De vendedor a empresario: El colombiano que escaló con sus esponjas de cocina

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Jeimmy Paola Sierra

Medellín (Colombia), 27 ene (EFE).- El emprendedor colombiano Jorge Mario Santa pasó de atender un granero a conformar una sólida empresa que, con el trabajo de sus 24 empleados, fabrica 50.000 esponjas de cocina al día para atender a clientes en distintas zonas del país.

Santa pasó su infancia en la Comuna 13 de Medellín y se convirtió en un joven inquieto que en su afán de progresar llegó a cargar cemento, repartir buñuelos y vender cigarrillos.

“Me le medía a todo”, expresó a Efe el empresario, que a los 13 años empezó a trabajar en distintos negocios del sector “El Hueco”, en el centro de la ciudad, donde descubrió sus habilidades para las ventas y la atención al cliente.

UNA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO Por casi dos décadas, relató Santa, ese fue su mundo y el lugar donde innovó con las esponjas de cocina al detectar que eran pocas las referencias que existían en el mercado.

En 2007 tomó la decisión empezar y con un préstamo que le hizo su entonces jefe compró una máquina, telas y espuma para darle vida a Esponjas Multicolor, la empresa que edificó por 12 años y que recientemente transformó en Inversiones Santa y Giraldo S.A. con el propósito de expandirse.

En su casa cortaba una a una cada esponja con tijeras, en lo que describió como un proceso “muy duro y engorroso” que después mejoró al aprender nuevas técnicas, conseguir una cortadora y conocer otras materias primas para innovar con sus productos.

Para cumplir con su primer pedido fabricó 800 esponjas en tres días; actualmente, su empresa está en capacidad de producir cerca de dos millones de unidades al mes gracias al equipo que conformó.

“Nunca pensé en estar acá, nunca pensé en tener una moto o un carro porque estaba enfocado en otras cosas y con una vida algo desordenada, pero me metí en este cuento y me rodeé de gente que me cambió el chip”, declaró el ahora gerente.

Santa recordó los esfuerzos realizados por varios años, cuando alternó el trabajo en un granero con su naciente negocio que tomó forma con varios créditos y apenas diez láminas de espuma que cortaba con ayuda de su esposa.

“Yo arranqué de la nada, con plata prestada”, agregó el visionario mientras mira la operación en la planta de 835 metros cuadrados, donde produce 25 tipos de referencia.


Con una esponja de doble uso, que “ha sido el boom”, empezó el ascenso que hoy le permite emplear a 24 personas, consolidar una sociedad con Wilson Giraldo y crear la marca Esponjas Power, con la que llega a las principales ciudades colombianas.

“Le apuntamos a crecer a corto plazo un 20 %”, apostilló Santa, y agregó que proyectan estar “en menos de dos años” en el mercado internacional, así que trabajan en el tema de calidad y en mejorar la presentación del producto.

MÁS ALLÁ DEL DINERO Su éxito, según lo relató, lo respaldó con capacitaciones con la Corporación Interactuar, que además de “creer en lo que hago”, lo incluyó en el programa Método Base de Aceleración (MBA), le dio acceso a créditos y lo nominó al Premio Famiempresario del Año.

“Ese fue un logro porque reconocieron nuestro crecimiento”, manifestó el emprendedor, quien elevó su perfil con nuevo conocimiento.

El director ejecutivo de Interactuar, Fabio Andrés Montoya, señaló a Efe que en su proceso de formación Santa demostró “mucha vitalidad” y “madera”, que fue pulida por los expertos que lo acompañaron para que actualmente muestre una “gestión ejecutiva muy distinta”.

Explicó que los empresarios que capacitan con sus programas, además de buscar dinero con los préstamos, tienen una necesidad de vender más, de armar equipos de trabajo y de hacer procesos, pues la mayoría inicialmente son comerciantes.

“Volverlos empresarios es permitir que sus empresas duren más tiempo, generen más empleo y le den más valor agregado a sus comunidades, al país y a la economía”, afirmó Montoya. EFE

jps/ocm