Por:  LUIS FERNANDO PÉREZ ROJAS

Antioquia, en su afán de superación constante, reclama un liderazgo creativo e inspirador en todos los ámbitos de su estructura social, política, económica, educativa, científica, tecnológica, cultural y deportiva, entre otras. Antioquia necesita de empresarios, políticos, educadores, industriales y profesionales, en saberes específicos, comprometidos con el cambio y desarrollo integral positivo, con la verdad, la libertad, el amor, el conocimiento, la academia, la paz y la justicia.

Antioquia reclama seres humanos íntegros, auténticos, limpios y transparentes que sean capaces de ofrecer su vida por la defensa de los niños, los jóvenes, las mujeres, los ancianos y por todos aquellos que no han podido mitigar el hambre por el abandono de la sociedad y del Estado.

Antioquia reclama gobernantes idóneos, pulcros de conducta, de sólidos principios y carácter, de una sola palabra y de una sola pieza, cuya estructura profesional, mental, espiritual y humana esté sostenida por valores de orden superior, que sabiéndose ser elegidos por el pueblo sean protagonistas de un liderazgo transformador y democrático, sin pasiones mezquinas, violentas ni sectarias, para construir una Antioquia siempre altiva, pujante y altanera.  Antioquia reclama jueces pulcros, honestos, coherentes, veraces, justos y solidarios con la aplicación de la justicia, cuyos ideales sean superiores al destino de sus intereses egoístas, corruptos, partidistas o grupistas.

Antioquia requiere de una juventud que luche por lo inalcanzable; que dejen como legado a las nuevas generaciones la dignidad, la inteligencia, la sabiduría y la pasión de quienes supieron enfrentarse a la adversidad, la calumnia, la envidia, el rencor y el odio de sus gratuitos detractores, precedidos de la mala fe, a cambio de prestarle un servicio al pueblo antioqueño, desde la constitución y las leyes, la ética y la moral para responderle a su gente con sencillez y humildad a la confianza y credibilidad que ha depositado en ellos.

Antioquia reclama de esta pléyade de profesionales y ciudadanos honestos y visionarios una nueva esperanza para aprender a vivir juntos; reclama hombres y mujeres revestidos de integridad y coraje que estén dispuestos a luchar de pie por salvaguardar los valores, principios, políticas y virtudes de nuestra nación y territorialidad antioqueña.  Antioquia reclama líderes sociales de excelencia humana, que nunca doblen su columna vertebral ni se pongan de rodillas ante la corrupción, la riqueza ilegítima y el estiércol miserable de la codicia, el narcotráfico, la violación a los derechos humanos y a la dignidad humana.

Antioquia reclama hombres y mujeres excepcionales de la ética y la moral, que sean capaces de renunciar a los honores y reconocimientos inmerecidos.  Hombres y mujeres que, sin calcular las consecuencias, arriesguen su existir por defender la patria, la honorabilidad, la verdad, la justicia, la educación, la salud, el campo, la libertad y la paz.  Antioquia reclama un gobierno departamental y municipal con sentido de autoridad, pulcritud, ética, fortaleza y determinación para enfrentar sin vacilaciones la cultura de la ilegalidad, la mentira, el engaño, la violencia, el crimen, la violación de menores, la traición, la corrupción despiadada y toda clase de degradación social que pone en peligro la armonía y la integridad del pueblo antioqueño.

Antioquia nos exige a todos los antioqueños, con devoción y amor, crear conciencia y convicción de que su afán de lucha es más decidida y fuerte que el destino ególatra y, que su ideal patriótico y humano es el único capaz de reorientar el rumbo para minimizar las debilidades y amenazas en el transcurrir del tiempo.  Antioquia hoy, nos reclama y exige estar unidos, sin distingos de raza, de clase, credos, riqueza, estatus social y cultural; nos necesita como líderes comprometidos para rescatarla de las miserias e injusticias que la puedan lastimar por parte de aquellos que solo buscan generar desconfianza y desesperanza al pueblo colombiano.