Por: Balmore González Mira
La administración que recién inicia en esta bella población del norte de Urabá, en cabeza de su eficiente alcaldesa Diana Garrido, se encuentra con la preocupante noticia de que su población no tiene agua. Así, literal, sus 44 mil habitantes no tienen una gota de agua. Ni los 20 mil urbanos ni los 24 mil rurales. La alcaldía implementa estrategias jurídicas para enfrentar la crisis e instala el consejo municipal para la gestión del riesgo e instan al operador del acueducto para que en su calidad de asesor y responsable de la prestación del servicio presente alternativas para alivianar la crisis que día a día va empeorando. Las lluvias en 2019 fueron insuficientes para mantener llena la presa que surte el acueducto y poder prestar el servicio durante los meses de verano, en el entendido que esta es hoy la única fuente del preciado líquido. Cómo consecuencia, la única opción inmediata, proveer con carrotanques.
Hace 25 años se presentó una alarma en este territorio durante una sequía y hubo soluciones para el momento que alcanzaron hasta esta época. Soluciones que no fueron acompañadas de otras alternativas durante este tiempo y que además no previeron que las aguas lluvias podrían escasear. Hoy, la situación es lamentable, la economía que ha dinamizado el turismo se convirtió en una realidad en Arboletes dónde unos 7.000 turistas en temporada alta han llegado a esta población y dejan unos recursos importantes para que los pobladores puedan solventar sus gastos de comienzo de año, entre los escolares o educativos, de impuestos, ponerse al día en sus obligaciones y cumplir los compromisos adquiridos. Los campesinos no podrán hacer sus acostumbrados sembrados y las cosechas hoy no reciben los riegos que requieren para su recolección. Arboletes muere de sed y solo el tesón de sus habitantes hace que sea posible paliar la crisis que hoy hereda la nueva mandataria.
Antioquia y Colombia tienen que mirar hoy hacia esta población, los planes de intervención tienen que ser inmediatos y unas soluciones ya, tienen que estudiarse con juicio, pues seis u ocho meses esta comunidad no aguanta, serán días de sequía, incertidumbre, hambre, pobreza, crisis, epidemias y desolación; no habrá alimentos y el turismo se ahuyentará y los pobladores no podrán pagar impuestos y el municipio no recibirá pagos y por ende no podrá invertir recursos en la solución de esta problemática. Hay que buscar unas fuentes de agua inmediatas, desalinizarlas y tratarlas. Hay que hacer y hacer y hacer. A largo plazo se requiere de un proyecto que deje una solución definitiva, que permita la captación de aguas que no estén tan “contaminadas” por las aguas submarinas.
Se deben auscultar todas las alternativas, es hora de ir pensando en la conformación de una Región Administrativa y de Planeación, RAP, que integre el sur Occidente de Córdoba y algunos municipios del norte de Urabá para buscar soluciones a problemáticas comunes ya que inexplicablemente Arboletes está por fuera de las Zomac y de los municipios Pdets. Y tampoco le alcanzó para estar en las Zona Futuro.