Por: Balmore González Mira

Tiemblan las montañas de mi tierra, se silencian las palabras de nuestro himno cuando hablan de la libertad y de nuestra altivez; sufrimos al pensar que la pujanza paisa agoniza con los últimos acontecimientos que merodean sobre nuestros más preciados personajes y nuestras instituciones. Los más connotados líderes de la bandera blanca y verde de Antioquia que otrora la ondearon orgullosos y que ahora se encuentran padeciendo los peores vejámenes,  sometidos a las mayores afugias, dirán algunos justamente, dirán los  otros más  de manera inexplicable, injusta y canalla por ocultos pero conocidos personajes siniestros. Una estrategia se vierte sobre el departamento para no dejarlo progresar más,  dirán estos con argumentos suficientes, pues nada más diciente que el péndulo de la perjuria que hoy recae y es implacable para juzgar y condenar a nuestros mejores hombres. Unido a ello se alimenta con la desesperanza de creer con argumentos sólidos que la justicia como último  soporte de la democracia se desmorona, alimentada por el odio de quienes quieren llevarla del pedestal a la sima de dónde jamás podrá salir limpia porque la turbulencia ominosa dónde ha llegado solo podrá ser recompuesta cuando abandone su accionar selectivo y solo recupere su esencia de la imparcialidad y la aplicación prominente de la ley.

Duro cuando vemos flaquear nuestras más preciadas instituciones, insignias que nos dejaron los mayores, herencia de los más grandes hombres de la historia paisa. Y más duro aun cuando hemos perdido el liderazgo y la presencia en los más altos cargos del ejecutivo nacional, donde tal vez hoy nos están mirando con desdén por el único hecho de ser paisas.

Pero como esta raza es grande y altanera, capaz de soportar y sobrevivir al embate de la oscuridad de los aposentados en la capital, vamos recomponiendo el camino y con el grito inmarcesible de nuestro himno pediremos, cuando se yerguen estos valientes perseguidos,  y entre todos a una sola vos digamos,  “Oh libertad que perfumas las montañas de mi tierra”, cómo se escuchó esta semana cuando el segundo túnel en Occidente se unió, para emular algunos comentarios, pues así también veremos muy pronto luz al final del túnel.