mercados, y por la detallada y extensa división del trabajo, que en determinados sectores y bajo ciertas circunstancias, puede alejarse de una sana competencia funcional”.
Necesitamos más empresas sociales de iniciativa comunitaria con el auspicio del estado que dinamicen la producción y el mercado interno con productos innovadores, para que la gente trabaje, más empleo, más ingreso y más producción, mas rentas para el estado, ojala de una manera moderada, porque finalmente es el estado el que está quebrando las economías, no las economías las que quiebran el estado, que finalmente no produce ni debe producir nada.

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