MOVILIZACIONES SOCIALES SI,  PERO EN PAZ.

Está de moda las movilizaciones en  América Latina, con resultados exitosos como fue lograr la dimisión del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien pretendía continuar en el poder, a pesar del  fraude perpetrado y denunciado por los partidos políticos y la misma OEA después  de una auditoría realizada a los escrutinios. Idénticas se han presentado en Venezuela, Nicaragua y Chile,  con resultados pocos positivos, como hubiesen querido sus promotores.

Ya Colombia, entró en el baile y se programa para el día 21 de este mes, un paro generalizado acompañado de movilizaciones en las diferentes capitales del país, el cual es promovido por las  centrales sindicales de trabajadores y empleados públicos, las agremiaciones del campo, organizaciones sociales, indígenas, profesores, estudiantes, algunos partidos y movimientos políticos.

El objetivo de la misma se fundamenta en demostrarle al gobierno del Presidente Duque su inconformidad por el manejo económico totalmente inequitativo para la clase media y popular, las políticas de Fondo Monetario Internacional, las reformas pensionales y laborales que actualmente se encuentran en estudio, el desempleo, la propuestas de pagarles a los universitarios menos del salario mínimo, el incumplimiento a lo pactado con estudiantes y docentes, la falta de un sistema de salud eficiente que vele por la vida de los colombianos, contra la corrupción, la inseguridad, la muerte y desprotección de líderes sociales e indígenas.

No podemos minimizar ni relacionar el paro con el castro-chavismo y mucho menos con el Foro de Sao Paulo, esas son disculpas tontas y facilistas, lo que  realmente, debe pensar el alto gobierno, con el Presidente Duque a la cabeza, el partido de gobierno y demás dirigencia nacional, es si la forma como quieren direccionar el rumbo de la nación converge con lo  que desea, necesita y quiere el pueblo o por el contrario, lo que se busca, es favorecer a los grandes conglomerados económicos.

El pueblo hoy, es muy diferente al de hace 20 años, es más consciente, mejor informado, más propositivo  y está cansado de tantas injusticias, inequidades y corrupción. El miedo infundado por algunos políticos para obtener réditos electorales, comienza desgastarse, ya la gente no está comiendo cuento, pide a gritos un direccionamiento del Estado para cerrar la brecha entre pobres y ricos y,  la consolidación de la paz.

El Presidente Duque, debe salir del bunker en que lo tienen maniatado sus copartidarios y algunos empresarios afectos, antes de que sea tarde, para atender el llamado a gobernar a todos los colombianos, para que se sintonice con las angustias del país, para que atienda el llamado de urgencia que le hace la clase media y popular ante sus pesares de asfixia económica en que se hayan.

Todas las fuerzas políticas, económicas y sociales están a la espera que el Presidente se desencadene y les haga un guiño para acudir a su despacho, llegar a acuerdos y empezar a remar el barco, llamado Colombia para un mismo  lado, si se empecina a remar solo, el resultado es previsible, el barco naufragará  con millones de compatriotas como damnificados-

La protesta social es válida, pero esperamos que esta transcurra dentro de los cauces de la paz, copiar los destrozos en que fueron objeto otros países, es caer en el grave problema de la anarquía  que no trae sino dolor y mucha pobreza. Mahatma Gandhi, decía: “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.