Por: Balmore González Mira

En este último escrito del año que termina, desde estos renglones  dónde este medio nos ha permitido semanalmente hacer una fotografía del momento, desde nuestra óptica y cámara personal, sólo nos queda despedir el 2022 con toda la gratitud por lo recibido y darle gracias a Dios que nos ha mantenido con vida, con salud y bienestar. A Dios 2022 que nos ha permitido estar en el invierno y disfrutar del verano, acompañados de nuestras familias y seres queridos. Nos ha permitido ver lo que ha pasado en el mundo y en nuestros pueblos.

A Dios 2022 con todo lo lindo que nos entregaste, con las preocupaciones y los desengaños, con las desesperanzas y las desilusiones, porque con ellas nos enseñaste a vivir intensamente, con ellas nos enseñaste  a ser mejores seres humanos. Pero también nos diste alegrías, satisfacciones y muchos momentos bellos y cargados de felicidad, no solo en familia parental sino en nuestras labores y vida cotidiana. Disfrutamos del esplendor de la gratitud y vivimos pletóricos los momentos demostrados de lealtad.

A Dios 2022, de rodillas le damos gracias al creador que aún nos tiene con vida en este mundo a pesar de todas las vicisitudes y tragedias, a pesar de la descomposición de lo social, a pesar de tantas catástrofes que está viviendo la humanidad.

A Dios 2022 con lo bueno y lo malo, pero sobre todo con el recuerdo de todo lo bueno que nos pasó y el olvido de lo negativo que sucedió.  A Dios 2022, amén.

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