Por: Félix Alfázar González Mira – Director Ejecutivo Corporación Colombia Autonómica
¡La historia crea historia! Para el ordenamiento territorial del país fue histórico el evento de celebración de los 160 años de la histórica Constitución Federal de Rionegro el pasado 8 y 9 de mayo en la Casa Museo de la Convención y en el icónico recinto de Quirama, tan consustancial a los temas federales.
Gracias a la iniciativa oportuna de los gobernadores de Colombia encabezados por el de la tierra, Aníbal Gaviria Correa, se hizo un repaso a toda la historia de la territorialidad y finanzas públicas de la nación y los gobiernos subnacionales.
La Corporación Colombia Autonómica ha venido trabajando estos asuntos desde hace siete años liderada por el académico y escritor Héctor Quintero Arredondo en el convencimiento pleno que el proceso descentralista, bien alentado temporalmente por los presidentes Belisario Betancur y Virgilio Barco en la década de los años 80, ha cumplido su ciclo y se ha agotado completamente después de sacarnos de la centralización hirsuta establecida en la Constitución de 1886.
De manera que los tiempos contemporáneos demandan otros arreglos institucionales antes nuevas realidades socioeconómicas.
La Constitución de 1991 tiene explícita la condición de estado unitario y descentralizado de la nación pero también tiene expresamente claro que Colombia gozará de la Autonomía de sus entidades territoriales. Lo primero se ha cumplido a rajatabla y lo segundo no ha sido desarrollado debida y cabalmente, al contrario, se ha revertido el proceso descentralista y la Autonomía no aparece por parte alguna. Entendida la primera, Descentralización, como la capacidad de gestión de las entidades Territoriales y la segunda, la Autonomía, como la capacidad de decisión política de las mismas.
De eso trató el evento conmemorativo. Del proceso de recentralización que estamos padeciendo después de la Constitución de los Estados Unidos de Colombia.
El país en general y Antioquia en particular vivieron grandes transformaciones durante esos 23 años de su vigencia, de 1863 a 1886.
Con recordar que en nuestra tierra se consolidó la Universidad de Antioquia, los talleres de artes y oficios, se fundó la escuela de minas, se iniciaron los ferrocarriles, los puentes sobre el río Cauca y tantos hitos más como la gran colonización antioqueña del Viejo Caldas y el occidente colombiano. ¡Claro! Le dieron poder a los estados al bajar el recaudo nacional del 92% al 48% y aumentar el de los municipios del 5% al 22% y el de los estados del 3% al 22%. Es precisamente lo buscado para avanzar hacia la Autonomía y el Federalismo.
Con la Constitución de 1886 se empieza nuevamente a centralizar los recursos públicos. Hacia 1920 la nación recaudaba el 3.3% del PIB y los territorios el 0.8%. Cien años después la nación recauda el 17% sobre el PIB y los territorios recaudan el 2.9%; nótese la disminución porcentual de estos con respecto a aquella. Actualmente reflejada en los recaudos tributarios totales cuando la nación lo hace del 84%, los departamentos el 4% y los municipios el 11%. A esto, entre otras cosas, obedece la disconformidad de la dirigencia local y regional.
Muy comprendida la preocupación de los gobernadores en atención a que el desarrollo legal de la Constitución del 91 ha estado al contrario de su espíritu Autonómico. En todos los tiempos a los territorios nos quitan recursos. En el periodo presidencial 94-98 se empezó a erosionar el sistema constitucional de participaciones al sacar de los Ingresos Corrientes de la Nación (I.C.N.) los contratos de televisión, de la telefonía celular, las rentas de las entidades descentralizadas y Ecopetrol. Luego el acto legislativo 01 de 2001 bajó del 45% la participación de la entidades territoriales al 24% de los Ingresos Corrientes de la Nación. Este raponazo constitucional le ha costado a las regiones hasta 2021 la monumental cuantía de 348 billones. Un promedio simple de 17.5 billones de pesos anuales para las regiones (determinado por estudios del Dr. Amylkar Acosta Medina, exministro de minas).
Bastante productivo este evento que permitió recabar sobre el diagnóstico del centralismo colombiano y la urgencia de darle poder integral a los territorios para avanzar en la solución de sus ingentes problemas.
De suma complacencia para la Corporación Colombia Autonómica lo expresado en el manifiesto de los gobernadores en el entendido que el camino de la Autonomía nos permite avanzar, de manera más diligente, sin asambleas constituyentes y si con desarrollos legales, hacia la transformaciones rápidas de las condiciones actuales de nuestras regiones. Lo ha dicho el profesor de políticas públicas de la Universidad de Oxford Paul Collier, estudiando los casos de Bangladés y el País Vasco, sobre los cuales escribe un libro , que ellos han alcanzado cambios más veloces poniéndose de acuerdo sobre las reformas a realizar .
Miremos este último dato porqué debemos avanzar hacia la Autonomía y el Federalismo en términos de participación de la producción de bienes y servicios en el mundo.
Países Federales son el 12% del mundo contribuyendo con el 46% del PIB mundial.
Países Autonómicos son el 4% del mundo contribuyendo con el 24% del PIB mundial.
Y países centralistas son el 84% del mundo contribuyendo con el 27% del PIB mundial.
Va quedando claro entonces dónde y cómo se genera la riqueza en el mundo y hacia dónde debemos avanzar nosotros. Porque como dice el citado doctor Amylkar Acosta, “Colombia no es un país centralista pero nos ha tocado vivir en el centralismo”.
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