Por María Pérez Vallejo – mariaperezvallejo@gmail.com

Esta semana estaba en la Clínica pasando ronda de mis pacientes. Cuando tuve un momento para descansar, abrí Instagram. Lo primero que encontré fueron varios mensajes por interno –de personas que saben que amo la salud mental– donde me enviaban, indignados, una historia de @LuisaFernandaW donde la reconocida mujer daba respuesta a la pregunta ¿has tenido depresión? 

En resumidas cuentas, decía que no había tenido depresión porque ella había gozado de una buena educación y tenía personalidad fuerte.

De inmediato le respondí públicamente, no esperando que lo viera ella, sino esperando que quienes la siguen y me siguen a mí lo hicieran, con el fin de desmentir su irreal declaración. En los highlights de mi perfil de Instagram (@MariaPerezVallejo) la encuentran.

Este domingo, mientras veía una crónica con mis padres, me empiezan a enviar –por Instagram– pantallazos de varios tuits de una tal @MariaElisaSmith. ¿Quién es esa? No sé. Lo único que me queda claro es que esta persona jamás en su vida ha tenido contacto con la enfermedad mental y mucho menos con la dura realidad que implica enfrentarse a esta.

En unos 10 o más tuits que me enviaron, en términos generales, afirmaba lo siguiente:

La “depresión” es pura paja mental posmoderna. Ser feliz es tan fácil como comer sano, hacer ejercicio, leer, aprender, meditar, tener un propósito en la vida, amarte a ti mismo y simplemente DECIDIR SER FELIZ. (…) Los estudios demuestran que el veganismo causa depresión. COMAN CARNE”. Ella misma se contradice. ”Hace apenas un siglo el consenso médico era que la homosexualidad era una “enfermedad” que se curaba con electroshock. Así que duden siempre e investiguen por su cuenta. Los médicos NO tienen la verdad absoluta”.

Antes de escribir esta columna intenté averiguar con seriedad quién es esta persona, puesto que quería saber a quién iría dirigida. Luego, después de respuestas cargadas de sarcasmo y de la misma indignación con que leí sus tuits, decidí que no importaba, que al final, era probable que ella fuera la última en leer. Entendí que no importaba ella sino el resto de personas que leerían.

De entrada, quiero aclarar algo simple, pero que a quienes nunca han sufrido de depresión les cuesta entender: LA DEPRESIÓN NO ES SINÓNIMO DE TRISTEZA, LA DEPRESIÓN NO ES AUSENCIA DE FELICIDAD. Tener depresión es como si se apagaran tus sentimientos y comenzaran a prenderse de forma desordenada e impertinente.

Cuando estás deprimido puedes sentirte triste, sí. Pero, generalmente, no sientes nada. Y es precisamente eso lo que desencadena el resto de síntomas. Te cuesta tomar decisiones rápidas, que normalmente tomarías en milésimas de segundos. Te dan una buena noticia y no te emocionas como lo harías usualmente. Te cuentan algo malo y es como si no te importara o, por el contrario, desencadena emociones negativas en ti. Intentan acompañarte y apoyarte, y solo te da rabia, luego te sientes culpable y se convierte en un círculo vicioso. Entonces, a personas como Luisa Fernanda y María Elisa que estén leyendo esto, quiero decirles: la depresión está lejos de ser tristeza y, aun más lejos, de ser carencia de buena educación, personalidad fuerte y felicidad.

Lo que sí es un problema real y está mal es haber convertido los términos “depresión”, “bipolar” y “loco” para usarlos en cualquier contexto. Por personas como estas es que se han desviado de la verdadera definición. Porque se les quiebra una uña, se les daña el celular o les cancelan la cita en la peluquería, y lo primero que dicen es “ay no, ¡qué depresión!”. Porque alguien les dice que quiere pedir pastas y cuando llega el mesero decide pedir hamburguesa y lo único que dicen es “¡ay vos si sos bipolar!”. Porque alguien actúa de una forma socialmente distinta –como desnudarse en la calle, comportarse agresivo/a sin razón aparente, hablar solo/a, etcétera– y dicen “¡ay miren: está loco”.

