POR: MARÍA ALEJANDRA VALLEJO ROLDÁN 

En días pasados buscando y cansada de las series y de los programas de televisión tradicionales, tuve la oportunidad por causalidades (porque como he dicho en artículos anteriores no creo en las casualidades) encontrar una película que me tocó las fibras que aunque digan es mas de lo mismo de lo que no debemos tratar, a mí manera de ver es algo que sí debemos tocar toda vez que es un grito a voces de otra de nuestras realidades, de lo que viven nuestros conciudadanos día a día por reclamar una porción de tierra que algún día fue suya pero que por cuestiones ajenas a su voluntad y por no pertenecer a uno u otro bando fueron vilmente desplazados y víctimas de los diferentes grupos al margen de la Ley, este es el caso indirecto del protagonista de la película “Los reyes del mundo” un habitante de calle que tuvo que padecer toda una travesía aguantando hambre, frío y necesidades para poder llegar a la tierra que le había dejado su abuela quien había fallecido tratando de hacer los trámites respectivos para que el Gobierno le devolviera la tierra que había perdido por culpa de una guerra absurda entre carteles de la mafia, paramilitares y la guerrilla, y por supuesto guerra de la que nunca tuvo arte ni parte.

Esta película digo que me tocó las fibras porque dejó en mí un sinsabor, un dolor de colombiana, de ver plasmada otra de las realidades de nuestro país; de la lucha diaria que libran los desplazados de sus tierras es decir los campesinos que son a quienes les toca luchar contra tiburones por un lado con los funcionarios de los gobiernos cualquiera que sea su rasgo político, por otro lado con las bandas al margen de la ley y por otro y quizás el mas duro y el mas pesado de estos tiburones los explotadores de la minería que a costa de lo que sea y sin importar quien sea el dueño de dichos terrenos hacen lo que sea por apropiarse a las buenas o a las malas de los mismos, permeando a los habitantes de los caseríos para que colaboren con ellos so pena que en caso de no hacerlo deberán asumir las consecuencias que por regla general son nefastas para ellos o para sus familias. Colombia es un país que quizás no nos hemos dado cuenta o no queremos verlo con una geografía fascinante, además de tener mucha tierra donde poderse llevar a cabo todo tipo de actividades tristemente y de acuerdo con lo contado por la historia que traemos a cuestas ha sido utilizada en gran medida para el desarrollo de actividades ilegales, y guerras entre las diferentes organizaciones criminales entre ellas guerrilla, paramilitares, y la delincuencia común.

Los reyes del mundo es una radiografía y un grito de auxilio a mí manera de ver y reitero es una opinión absolutamente personal, con la cual podrán estar en desacuerdo con mi manera de pensar y están en todo su derecho, del fracaso de varios factores, no solo de la entrada en vigencia de la Ley 1448 del 10 de junio de 2011 y su decreto reglamentario 1893 del 30 de diciembre de 2021, sino también de la aplicación de la justicia en cuanto a lo que restitución de tierras y la reparación de las víctimas se refiere con esta ley debió ser menos dispendioso para las víctimas dicha reclamación pero que por el contrario se volvió un dolor de cabeza, ya que cada día se hace mas complejo y con mucho mas papeleo la reclamación de estos terrenos para sus dueños, terrenos de los cuales nunca debieron salir.

La Ley 1448 de 2011, en su capítulo III “Restitución de Tierras, Disposiciones Generales” artículo 72 dispone sobre las acciones de restitución para despojados: “El Estado colombiano adoptará las medidas requeridas para la restitución jurídica y material de las tierras a los despojados y desplazados. De no ser posible la restitución, para determinar y reconocer la compensación correspondiente. Las acciones de reparación de los despojados son: la restitución jurídica y material del inmueble despojado. En subsidio, procederá, en su orden, la restitución por equivalente, o el reconocimiento de una compensación.”, en nuestro país mucha de la normatividad  en materia de restitución de tierras es una maravilla en cuanto a que como bien lo dice el adagio popular “el papel todo lo puede” estas leyes son hermosas y uno diría que son la panacea pero tristemente la realidad es otra completamente diferente, muchos son los casos de personas que como la abuela del protagonista de la película antes descrita no llegaron a ver su sueño cumplido de volver a su lugar de origen de donde nunca debieron haber salido. Lo que deja esta película en mí es una reflexión grande y es lo que les quiero transmitir y es que por mas de que digamos que no se traten ciertos tipos de temas relacionados con una historia que quizás debamos cargar el resto de nuestras vidas por haber nacido en Colombia, es una realidad que no podemos ocultar, una población que pide mediante “gritos silenciosos” (expresión que no había utilizado y que tal vez será leída por muchos de ustedes como algo incoherente pero que sí van mas allá de lo literal se darán cuenta que tiene mucho mas sentido del que podría tener si se toma desde un sentido estrictamente literal) que nos necesitan, que necesitan que su país los ayude, pero que sobretodo que recordemos que ellos también son colombianos y que también merecen estar en el lugar donde, nacieron, crecieron y sobretodo estar en el lugar  donde pertenecen.