Por:   IVÁN ECHEVERRI VALENCIA

Recordando la célebre frase pronunciada en los años 90 por un presidente colombiano en sus momentos más difíciles de su mandato“ Aquí estoy y aquí me quedo”, cabe como anillo al dedo, para mirar  lo acontecido durante esta semana, por cuenta del presidente de Estados Unidos, Donald John Trump, al salir airoso del proceso de “impeachment”, por abuso de poder y obstrucción al Congreso, iniciado por la Cámara de Representantes, compuesta por una mayoría demócrata y posteriormente absuelto por el Senado de EE.UU. de mayoría republicano,  constituyéndose en el tercer presidente en la historia de ese país, en afrontar un juicio político.

Redondeó la semana con su publicitado y bien logrado discurso del Estado de la Unión, un día después de su absolución, en el que aprovechó para resaltar sus éxitos en materia económica, política, social e internacional.

Señaló que durante su período se han creado 7 millones de nuevos empleos, ubicando el desempleo en solo 3.5%. Más 7 millones de americanos no han vuelto usar los cupones de alimentos y otro tanto de personas han sido retirados de la asistencia social, porque ya no la necesitan.     

Exaltó los nuevos acuerdos comerciales celebrados con Canadá, China y México, los cuales resultan ampliamente beneficiosos para su país.

Anunció su posición radical y sin ninguna contemplación para los que ingresen ilegalmente a su país, los que no serán detenidos para luego dejarlos en libertad, sino, que serán expulsados inmediatamente.

Continuará su guerra frontal contra el terrorismo, a los que les impondrá todo el peso de la justicia y sentenció que si un ciudadano americano es atacado, perderán la vida.

Considera Trump que “El socialismo destruye naciones, pero recuerden siempre que la libertad une el alma”, por lo que seguirá apoyando los movimientos que luchan a favor de la democracia en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

El Presidente Trump, en su discurso de la unión, habló como si tuviera en plaza pública, mostrando todos sus éxitos y  recabando en los desaciertos de su antecesor.

Actualmente el país del norte vive una polarización partidista profunda, trasmitiéndose al ciudadano de la calle, unos se dedican a criticar las políticas de Trump y nada de lo que hace les satisface y otros que lo idolatran y defienden con un gran nacionalismo, aplaudiéndole algunas excentricidades y apoyándole en todas las decisiones y proyectos.

Los vientos del norte soplan a favor del presidente-candidato, ya que los que pujan por tener la candidatura de los demócratas para la presidencia, no entusiasman ni muestran el suficiente perrenque para enfrentarse a un Trump, fortalecido, envalentonado e incólume después de 5 meses de un juicio.

Si no se presenta nada extraordinario, Donald Trump, se perfila como el ganador de las elecciones del mes de noviembre; es un candidato duro, tiene reconocimiento, ostenta el poder y continuará en la casa blanca a pesar de todas las vicisitudes vividas, con su forma de ser desabrochado, irreverente y directo, es todo un ganador, es un verdadero Superman de la política en el país más poderoso del mundo.

Insistimos, Donald Trump, ha superado con creces todas las dificultades, está muy fuerte y excelentemente preparado para la nueva contienda electoral, derrotarlo será algo impensable, por lo que la frase: “Aquí estoy y aquí me quedo”, tiene total validez.