No. Tener tristeza o rabia porque te cancelen una cita NO es tener depresión. Cambiar de opinión NO es ser bipolar. Y actuar de forma diferente y no culturalmente aceptada NO es estar loco.

La señora Smith dice que los médicos no tenemos la verdad absoluta. En eso estamos de acuerdo. No nos las sabemos todas. Es, literalmente, imposible. Pero nosotros, a diferencia suya, sí hemos dedicado mínimamente 6 años de nuestra vida a estudiar el cuerpo humano y la mente humana. Hemos dedicado años a entender por qué ocurren las enfermedades y cómo pueden curarse. Si bien hay médicos especialistas en silenciar síntomas, también existimos los que encontramos el verdadero origen de estos para acabarlos de raíz.

Y es precisamente ese tiempo invertido el que hace que –sin necesidad de tener la verdad absoluta– tengamos el criterio y la aptitud suficientes para decir: tienes depresión. Y, de igual forma, es por los años que dedicamos a nuestra carrera que logramos encontrar el origen de la depresión y tratarla. No solo con medicamentos, sino también con psicoterapia. Porque en la enfermedad mental, un matrimonio inseparable es ese: Psiquiatría y Psicología. Deben ir de la mano para que los pacientes se recuperen y tengan una vida mentalmente más estable.

La enfermedad mental ha sido un tabú a lo largo de la historia. Yo era una de las que no creía en ella. Y por razones genéticas, sociales y ambientales, me dio depresión atípica. Ahí entendí que no era una mentira, que no era locura y que, mucho menos, era una “paja mental posmoderna”. Entonces, Luisa Fernanda, María Elisa y persona del común que –como yo en algún momento– tampoco creen en la psiquiatría, la psicología y la enfermedad mental, las invito a leer, a aprender, a buscar en fuentes científicas (no en Google, en Yahoo Answers o en perfiles de instagramers o influencers). Porque uno es libre de publicar lo que piensa, pero uno no tiene derecho alguno de engañar a las personas por prejuicios personales. Las invito a sensibilizarse y a creer antes de que el karma también llegue a ustedes o a su familia. Y, por cierto, querida María Elisa, le paso un dato: la homosexualidad es una preferencia, no un trastorno del estado de ánimo.

3 Comentarios

  1. El médico psiquiatra, en lugar de ayudarme, sólo me impuso la etiqueta de “Enfermo Mental“ porque el duelo por la muerte de mi mamá tenía síntomas normales de duelo pero era superior a 6 meses. Ahora en mi historial medico dice: «Diagnostico: F432 Trastorno De Adaoatcion. Explicación del diagnostico: duelo normal» La psiquiatría convirtió el duelo por la muerte de mi mamá en un trastorno mental.

  2. Actualmente estoy en un duelo por la.muerte de mi mamá, ella murió hace un año, y fui diagnosticado con un Trastorno mental que se llama Trastorno De Adaptación porque CIE 10 dice que las reacciones de duelo con síntomas normales superiores a 6 meses se deben codificar cono un Trastorno Mental.llamado Trastorno De Adaptación. Lo gracioso es que el DSM 5 en el Trastorno De Adaptación excluye el duelo, es decir no puedes tener un Trastorno De Adaptacion si estás en duelo. Alguno de los dos DSM o CIE 10 debe estar equivocado, personalmente creo que un duelo con síntomas normales de duelo superiores a 6 meses no son un Trastorno Mental llamado Trastorno De Adaptación cono dice CIE 10, creo que CIE 10 está equivocado y ahí está la prueba de que la psiquiatría muchas veces convierte en enfermedades mentales sentimientos humanos que son completamente normales, cono el caso de mi duelo por la.muerte de mi mamá, cono es un duelo con síntomas normales que dura más de 6 meses para CIE 10 es un Trastorno Mental que se llama Trastorno De Adaptación y estoy seguro que la psiquiatría no puede probar científicamente que un duelo es un trastorno mental cuando es superior a 6 meses, así cono tampoco la psiquiatría puede probar científicamente que la homosexualidad es una enfermedad mental y antes la homosexualidad era etiquetada cono tal sin ninguna evidencia científica.

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