Por: Félix Alfázar González Mira

En esta tierra de ubicación prodigiosa tenemos el deber moral de estar insistiendo y persistiendo en las bondades integrales que ella encierra y con mayores veras, ahora que se evidencia el avance raudo del desarrollo de las obras que propiciarán mayor conectividad nacional e internacional. Los treinta y nueve kilómetros entre el río Cauca y Cañasgordas con diez y siete túneles, el Guillermo Gaviria Echeverri que será el más largo de Latinoamérica y 31 puentes, con financiación del setenta por ciento por la región, aproxima mucho más esta tierra al mundo. Todo ello necesario para las exportaciones de bienes y productos físicos que estamos en mora de alentar con entusiasmo su cultivo y producción para beneficio regional y colectivo en la generación de empleo, ingreso y el emprendimiento local.  Dicen que las oportunidades perdidas son como las flechas lanzadas: ya no se pueden recuperar. Pues bien, es el momento adecuado de estar convocando entidades y voluntades hacia ese propósito superior y fundamentalmente mirando la geopolítica mundial.

Leyendo estos días a Andrés Oppenheimer, destacado analista argentino radicado en Estados Unidos, señalaba como cada vez más empresas multinacionales están trasladando sus fábricas de China a otros países manufactureros. Ahí la región tiene una oportunidad.

El BID (Banco Interamericano de Desarrollo) tiene estudios que indican que Estados Unidos importa USD 80.000 millones por año de la China. Si pudiéramos, con las empresas orientales asentadas en la región, con la diplomacia de inversión y comercial, con la embajada americana en el país y con la nuestra allá; con la ayuda de los gobiernos de todo orden y desarrollando una capacidad de movilidad cierta en las instancias de poder, conseguir un nimio porcentaje de ese monto, sería una bendición oportuna para el bienestar de todos. Sobre todo, cuando hemos demostrado la cercanía física que tenemos con los puertos de las dos costas del país del norte comparados con los de la China. Ahí tenemos otra oportunidad.

Esta pandemia del Covid-19 ha acelerado la tendencia hacia el teletrabajo. Se ha observado en la administración de Santa Fe de Antioquia marcado interés en todo lo relacionado con la economía naranja y las tecnologías de la información,  representado en gestiones del más alto nivel y con presencia física de los funcionarios del gobierno nacional responsables de esta área de la mega tendencia mundial que más riqueza generará en el futuro inmediato. Esta ciudad podría constituirse en la madre (otra vez) jalonadora para toda la Mejor Esquina, de todo lo relacionado con estos temas de talla mundial. Sería, además, ejemplo de como un pueblo patrimonio histórico y cultural vuela siglos hacia la economía posmoderna. Se está apuntando en la dirección correcta. El big data, internet de las cosas y la digitalización en general hará que sea mucho más fácil para contadores, ingenieros de datos, diseñadores de páginas web, artistas, personas creativas y otros trabajadores del conocimiento ofrecer sus servicios para exportarlos al mundo. Tarea pendiente para atraer multinacionales que exporten servicios del conocimiento y culturales. Es hora, entonces, de mejorar la calidad educativa para producir servicios en la nueva economía digital. Ahí hay más oportunidades para que por esta tierra de occidente vuelva a pasar el meridiano histórico del departamento y el Urabá siga avanzando hacia las tierras de El Dorado contemporáneo.

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