Jorge Gil Ángel
Bogotá, 8 nov (EFE).- Diana Medina Garzón cumpliría 17 años este viernes, pero sus familiares en lugar de celebrarle le dieron el último adiós a esta adolescente, una de las ocho menores de edad que fueron víctimas del bombardeo militar contra disidentes de las FARC en el sur de Colombia.
Con globos blancos que llevaban mensajes como “Feliz cumpleaños, fiesta en el cielo”, “Te vamos a extrañar” y “No más niños asesinados”, más de cincuenta personas, entre familiares y amigos, acudieron hoy al sepelio de Diana en Venecia, un barrio del sur de Bogotá, donde vivió hasta diciembre pasado con su madre.
Delante del féretro, una fotografía de la niña en la que se le ve sonriente y con un rosario en el cuello, resumía la tragedia de esta menor de edad nacida el 8 de noviembre de 2002 y que no alcanzó a llegar a los 17 años.
CLAMOR DE JUSTICIA
El clamor de sus familiares es uno solo: justicia ante una barbarie que las autoridades ocultaron durante dos meses y que se cobró la vida de Diana, a quien recuerdan como una niña alegre, dedicada al estudio y que soñaba con ser futbolista profesional.
“Cuando ella vivía acá (en Bogotá) estaba muy contenta con sus estudios, con todo, con los oficios de la casa. Era muy alegre, le gustaba el fútbol, quería ser profesional para ayudar a sus padres más adelante, le gustaba también la música”, contó a Efe en el funeral su tío Enoir Medina.
Sin embargo esos sueños se apagaron junto a los de Ángela Gaitán, de 12 años; José Rojas, de 15; Sandra Vargas, de 16; Jhon Pinzón, Wílmer Castro y Abimiler Morales, de 17, y un octavo menor de edad todavía no identificado.
Todos ellos cayeron a finales de agosto pasado en el bombardeo al campamento de los disidentes de las FARC, operación militar que esta semana le costó el cargo al ministro de Defensa, Guillermo Botero.
DE BOGOTÁ A CAQUETÁ
A comienzos de este año, Diana se mudó de Bogotá al sur de Colombia y se estableció en Puerto Rico, un olvidado pueblo del departamento del Caquetá, donde vivía con su padre y cursaba el noveno grado.
“Ella viajó para allá a estudiar. (Se fue) con el papá con quien prácticamente nunca había estado. Se tomó la decisión de que ella iba a estudiar este año en Puerto Rico, al lado del papá”, recalcó Medina.
Una prima de Diana, que prefirió no dar su nombre, contó a periodistas que su familia se había trasladado desde Puerto Rico a Bogotá hace más de 15 años para escapar de la violencia que desde hace décadas azota a esa región colombiana y que, por lo ocurrido con Diana, los ha marcado para siempre.
CRÍTICAS AL GOBIERNO
Los familiares de la menor, que no sabían que había sido reclutada por disidentes de la guerrilla, no ocultan su rabia e incluso la prima lamentó que el Gobierno no hubiese sido capaz de “darle la cara a uno por lo que está pasando en las noticias”.
La mujer explicó que la madre de Diana, que estuvo a punto de desmayarse en el funeral, al enterarse de la muerte de su hija llamaba todos los días a autoridades en el Caquetá para saber qué había ocurrido pero nadie le respondía.
Esto porque los cadáveres hallados en la zona del bombardeo fueron trasladados a la morgue del Instituto de Medicina Legal en Villavicencio, capital departamental del Meta, donde el de Diana permaneció hasta esta semana.
“Queremos que la Justicia nos diga por qué Diana terminó allá, por qué se la llevaron (los disidentes), por qué apareció por allá y por qué supuestamente aparece en un grupo con unos muchachos (armados), esa no es Diana”, apostilló la prima.
DUDAS SOBRE VÍNCULO CON DISIDENTES
Enoir Medina aseguró que la adolescente no tenía ninguna relación con los disidentes de las FARC y tachó de “grave” que las Fuerzas Militares hubieran atacado un lugar donde había menores.
“Dicen que ella había sido guerrillera, pero nos dijeron, gente conocida allá y amigos, que no, que ella no tenía esa relación”, aseguró.
Para la prima lo ocurrido es “un montaje” y ante una fotografía en la que supuestamente aparece Diana con uniforme de las disidencias, refuta esa posibilidad con el argumento de que a los jóvenes recién reclutados no les dan esa indumentaria.
“Ellos primero tienen que pasar por un entrenamiento para manejar un fusil, para poder usar ese uniforme. Ellos no pueden hacer ese montaje, eso es un vil montaje que están haciendo con la niña”, lamentó la mujer.
ÚLTIMO ADIÓS
En el sepelio, el sacerdote que ofició la misa dio un mensaje de reconciliación y condenó la violencia, y antes de salir de la capilla los allegados le pidieron esperar un momento para cantarle el Cumpleaños Feliz, un momento cargado de emoción y de lágrimas.
Tras la Eucaristía, los asistentes soltaron los globos que llevaban los mensajes en los que recordaban a Diana Medina Garzón, confiados en que está de “fiesta en el cielo” celebrando su decimoséptimo cumpleaños. EFE